Aeropuerto

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Fionna estaba en el aeropuerto esperando a coger el vuelo a su nuevo destino. Llevaba toda su vida en apenas 2 maletas. Le parecía demasiado triste pero a la vez era liberador dejar toda la mierda atrás. El megáfono anunció un retraso de 4 horas en su vuelo por una tormenta. Resignada busco un lugar donde acomodarse, iba a ser una noche muy larga. Abrió su equipaje de un divertido estampado floral en busca de algo que sirviese de almohada, sacando a tirones una chaqueta de ante beige y borreguillo. Con el tirón cayó también una pequeña cajita de fotos y recuerdos. Le pareció una buena idea revisarlas como entretenimiento hasta que el vuelo llegase.

Todas las fotos estaban perfectamente ordenadas cronológicamente, como debía ser, En eso era inflexible. Las sacó con cuidado y se vio a sí misma de recién nacida junto a su madre y sus abuelos en el hospital. Ni rastro del inútil de su padre, que salió corriendo al poco de saber de su existencia.. Dio la vuelta a la fotografía y en rotulador negro se veía la fecha de nacimiento escrita en la preciosa caligrafía de su abuelo: 12 de Diciembre de 1979. Justo debajo se leía "La familia March al completo. Bienvenida Fionna."

- Maldito cobarde.. ojalá no me pareciese tanto a tí...

Y es que Fionna era una copia a su padre. Su melena era larga, de color rojo cobrizo y ondulado, sus ojos verdes oscuros y tenia la piel muy clara. Las pecas poblaban sus mejillas y nariz y los lunares adornaban su cuerpo como un sutil estampado de topos. Los labios carnosos eran totalmente de su madre, era su rasgo favorito y los maquillaba siempre con cariño en un delicioso labial coral. La ascendencia irlandesa de Fionna era notable y destacaba en la monótona Greenville (Mississippi) donde más de la mitad de la población son rubios de ojos castaños o azules, justo como su madre.

Pasó unas cuantas fotos y dio con una que siempre la hacía sonreír. Era ella, con 11 años junto a sus amigas Sarah, como no, rubia de ojos claros color miel y Martha, de tez morena y un precioso pelo negro rizado, que adornaba con un montón de pinzas de colores. La foto la hizo su abuela la noche en que hicieron una fiesta de pijamas que acabó siendo la más divertida de su vida.

Recordó que subieron al desván a jugar. Entre las decenas de cajas encontraron una bonita baraja de cartas que en nada se parecía a la que se usaban los mayores para jugar, estas estaban muy decoradas, con símbolos y figuras que parecían contar una historia. Las miraron una a una durante largo rato sin saber cómo poder usarlas en alguno de sus juegos. Sarah rebusco un poco más y encontró unos libros

-Esote.. eso.. esote..ris..mo ¿Cómo usar el destino a tu favor, por Catherin June.. ¡Ala! ¿Qué es esto Fionna?-

Las niñas miraron la portada curiosas. En sus páginas tenía unos dibujos muy similares a los de las cartas que habían encontrado No tenían ni idea, pero eso no era impedimento para que su imaginación empezase a trabajar y cobrar sentido. Era obvio, para unas fantasiosas niñas, que aquello eran las pertenencias de una bruja que había sido quemada por lanzar hechizos y conjuros. Leyeron el libro y jugaron a ser brujas hasta quedarse dormidas. Fue una noche fantástica.

Aquella era la última foto que su abuela pudo tomar. Tuvo lugar la mañana justo antes del accidente de coche que se llevó a sus abuelos de su lado y que dejó a su madre y a ella solas de nuevo.

La siguiente foto era una que ella le tomó a su madre. Fue a los pocos meses. Fionna regresó al colegio tras las vacaciones estivales y su madre había empezado un pequeño negocio de tartas caseras. La foto fue del día de la inauguración, con su madre radiante sosteniendo una bandeja de muffins de color celeste, el color favorito de ambas.

Pasó unas cuantas fotos y dio con la primera foto que tenía de su adorado padrastro. Le quería un montón, aunque solo fuese por las sonrisas que le provocaba a su madre. Con él aprendió fotografía, ya que era su hobby La primera foto que les hizo fue en la celebración de su primer mes saliendo. Paul con un precioso ramo de margaritas y hojas de menta y su madre con un vestido verde con volantes. Estaba preciosa. Eran mediados de los 90 cuando su madre Claire y Paul se enamoraron y en 1995 se casaron en un viaje express a Las Vegas, que este regalo a su madre.

Fionna March llega a Los SantosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora