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El sobre largo amarillo que sujetaba con fuerza la castaña contenía la información que tanto anhelaba, pero nunca creyó que sería de ese modo. Obtenerla causada por un caos no era lo que esperaba.

Esa niña, esa pequeña niña de una edad de quizá ocho años o menos, era todo un misterio. La heroína tenía muchas preguntas: ¿Quién era ella?, ¿Por qué apareció de repente?, pero sobre todo la importante, ¿Por qué le dio ese sobre? O, mejor dicho, ¿Por qué la ayudó?

Como si todo hubiese sido planeado. Las alertas seguían en pie, el lugar era invadido por luces rojas, fue ahí cuando cegaron su campo de visión que volvió en sí. Escondió ese sobre y regresó donde se encuentran sus amigos.

—¿Eri-chan, estás bien? —Preguntó con sentido maternal tocando su rostro. La peliplateada estaba en la misma habitación donde hace rato había tenido su discusión con el rubio.

—S-sí, me sorprendió, pero Deku-nisan me trajo aquí —respondió ella nerviosa, se encontraba sentada en una silla y estaba impaciente.

—Quédate aquí, iré ayudar a los demás —dio la orden y cuando iba salir, fue tomada del brazo por la adolescente. —¿Eri-chan?

—Quiero ayudar —dijo está con titubeó, la castaña torció los labios y negó, —por favor, tú me dijiste que podría ser héroe, déjame mostrar lo que puedo hacer.

La castaña miraba a los ojos a la adolescente, quería ver qué en sus ojos se encontrará determinación, pero no fue así, lo único que veía era temor y no podía dejar ir, no hasta estar segura de que Eri realmente quería ser una heroína.

Las palabras solo serán palabras, pero las acciones demuestran lo que realmente decimos.

La tocó de sus hombros y aún si apartar su mirada le habló:

—No puedo dejarte ir. Mi trabajo es que tú estés a salvo y no lo digo porque sea una profesional, sino porque me importas. Se que quieres ser una heroína, pero hacer las cosas porque estás presionada no es lo correcto y además... —sonrió levemente.

—¿Y además qué, Uravity? —Preguntó sobresaltada.

—No tienes tu licencia de héroe. Si entras no solo tú estarás en problemas, yo también y Aizawa-san lo estará. Créeme yo te entiendo perfectamente. Haz las cosas con calma.

Y la castaña salió de la habitación.

—¡¿Y cuándo sabré que estaré lista?! —preguntó poniéndose de pie. La heroína solo giró su cuello para decirle:

—Lo sabrás en su momento.

La puerta se cerró. Uravity se colocó su casco que había dejado en un escritorio y al ponérselo este se iluminó mostrando en el cristal ventanas de texto.

—Es un placer tenerla de nuevo, Uravity —se escuchó una voz femenina. —¿Qué puedo hacer por usted?

—Friday, revisa qué fue lo que ocasionó que la seguridad no fuera efectiva.

—En proceso, —y en unos cortos segundos en el cristal del casco se mostró imagines y diagramas de la fuente de seguridad. —Mis resultados muestran que hubo una falla ocasionado, uno de los servidores ha sido destruido.

Uravity comenzó a correr hasta donde se encontraba la sala de estar, ahí pudo visualizar como sus amigos se encontraban con una persona encapuchada.

—Primero desactiva las alarmas, Friday.

—Estoy en eso. El servidor de seguridad fue daño internamente, sus circuitos han sido quemados.

Pandora -IzuochaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora