CAPÍTULO 1

1 0 0
                                    

Por fin llegó el día en el que iba a cambiar mi vida por completo, tengo emociones encontradas, estoy nerviosa, porque es algo totalmente nuevo para mi, salir de mi pueblo, irme sola a una ciudad, empezar la universidad pero eso a la vez me hace sentir la adrenalina y la ilusión de empezar una nueva etapa en mi vida.

Ah sí, claro, no me he presentado, soy Lily Brown, y vivo con mi madre Caren y mi padre Thomas, en Bibury, un pueblo de Inglaterra con más vegetación que personas en él, es precioso, pero muy solitario. Como consecuencia he tenido que tomar la decisión de irme al centro de Londres, a perseguir mi sueño, estudiar Filología en la universidad y trabajar en una editorial de éxito.

- ¡Lily, baja a desayunar cariño o perderás el tren a Londres! -Grita desde el piso de abajo mi madre.

- ¡Voy mamá dame cinco minutos!

Me levanto de la cama y voy a darme una ducha. Mientras el agua caliente cae sobre mi, me vienen a la mente muchos pensamientos...voy completamente sola, ya que durante el instituto no hice buenos amigos, eso me lleva a pensar que puede que en la universidad me pase lo mismo, aunque espero que no, es gente nueva y diferente, voy a ser positiva.

Salgo y elijo algo cómodo para el tren, me esperan dos horas de camino hasta llegar a Londres, escojo unos vaqueros rasgados, un jersey gris de cuello alto, mis Converse y me recojo el pelo en una coleta alta y perfecta. Bajo a desayunar y veo a mis padres que ya están desayunando y esperándome en la isla de la cocina, han hecho tortitas y hay un aroma a café.

- Buenos días -sonrío.

- Buenos días cariño, ¿cómo te sientes? -Dice mi padre mirándome con una sonrisa.

- Mmm ahora mismo¡genial! Estoy deseando probar tus tortitas -digo riendo- Pero la verdad es que estoy bastante nerviosa por irme, es una mezcla de emociones.

- Normal hija, es algo nuevo para ti, pero verás como te adaptas rápido -me anima mi madre.

- Si, eso espero.

- Bueno desayuna y te llevamos los dos a la estación, para despedirnos juntos -añade mi padre.

Mientras desayuno mis padres bajan todas mis maletas al coche. Salgo y me subo con ellos que están esperándome. Durante el camino a la estación mis padres me hacen preguntas cada cinco minutos, sobre si me he llevado todo lo importante, lo típico.

- Bueno, ya hemos llegado, ¿bajamos para ayudarte con las maletas cariño? -pregunta mi madre.

- Si, creo que llevándome tres me pasado un poco -les digo riendo.

Bajamos del coche y me acompañan hasta la entrada a la estación. Estoy a cinco minutos de coger el tren de mi nueva etapa, que nervios.

- Es aquí -les digo.

- Vale muy bien hija -dice mi padre con una sonrisa.

Me miran los dos con nostalgia, y se acercan para fundirnos en un cálido abrazo los tres. Se me acelera el corazón, cuando nos separamos ya está llegando el tren y me despido de ellos finalmente.

Ya estoy sentada en el tren hacia Londres, por fin. Me he traído un libro para pasar el viaje de dos horas que me espera y que no me parezca eterno. Después de un rato no consigo concentrarme en la historia, siento tristeza al irme de mi pueblo y separarme de mis padres, pero se que es lo que debo hacer para conseguir lo que quiero, porque también tengo muchas ganas.

El tren se para, y todo el mundo empieza a levantarse de sus asientos. Cojo mis maletas y salgo yo también. Nada más salir es todo demasiado nuevo para mí, no se ni por donde ir para coger un taxi que me lleve a la universidad, cuando de repente alguien choca conmigo y ni se molesta en pedirme perdón, empieza bien la cosa.

Me dirijo hacia donde me va a recoger el taxi, y lo primero que veo es miles de coches y mucho ruido, me tendré que acostumbrar a vivir así. Veo llegar mi taxi y voy hacia él, el conductor me saluda y baja a ayudarme con mis maletas. Durante el camino a la universidad algo me tiene inquieta, empiezo a recordar el momento de subir las maletas al taxi, y mierda. Cuando el hombre de la estación se chocó conmigo la bolsa más pequeña que llevaba se me cayó, genial.

- Perdone, ¿podría volver a la estación? Me he dejado algo allí. -le pregunto al conductor.

- Oh, ahora mismo no puedo dar la vuelta, y sería el doble de coste volver otra vez -me responde el conductor con lástima.

- Vale...ya volveré mañana.

- Si, no te preocupes, allí está muy controlado todo y lo llevarán a objetos perdidos -sonríe.

Bueno, al menos me da algo de esperanza, porque no empiezo muy bien y todavía ni he llegado. Desde el taxi ya veo la universidad a lo lejos, ya no queda nada para llegar.

El taxi para en la puerta, y me bajo con mis cosas, que no se me olvide nada por favor. Es enorme, más de lo que me imaginaba. Miro hacia todos los lados los grupos de gente que hay por el jardín, hasta llegar a la puerta de la residencia y me acerco al punto de información para que me den la llave de mi habitación. La secretaria me da mis llaves y subo a mi habitación, está en la segunda planta, y la secretaria me ha dicho que mi compañera ya se ha instalado.

Abro la puerta y a la derecha veo una cama con cosas sobre ella y un armario abierto, está un poco desordenado, pero no hay nadie. Mi cama está a la izquierda, y entre las dos camas hay un ventanal con un largo escritorio. Empiezo a sacar la ropa de mi maleta y guardarla en el armario, cuando de repente oigo que abren la puerta.

- ¡Anda hola! Por fin te conozco, soy Emily -me dice alegremente una chica.

Veo a una chica alta, con una melena rubia y una gran sonrisa, que suerte parece muy simpática.

- ¡Hola! Acabo de llegar, soy Lily -respondo con una sonrisa.

- ¿Ya te han enseñado la residencia y la universidad? ¿O quieres que yo te haga un tour? -pregunta efusivamente.

- La verdad que no he visto nada, solo el hall y los jardines de la entrada, así que no estaría mal que me lo enseñaras un poco -respondo sonriendo- Por cierto, ¿y el baño?

- Ah si, lo único malo de aquí está en el pasillo, es común para cada planta. Pero no te preocupes, yo te enseño todo lo demás.

- Vale genial, saco todas mis cosas, bueno casi todas y nos vamos.

- Vale ¿casi todas? -pregunta extrañada.

- Si, es que tengo un problema, me dejé en la estación una maleta y tengo que ir mañana, a ver si con suerte está en objetos perdidos.

- Aaa vaya que mala suerte, pues te acompaño si quieres -sonríe.

Una vez he guardado todo, Emily me está esperando para enseñarme la residencia y la universidad. Estamos una hora viendo todo, es enorme y nos quedamos un rato en uno de los bancos del jardín hablando.

- Pues yo vivía con mis padres en Londres -me cuenta Emily- Pero prefería tener más independencia y venirme a la residencia de la universidad, y estoy muy contenta porque me ha tocado una compañera bastante maja y además hace la misma carrera que yo -dice guiñandome un ojo.

- Lo mismo digo -digo riéndome- No me esperaba hacer una amiga tan rápido, era uno de mis miedos, sentirme sola, pero parece que no va a ser así -sonrío.

Transcurre el día muy deprisa, y ya es de noche. Estoy metida en la cama y agotada, pero me siento genial de haber congeniado tanto con Emily, y hacemos la misma carrera, no podría ser mejor. Mañana ya es mi primer día de clases, y me levanto temprano así que debería dormirme ya, pero los nervios me lo impiden. Miro hacia la cama de Emily, y parece que está dormida. Salgo de la habitación y voy al baño para ver si me despejo un poco, pero al llegar no funciona la luz, genial. Paso igualmente ya que con la luz tenue de emergencia se ve algo, pero me siento incómoda al oír un ruido lejano, como si no estuviera sola será cosa mía, porque no se oye a nadie aquí.

Vuelvo a mi habitación y me meto en la cama, ahora sí caigo rendida y me duermo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 24, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Toda la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora