¿Como educar a los hijos hoy?

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La familia ha cambiado, no es la misma de otros siglos, ni aún de hace unos pocos años, es antigua pero su tradicionalismo es distinto. Ha ciertamente perdido su naturalidad tanto en su estructura como en su función; sexual y social. La autoridad ha sido desplazada, ya no hay solo padre y madre, ahora puede haber padres homosexuales, ambos pares de padres machos u hembras. Esta autoridad puede igualmente ser delegada a otros miembros de la familia sean estos directos o indirectos, incluso a algunas personas que no son de la familia. Algo que si queda claro es la figura del padre simbólico "El Nombre del Padre" que es la inscripción del sujeto en la cultura y su roce en ella. Es el recordatorio constante de que se esta sometido a la ley, por tanto no cometerá incesto acostándose con la madre ni tampoco se matara al padre. Es todo esto estar limitado por la ley asumiendo la prohibición, llenarse de deberes y obligaciones que le permitan vivir en sociedad sin joder a esta.

Los padres ya no están allí en casa, no esta la madre todo el tiempo en el hogar, ni el padre si no un poco de tiempo. El mundo les ha sujetado y estos buscan sobrevivir. Ahora educar ha pasado a otras manos, aquí es donde entra la escuela en su función de padres sustitutos. Aquí se les impondrá la autoridad y los ideales se mostrarán. Pero como se sabe educar y prohibir van de la mano. Si no es la solución educar a los hijos en la prohibición tampoco lo será en la liberalidad, demasiado de ambas es peligroso ya que desencadena síntomas y repercusiones que llegan incluso hasta desbordar en la muerte. El abandono de los hijos posibilita el que tomen ideas de todos lados, que un nuevo orden de moralidad les rija, en donde la curiosidad mata al gato y se oferté la demanda del placer y el goce, es entonces cuando los ideales ya no sirven y la ley es transgredida y el verdugo les toma en demandas de la justicia.
El temor impuesto y la mano firme parecen promesas que calmen el descontento por lo menos en lo social, aquí es cuando los padres o tutores tienen que hacerse un tiempo para amar, dar espacio, premiar y castigar a sus hijos o los que los tienen a su cargo, que se sientan dentro de una organización que se respeta y les respeta, antes que la tecnología u otros distractores acaparen toda su atención y entonces se pierdan y estos puedan o no volverse nuevamente a su función de hijos obedientes antes que tengan su mayoría de edad y decidan más firmemente en el camino que hayan elegido y la semilla que elijan sea buena antes que otra cuya fruto sea maldito.

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