❛𝗖𝗶𝗰𝗮𝘁𝗿𝗶𝗰𝗲𝘀❜

27 7 5
                                    

Hyunjin estaba de visita una vez más en el bosque, ese día Jeongin lo había llevado a un lago para mostrarle los peces. Él estaba muy emocionado, se había dado cuenta que amaba los animales, al igual que Jeongin.

El pequeño lago de agua cristalina estaba inundado de peces Koi de todos los colores, lo hacían ver aún más hermoso de lo que era.

-¿Te gustan los peces?

-Me encantan, son muy lindos – el pelinegro sonrió sin despegar la mirada del agua, ahí fue cuando tuvo una idea. Jeongin estaba sentado detrás de él, no tenía que acercarse tanto para ver los peces – Innie, acércate a ver esto.

-¿Qué cosa?

-Creo que algo le pasa a un pez.

-¿En serio? – Jeongin se arrastró a la orilla del lago, puso una mueca de dolor pero Hyunjin pensó que fue exagerado. - ¿Dónde?

-¡Ahí!

El pelinegro empujó a Jeongin al lago, cayó completamente de cara al agua. Por lo menos estaba completamente limpia y no tenía de qué preocuparse si la tragaba. Jeongin sacó la cabeza del agua y comenzó a quejarse y gemir de dolor, la risa de Hyunjin se detuvo.

-Ayúdame a salir, ayúdame.

-¿Qué pasa?

-Por favor, arde – Jeongin comenzó a sollozar, sin la habilidad de moverse sin sentir un ardor inmenso en sus muslos – P-por favor, n-no es gracioso, Hyunjin.

El más alto sacó al chico del agua, se preocupó un poco por él, tenía miedo de haber sido muy brusco y haberlo herido. Pero cuando Jeongin se subió un poco su pantalón, dejó ver varias cicatrices y contadas, cinco heridas abiertas. Pero no eran cualquier cortada, Hyunjin las reconocía.

-Tú… ¿Tú te hiciste esto? – Jeongin miró hacia otro lado, no quería hablar de eso - ¿Por qué?

-N-no puede creer que preguntes – se secó las lágrimas con las manos – Por favor déjame solo.

-Sí quieres puedo…

-¡Hyunjin! – el pelinegro se sobresaltó – Déjame solo…

Hyunjin obedeció y se fue, pero seguía preocupado.

Jeongin había llegado al lago antes que el otro chico, llegó con lágrimas en sus ojos y pasos cortos por el dolor en sus muslos. No quería decirle a su hermano, pero eso disminuiría tanto su dolor. Había estado cortándose desde hace ya un año o tal vez unos meses, cada vez se daba cuenta de que sólo hacía desaparecer su dolor emocional temporalmente, luego de unas horas volvía.

Se sentía rechazado, se sentía solo, se sentía encerrado, se sentía inútil. Lloraba todas las noches junto al lago y se escabullia por la ventana para que su hermano no se diera cuenta de lo que estaba sintiendo, no quería causarle más problemas. Y tenía que admitir que los comentarios que hacía Hyunjin le ponían muy mal, porque a él de verdad le parecía que era un chico muy amigable y no quería sentir desprecio de su parte.

Jeongin era un desastre entre sollozos y gemidos de dolor, necesitaba a su mamá.

Hyunjin iba corriendo entre los árboles con alcohol y una toalla, las había traído lo más rápido que pudo de su casa.

- Innie.

-Te dije que te fueras…

-Tonterías, no te voy a dejar solo con las piernas así – se sentó junto al castaño y le mostró lo que trajo.

- ¿Me dejas? – Jeongin asintió con lentitud – No te preocupes, vas a estar bien.

Hyunjin se encargó de desinfectar todas las cortadas que tenía el otro chico, hizo lo que pudo para que no le doliera tanto. Había traído un paño bastante largo y desgastado, así que lo partió por la mitad con dificultad, y lo envolvió en las piernas de Jeongin.

-Listo.

-Está anocheciendo, tienes que irte.

-No puedes caminar así, no tengo idea de cómo llegaste aquí en primer lugar.

-Sí puedo… - el más bajo se intentó levantar, pero el ardor y el dolor lo tiraron de nuevo al suelo – Mierda…

-Eres pequeño y delgado.

-Ya lo sé.

-¡Perfecto!

-¿Qué?

Hyunjin cargó al más bajito en sus brazos, pesaba pero no tanto como para no poder caminar con él cargado.

-¿Qué haces? No me puedes llevar, mi hermano se dará cuenta

-No te dejaré aquí botado.

-Pero…

-Si el pregunta – Hyunjin lo interrumpió – Le diré que soy del otro lado del bosque y me perdí, no te preocupes.

-Hyunjin.

-No puedes detenerme, solo te queda decirme hacia dónde ir.

Jeongin suspiró derrotado, al parecer cuando a Hyunjin se le metía algo en la cabeza era imposible hacerlo cambiar de parecer.

-¿Ves ese árbol de ahí? – Hyunjin asintió – Vas por ahí recto y llegas a mi casa.

-Bien, aquí vamos.

El castaño reposó su cabeza en el pecho del chico, tenía que admitir que era cómodo. Además, estaba exhausto de tanto llorar, el sueño le estaba venciendo.

-¿Aquí sigo recto? – esperó quieto por una respuesta - ¿Jeongin?

La respiración del castaño se había vuelto relajada y lenta, se había quedado dormido. Hyunjin estaba a punto de entrar en pánico cuando vio una pequeña luz cerca, y efectivamente, era una cabaña.

Notó que había alguien sentado afuera, ya tenía preparada su identidad falsa por si las dudas, pero cuando se acercó más, se dio cuenta que era un chico.

-Emm.. Hola

-¿Quién eres? – el joven de cabellos cortos tenía curiosidad, nunca había visto al pelinegro por ahí.

-S-soy… Soy Hyunjin y-y

-¿Vienes del otro lado?

-S-sí, me perdí.

El desconocido asintió, se había tragado la historia, frunció el ceño al ver que este completo extraño que decía estar "perdido", estaba cargando a Jeongin, su mejor amigo.

-¿Por qué estás cargando a Jeongin?

-Lo encontré… Tirado en… En los árboles.

-Esto está repleto de árboles, tontito.

-Cerca del…. Del lago – el joven se levantó y le dio un suave toquecito en la nariz a Jeongin, siempre lo despertaba.

-¿Felix?

-Hey, dormilón – sonrió - ¿Tienes novio ahora?

Hyunjin puso una mueca de asco, la cual por suerte el desconocido no notó.

-No, me lo encontré cerca del lago y me ayudó a llegar – todo coincidía con la historia de Hyunjin, estaban salvados.

-¿Por qué no podías venir solo? – Jeongin no respondió, Felix inmediatamente supo el porqué – Lo estás haciendo de nuevo ¿Cierto? – siguió sin responder – Dame, yo lo cargo adentro.

-¿Dónde está Chris?

-No estaba cuando llegué.

Felix tomó a su amigo en brazos y lo llevó adentro, importandole tres hectáreas de mierda quien era Hyunjin ahora que sabía lo de Jeongin.

Hyunjin no tenía idea de donde estaba en ese momento, pero después de caminar una o dos horas, logró llegar a la ciudad. Era un lugar grande, encontrar su apartamento no fue tarea fácil, pero llegó faltando diez minutos para las nueve y unos veinte para que su mamá llegara.
Se sentía tan mal por haber descubierto lo que Jeongin estaba haciendo, eso no era bueno para él, se estaba haciendo mucho daño.

Terminó durmiendose en el sofá antes de que su madre llegara.

◊❱𝗦𝗰𝗮𝗿𝘀❰◊ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora