En cualquier lugar habrá alguien que sea diferente a todos. Alguien único. Que no siga a nadie ni a ninguna regla del lugar en el que está.
Y en Bert esa persona era Blyanna. La hija del jefe de la isla.
No hacía nada de lo que los otros hacían.
No...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sí... no iba a negar que estaba triste por lo que pasó, nunca he sido del agrado de nadie, a veces dudo si a mi papá le agrado. No sé porque en estos momentos me da por recoger bien la casa, y así lo hice, iba de una lado a otro con mi semblante triste mientras recogía. Milagrosamente acabé todo antes de lo que me hubiera tardado si lo hubiera hecho con ánimos.
Fui a sentarme al sillón a tratar de descansar, aunque no tarde mucho así. Decidí que era mejor correr a Punta Cuervo a ver si en verdad había atrapado al dragón. Según yo corría, aunque mi inactividad física solo me permitía trotar.
Necesito más ejercicio de verdad.
En un mapa tachaba el camino que había hecho para no confundirme, pero me desesperé y terminé sin entenderle. Solo lo rayé y lo tiré para seguir mi camino.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━Los dioses deben odiarme. Esto solo me puede pasar a mí. La gente común solo pierde sus cuchillos en el lodo, pero no, yo tenía que perder un dragón. Y para meterle más leña al fuego un Furia Nocturna.
No lo pensé mucho y empuje una rama que me estorbaba. Pero Loki sigue atrás de mí, la rama regresó rápidamente y golpeó mi frente.
Mientras me sobaba la cara (que de seguro ya tenía un chichón) ví el árbol que me había golpeado. Este tenía algo raro, estaba completamente quebrado de la parte de arriba. Seguí con mi mirada el camino que algo había dejado por el bosque hasta una especie de cañón. Esto me daba a entender una sola cosa.
Bajé con cuida la colina, tratando de no matarme y hacer ruido, al final de este había una roca, lo suficientemente alta, como para taparme la vista.
Me subí a la parte más alta para ver qué estaba atrapado en mi red, pero me bajé con la respiración agitada al ver lo que ahí se encontraba.
El furia nocturna (que nadie me había creído que capturé) estaba ahí, atrapado, en la red que me costó casi un año amarrar. Al lograr calmar mi respiración solo asomé mis ojos.
Cuando logré reaccionar saqué mi cuchillo del cinturón, pero casi cae de mis manos por lo temblorosas que estaban, y no solo ellas sino todo mi cuerpo.
