Mi Ángel. (Tododeku)

Una caricia y una confesión.

Esa noche ambos héroes durmieron con una sonrisa en sus rostros, calentitos y abrazados era una imagen realmente adorable para cualquiera que los viera. Lo que ambos no notaron es que justo en el momento en el que se quedaron dormidos una persona abrió sigilosamente la cremallera de la carpa y una cabellera castaña se asomó, una expresión de asombro fue lo que invadió el rostro de la joven, verlos tan cómodos el uno con el otro casi la hizo temblar de la rabia.

No entendía cómo era posible que no le hubiera contado sobre el tipo de relación que tenía, sentía una fuerte presión en el pecho ya que creía fielmente que él sentía algo por ella pero todo estaba tan confuso, se suponía que la consideraba su mejor amiga pero nunca le contó sobre su nuevo quirk o sobre la relación que tenía con Todoroki.

Pero sabía que en ese momento no podía hacer nada, por lo que simplemente se resignó a volver a su carpa, ya pensaría que hacer al respecto.

El resto de la noche fue tranquila para todos los estudiantes, pero no se podía negar la emoción que sentía ya que intentaban adivinar que iban a hacer en las cabañas.

(...)

A la mañana siguiente todos los alumnos se levantaron bastante temprano, recién estaba amaneciendo por lo que desayunaron y cuando terminaron comenzaron a guardar sus cosas en los bolsos.

Todos habían notado cómo las alas de Midoriya habían desaparecido, llevaba una camiseta normal y sin roturas en la espalda, la curiosidad los mataba.

Shoto y Izuku ajenos a las miradas entraron a la carpa para guardar sus prendas y también debían desinflar el colchón, entre los dos enrollaron el colchón y sin que se dieran cuenta terminaron frente a frente.El joven bicolor dejó el colchón ahora doblado en el suelo y con delicadeza tomó la cintura del peliverde, Izuku sintió como sus mejillas se calentaban ante la intensa mirada de su amigo, aunque no sabía si debía llamarlo así todavía.

Pero todos sus pensamientos se dispersaron cuando sintió esos finos y suaves labios sobre los suyos, y eso para él, fue suficiente para perderse en las sensaciones y sentimientos que provocaba en él, Shoto sintió como esos fuertes brazos se colocaban en sus hombros y esas gentiles manos acariciaban su cabello con ternura.

Movió sus labios con suavidad y ternura, succionando el labio inferior del pequeño ángel. Sintió cómo su cuerpo temblaba contra el suyo, como su cuerpo ceñía aún más contra el tuyo.

-Sho-chan...- Su voz se escuchaba tan delicada y deseosa.

Para Izuku, sentir la calidez que le brindaba ese fuerte cuerpo cuando lo abrazaba lo llenaba de gozo. Shoto sonrió sobre el beso por lo que comenzó a repartir pequeños besos en sus mejillas y otros en sus labios.

-No podemos tardarnos tanto...-Dijo entre besos, Izuku mientras acariciaba con cariño las mejillas del mayor.

Shoto se separó de él con algo de dificultad, sintiendo sus labios hinchados y húmedos, su lado izquierdo estaba a punto de humear y la vista que tenía solo empeoraba su estado, al ver ese lindo cabello alborotado, esos hermosos ojos verdes brillantes acompañado con un tierno sonrojo en sus mejillas cubiertas de pecas.

-Está bien, pero cuando lleguemos quiero decirte algo, ¿está bien?- La voz de Shoto se escuchaba ronca y profunda.

-Está bien...-Dijo algo nervioso, Izuku.

(...)

Cuando terminaron de empacar todo y dejaron los bolsos y las carpas en el bus lo que los había llevado. Sus profesores literalmente los dejaron tirados en medio del bosque, simplemente les indicaron que tendrían que cruzar todo el bosque hasta donde estaban los picos de las montañas, allí encontrarán las cabañas.