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Todas las personas oyen una voz en su conciencia y eso es completamente normal, pero hay veces que la voz que oyes es diferente a la que deberías oír.
En un pequeño pueblo vivía una niña pequeña que era muy alegre, todos en el pueblo la conocían era la hija mayor de el señor y la señora Arendell, la niña aunque era muy pequeña siempre ayudaba a quien podía, pero con la llegada de su hermanita la personalidad de la niña había cambiado y sus padres no le habían tomado importancia a ese pequeño cambio.
Era un día lluvioso en el que la pequeña salió de su casa dirigiéndose a un pequeño bosque que estaba cerca de su casa. La pequeña traía algo en sus manos mientras corría en dirección al bosque, en su rostro se podría apreciar una sonrisa un poco perturbadora.
Los padres de la pequeña ya estaban preocupados porque no volvía así que avisaron a los vecinos y ellos dijeron que los ayudarían a buscarla. Mientras salían de casa dejaron a su hija más pequeña en casa de su vecina y al terminar de buscar por todos los lugares favoritos de la niña y no encontrarla pensaron dirigirse al bosque, aunque nunca habían llevado a su hija al bosque era el único lugar donde no habían buscado. Avisaron a sus vecinos para que se separarán y buscarán en el bosque.
Empezaba a anochecer cuando los señores Arendelle se empezaban a preocupar, pero un poco después la señora Arendell había soltado de golpe su linterna mientras se cubría su boca con ambas manos observando con terror en una dirección, él señor Arendelle dirigió su mirada en la misma dirección que su esposa, pero no logro articular una sola palabra.
Ahí se encontraba su hija sentada en el suelo con su vestido y cabellos empapados de agua, pero había más su vestido tenía manchas rojas al igual que sus manos y a su lado se encontraba un pequeño gato cubierto de sangre.
Los padres se asustaron y reconocieron al gato ya que era de su vecina que estaba cuidando a su hija menor, la pequeña niña al ver a sus padres se levantó rápidamente corriendo hacia ellos con una deslumbrante sonrisa, pero sus padres no podían verla a la cara ñ. Su madre empezaba a sentir secadas al ver al gato y su padre solo pudo articular una pregunta.
-Elsa- la pequeña miro a su padre- ¿Tu hiciste eso?
-Sí- dijo la pequeña niña con una sonrisa
Sus padres se vieron perturbados, pero tomaron a la pequeña y salieron del bosque dirigiéndose a su casa para cambiar la ropa de la niña.
Después de un rato reunieron a sus vecinos para avisarles que la habían encontrado, todos suspiraron aliviados regresando a sus casas. Los padres de Elsa solo pensaban en cómo ocultarían lo sucedido ese día.
Las cosas habían cambiado para la pequeña Elsa desde ese día, pero ella no sabía que había hecho algo que estaba mal ya que una voz en su cabeza se lo había dicho.
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