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~Narrador~ Aparcan la moto en la entrada de su sitio favorito desde niños, el que consiste en una playa no descubierta todavía o eso creen ya que se haría de oro. Ella se baja de la moto y abre la primera botella. - ¿No esperas a la música?- se ríe el, tienen una tradición estúpida; llegan y ponen su canción como ritual. Está prohibido enseñarle ese sitio a nadie en el momento que lo incumplan dejarían de ser Johnny y Arizona. - Todavía recuerdas las normas- se ríe ella subiendo la música. El la sube aún más y comienzan a bailar; al principio de la canción ella intenta aplaudir pero el la detiene cogiéndola de las manos y dándole vueltas. Sin duda alguna ella no se esperaba eso por eso ríe y ríe sin parar, adora esos momentos con Johnny y el todos con ella incluso comenzaba a acostumbrarse a las peleas. Cuando parte la canción comienzan a saltar y gritar como locos dando vueltas sobre ellos mismos y cantando la canción simulando que la botella era el micrófono, llega una parte más lenta, Arizona mueve las manos y la cabeza de forma dramática mientras que Johnny se queda admirando lo preciosa e infantil que se ve. - Vamos baila conmigo- pone un puchero. Él acepta sus manos y bailan, hasta terminar la canción entre risas. Se miran sin decir nada pero diciéndose todo lo que necesitaban en ese momento. Que se detuviera el mundo en ese instante quedando así toda la vida riéndose, abrazándose sabiendo lo mucho que se amaban sin necesidad de discutir de nuevo pero ambos sabían que no duraría ese momento siempre, por lo que la primera en separarse es ella para empezar a beber de la botella. Después de varias horas los dos se encuentran ebrios, ella más que él pero ebrios los dos y dormidos. Le despiertan unas ganas horribles de vomitar por parte de ella por lo que sin querer la da un golpe a Johnny, se rueda para vomitar, él ya despierto le aguanta el pelo riéndose por dentro, de repente ella le sonríe por encima de su hombro dejando a Johnny atónito y por un segundo se sintió completamente sobrio, sin saber que hacer la acostó en su pecho logrando que ella empezara a llorar. - ¿Te quedarás siempre Johnny?- esa pregunta a él le daba miedo ya que sabía que daría todo por ella desde que la vio por primera vez pero nunca estuvo seguro de sí Arizona haría lo mismo. Para él siempre fue su arma de doble filo quererla tanto. - Ya te lo he dicho- le agarra con sus dos manos la cara quitándole lágrimas con el pulgar- Creo que deberías descansar un poco- ella asintió y volvió a acostarse en el. Durmiendo hasta la mañana. - Johnny levanta- le grita tirándole una camisa. El medio aturdido se restriega los ojos y la ve a ella vestida. - ¿Por qué nos vamos?- pregunta levantándose y ayudándola a recoger todo. - Escucho gente y me da que debemos ir al instituto- le susurra comenzando a caminar hacia la moto. - ¿Qué hora es?- le pregunta Johnny intentando seguirla. - Las 8- le grita subiéndose en la parte de atrás de la moto- vamos- le da prisa. - ¿Porque no vamos a mi casa?- intenta convencerla. - Johnny, moto, ya- es último que dice antes de subirse a la moto.
~Daniel~ Después del trágico final de anoche me encuentro dejando la bicicleta cuando alguien me toca la espalda. - ¿vamos conjuntados?- me dice la bella Arizona con unas gafas de sol. Yo me rio por nerviosísimo.- oye te pido perdón, Johnny no siempre es tan capullo, y creo que hasta le caerías bien- me da una última sonrisa para irse con su novio. Es simplemente un ángel, una pena.
