Un ruido vagamente lejano se hizo presente en sus sueños e hizo que de a poco fuese abriendo sus ojos.
Miró un tanto adormilado toda su habitación y estiró su cuerpo en la cama. Hoy era el día en que le entregaban su uniforme de sheriff en la comisaria.No muy animado debido a su cuerpo aún queriendo resistirse a despertar, fue directamente a su baño a darse una ducha. Al menos eso le haría reaccionar a sus cinco sentidos para poder organizar su día.
Levantarse temprano no era de sus cosas favoritas, pero debía hacerlo si quería empezar de nuevo en ese pequeño pueblo que le había acogido luego de haberse mudado de Washington. Un escape repentino que le iba a despejar su mente y a olvidar lo desastrozo que había sido en su momento.
Luego de haberse graduado de la universidad y ocupar su profesión como alguien de la ley, se sentía a gusto después de todo. Habían personas que odiaban su trabajo después de haber estudiado para ello, pero éste no era su caso.
David, estaba siempre listo para cualquier reto.Luego de haberse duchado y despertado al cien por ciento, se colocó sus prendas y fue directamente a la cocina para prepararse el desayuno y empezar el día.
No iba a hacer mucho, sólo ir a la comisaría, recibir el uniforme, anotar algunas intrucciones y ya después tendría que ir a hacer las compras para su nuevo hogar. Como iba a quedarse para un largo tiempo, debía establecerse y conocer el pueblo. No era tan grande así que no tendría que ser problema para él. Adaptarse era lo mejor que se le daba.
Ya dispuesto a salir, pensó en mejor no llevar el coche. La comisaría no estaba lejos, sólo a un par de calles hacia la plaza central, así que decidió caminar y ahorrar combustible.
Salió de su casa y caminó sin mucho apuro. Decidió apreciar un poco más la zona para ir conociendo los lugares del pueblo.
Casi llegando a la plaza miró en dirección de un grupo de chicos que estaban con maletas y reconoció al más bajo de los tres recordando haberlo visto la tarde anterior.
Supuso que era el hijo de su vecino ya que éste no se había percatado de su presencia la tarde anterior a su llegada al pueblo. O eso era lo que creía.Continuó su caminata y pronto ya estaba en la comisaría, saludó a las personas que allí habían y se dedicó a recibir las instrucciones de su superior.
*
La mañana para Alexby era igual que siempre, pero lo que cambiaba en ese momento era la partida de sus amigos hacia la casa de Samuel para pasar las vacaciones. Le hubiese encantado ir, pero simplemente no quería hacerlo.
- ¿De verdad no piensas venir con nosotros? - Cuestionóu a vez más Samuel a Alexby.
- Ya te dijo que no, Deluque. - le empujó Rubius con su codo y continuó acomodando las maletas en el auto de su novio.
- Prefiero quedarme en casa. - Alexby se apoyó en el auto y le sonrió a Samuel - Estaré bien, no es como si me gustase salir a alguna parte. De seguro me quedaré en casa la mayor parte del tiempo.
- Esta bien, pero llámanos o te llamaremos. Así estaremos comunicados.
Alexby asintió y desvío su atención hacía la persona que estaba al otro lado de la calle. Se percató de quién se trataba. Era su vecino.
Rubius se dió cuenta de ésto y lo empujó un poco.- Pero bueno, ¿Conoces a ese tipo? Es como que un poco mayor ¿no?
- Es mi vecino, el nuevo sheriff que acaba de llegar - Le miró con expresión irritada porque sabía en qué dirección iban sus palabras. - Ni lo intentes, Rubius.
- Bueno, yo no dije nada.
- Si, claro que si. Me quieres acusar de que me llama la atención los hombres viejos.