Ese día no podía dejar de sentir, rabia, remordimiento conmigo mismo y con mi vida. . . miedo por lo que pasaría ahora, era imposible que Annie estuviera viva, era imposible que volviera a mi vida, un montón de preguntas invadió mi mente, preguntas sin respuestas que no dejaban de aparecer por mi cabeza. Alice me acompañó a mi departamento porque me habían dado el día libre hasta que me tranquilizara, no sabía que iba a hacer pero no dormiría tranquilo nunca más sabiendo que ella estaba viva, moría de ganas de contarle a Jerry y a Brenda porque estaba seguro de que ellos entenderían lo que me estaba pasando. Llegó la noche y Alice me abrazaba muy fuerte mientras dormía pero yo no me animaba ni a cerrar los ojos, por lo que tuve que levantarme con mucho cuidado para no despertar a Alice, me senté en el sofá a meditar, un par de lágrimas corrían por mis ojos mientras tomaba mi cabeza con ambas manos, escuchar su voz una y otra vez me atormentaba aún más, imaginar sus labios era mi peor pesadilla, yo la amaba tanto que no podía creer cómo era posible que no me recordara. . . que me haya desconocido de esa forma, era como si me atravesara un puñal por la espalda, tanto dolor volvía a mi mente que no lo resistía así que me coloqué una camisa y salí del departamento y llevé mi teléfono conmigo por si Alice se despertaba. Eran recién las once de la noche y yo caminaba y caminaba por la calle principal, a esa hora ningún auto pasaba por las calles, al menos las cosas en Londres eran así, yo miraba para todos lados, miraba mis alrededores y no encontraba nada interesante, yo caminaba mirando hacía el suelo por lo que no podía concentrarme en mirar al frente, caminé de vuelta al edificio y alguien paso por mi lado, no pude ver quien era pero cuando avanzó un poco más me distraje con el peculiar y único olor que tenía, era un perfume que reconocería en cualquier parte, por lo que me detuve, no seguí escuchando sus pasos por lo que deduje que se había detenido al igual que yo, giré para observar su rostro y mi respiración se cortó, no podía hablar por el asombro que tenía de ver a Annie frente a mí, ella me vio a mí de igual forma pero se asustó cuando dije un poco ahogado –“Annie”- lo único que dijo fue –“¡Ay no!- avanzó entonces como queriendo arrancar de mí, pero yo gritaba diciendo –“¡Espera! ¡Espera!”- tomé su brazo y la giré hacía mí quedando muy cerca el uno del otro. . . estaba ocurriendo de nuevo, volví al pasado una vez más, recordé aquellas veces en las que podía sentir su respiración y ver sus labios, tomé valor y un poco exaltado dije –“Es imposible que no me recuerdes Annie. . . deja de engañarte”- todo era perfecto hasta que ella se rehusó y me alejó de manera brusca diciendo –“¡Suéltame! Te juro que no tengo idea de lo que estás hablando, jamás te había visto en mi vida”- yo comenzaba a enojarme y sin medirme le dije –“¡Ya deja de fingir! ¡Deja de mentir! ¡Soy yo! ¡Michael!”- ella miraba para todos lados y cuando retomo fuerzas y pudo respirar dijo –“Escucha. . . te juro por lo más sagrado que ¡No! te conozco”- yo no entendía nada, como era posible que no me conociera, era idéntica a Annie, se llamaba igual que ella y su apariencia era perfectamente igual. El descontrol se apoderó de mí y con lástima y decepción le dije –“Es imposible. . . ¿Dime una cosa? ¿Cuál es tu nombre?”- ella reía de forma sarcástica y decía –“No voy a decirle mi nombre a un completo extraño”- ella se marchaba y antes de que fuera más lejos le dije –“¡Tu nombre es Annie Meyers ¿Verdad?!”- ella se daba vuelta riendo otra vez y de pronto dijo –“No, mi nombre es Annie Ruster. . . te das cuenta de que estas confundiéndome con otra persona”- yo no podía creerlo, una vez más era víctima de los impulsos de mi cuerpo, una vez más no podía creerlo, era imposible. . . tenía mi maldito apellido y eso significaba solo una cosa. . . mis padres tenían algo que ver con todo esto, entonces cuando los tuviera en frente no tendría compasión.
La dejé ir esa noche, porque no podía obligarla a nada siendo que no era capaz de mantenerme de pie, le conté todo a Alice quien me esperaba despierta, le conté todo porque no se merecía que le ocultara nada, me aconsejó muchas cosas pero mi decisión estaba clara. . . mis padres tendrían que escucharme y darme una explicación para todo esto. Iría a casa solo para hablar con ellos, volvería a California solo porque no me quedaría de brazos cruzados y Alice estaba de acuerdo con eso, lo único que hice fue decirle a Alice que pasara lo que pasara la quería y mucho, yo debía prevenirla de que era muy posible que recayera en mi pasado. El vuelo me recordó la primera vez que viajé en avión. . . me recordó a cuando llegué a Londres con el propósito de no volver a atrás pero ese día rompí todo aquello que había prometido. No pude dormir en todo el viaje, no pude pensar en nada hasta que llegué, estaba desesperado por llegar de una vez por todas, toqué ese timbre que me era bastante familiar y al ver a mi madre en la puerta dije –“Hola Mamá”- ella me miraba con emoción y dijo –“Michael”- me miraba desconcertada, definitivamente no esperaba mi visita, después de todo cuando me marché le dije que no volvería, era a la única a la que le daba explicaciones porque al fin y al cabo era una víctima más de mi padre, por lo que no podía ser duro con ella y dije –“¿Puedo pasar?”- ella disimulaba un poco su asombro con una sonrisa y dijo –“Si, si adelante”- yo buscaba incomodarla y dije –“¿Qué pasa?, ¿Creíste que no volvería?”- a lo que ella responde de forma desagradable –“Pues eso fue lo último que nos dijiste”- pero yo respondo diciendo –“Nunca he hablado enserio con ustedes. . .”- ahora la miraba fijamente a los ojos y dije otra vez –“. . . No puedo decir lo mismo de ti. . . ¡Vamos cambia la cara! ¿Pasa algo?”- ella estaba nerviosa entonces dijo –“No, no es solo que. . . no te esperábamos”- yo reía sarcásticamente y de forma apresurada le dije –“No te preocupes me iré en cuanto me digan lo que quiero saber”- lo que más me molestaba era que fingía no tener idea de lo que estaba hablando, porque dijo –“A sí. . . y ¿Qué es lo que quieres saber?”- yo comenzaba a jugar y ella entraba poco a poco en mi juego cuando de pronto yo le dije –“Pues. . . simplemente quiero saber ¿Cuándo pensaban decirme que tengo una hermana?”- ella estaba en shock y no se atrevería a decir su nombre si le quedara algo de vergüenza, o al menos eso pensaba yo porque me dijo –“No sé de qué estás hablando. . . de verdad. . . tu padre y yo no hemos tenido ningún otro hijo o en este caso. . . hija”- yo reía sarcásticamente diciendo –“¡Por favor! Te estoy hablando de tu amada hija a la que enviaron a Londres para la universidad, o vas a decirme que no sabes de quien te estoy hablando. . . te suena el nombre de. . . Annie Ruster”- observe con cuidado cada gesto que ella hacía y de pronto se escuchó una voz ronca que dijo –“¡¿Querida?! ¡¿Quién es?! ¡¿Qué pasó con Annie?!”- era chistoso que su propio esposo la delatara, pero cuando vi a mi padre llegar a la sala y le dije –“Los hechos hablan por sí solos. . . como siempre”- él siempre me había odiado pero jamás supe él porque, pero ahora le molestaba bastante que yo estuviera aquí porque me dijo –“¡¿Qué estás haciendo tu aquí?!”- yo reía en tono molesto y dije –“Bueno Papá estoy aquí para que me expliques con lujo y detalle cómo es que te resultó tu última movida”- se enfadó por el solo hecho de que hablara de Annie y me dijo –“¡¿Cómo te atreves a hablarme así en MI casa desgraciado?!”- mi madre una vez más no hacía nada y yo ya comenzaba a molestarme porque le gritaba diciendo –“¡¿Cómo te atreves TU a llamarla hija?! ¡Por fin lo conseguiste! ¡Arruinaste mi maldita vida!”- él reía, lo que me provocaba más impotencia aún, entonces me abalancé sobre él y golpe tras golpe lo dejaba sangrando, estaba a punto de matarlo sino es por los gritos de mi madre quien decía –“¡Ya basta! ¡Ya basta! ¡Ella perdió la memoria! ¡No recordaba nada! ¡Déjalo! ¡Por favor déjalo!”- solté a mi padre y me levanté apretando los puños, miraba a mi padre como se levantaba sin fuerzas y luego vi a mi madre y le dije –“¡¿Qué?!”- ella lloraba y lloraba y sacó el aliento y dijo –“Ella es nuestra única hija Michael. . . nos la robaron a los dos días de nacida, fue un bandido que le sacaba dinero a tu padre con tal de mantenerla a salvo, era un desgraciado. . . jamás lo conocimos pero sabíamos que tenía a nuestra niña y tu padre desde entonces no dejó de buscarla”- yo lloraba igualmente, por lo que tomé aliento y dije –“¡¿Y qué hay de mí?!”- ella lloraba y del solo grito que di se exalto aún más y dijo –“Te adoptamos cuando tenías un año”- mi corazón se quebró del solo saber que por esa razón me han odiado todo este tiempo por lo que le dije –“Por eso todo este tiempo me han odiado. . . me culpan por haber perdido a su hija ¿No?, si no me querían porque ¡Rayos! me adoptaron”- mi padre ahora tenía fuerzas para hablar y dijo –“Nos costaba aceptar que tú básicamente reemplazabas a nuestra hija, porque sabíamos que estaba viva pero debíamos adoptar a un hijo por la imagen que debía dar tu Padre. . . cada vez que te mirábamos, recordábamos como seria tenerla a ella”- yo no podía creer lo que pasaba, no podía creer que en realidad el amor de mi vida era la verdadera hija de mis desgraciados padres, no podía creer que todo esto ocurrió por algo tan bastardo llamado destino, pero aún así le dije –“¿Cómo es posible que ella los llame padres?”- mi madre no era capaz de decir nada por lo que mi padre dijo una vez más –“Nos llamo un oficial de policía. . . nos llamó para contactarte. . . ¡Ella solo decía tu nombre!. . . ¡Michael! ¡Michael!. . . una y otra vez, solo llamaron y les dijimos que éramos sus padres. . . porque lo somos”- tenían que responderme todo lo que les preguntaría, así que le dije –“¿Cómo supieron que ella era su hija?”- mi madre respondió ahora diciendo –“Lo supimos cuando la trajiste a cenar. . . ella vino con Carmen. . .”- yo la interrumpí diciendo –“Nana. . . así le decía ella”- entonces continuó –“. . . Nana. . . ella es mi madre. . . fue ella misma la que me lo confirmó cuando fuimos a la cocina ese día”- yo le dije entonces –“¿Quiere decir que ella era su abuela?. . . por eso pelearon el día que murió, Nana trató de explicarle, pelearon porque. . .”- mi madre me interrumpió diciendo –“Le dijo que somos sus padres biológicos. . . si en realidad te amaba como dijo. . . entonces no creo que haya podido soportarlo”- ahora entendía todo, ahora entendía porque se esforzaba en alejarme de ella, aquel día, ahora entendiendo porque él chofer del taxi iba tan rápido, de seguro ella se lo pidió ahora entendiendo porque me paso todo esto, porque mi corazón aun resistía después de todo. . . porque algo dentro de mi sabía que estaba viva y que tendría que volver a encontrarla y enfrentarme a mi pasado. Solo podía decirles una cosa antes de irme –“No le diré nada solo porque no soportaría tener que lastimarla, pero no la dejaré sola. . . menos ahora, puede que sea su hija pero se enterara de lo que en realidad son, lo haré. . . solo cuando esté lista. . . se los juro por mi vida”-
ESTÁS LEYENDO
Welcome to my Life [EN CORRECCIÓN]
Teen Fiction"Pocos entienden la manera que tienen otros de amar y muchos tienen el valor de dar una opinión al respecto. La pregunta es: ¿Cómo nos levantamos de nuevo?, después de haber perdido lo que nos da sentido a todo, ¿Cómo volveremos a apreciar la vida?"...