Canto tercero el amor a María.

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Dormí después del mensaje como bebé recién nacido, ya no sentía nada de cansancio ni me parecía la vida un engaño, después de conocer a María me encontraba extasiado, un rejuvenecimiento tenía y por acción divina me encontré extasiado, la sensación de alivio recorre mis venas pensé mientras de la cama me levantaba fuerte otra vez. María soñada desde tiempos remotos te había soñado, fuerte esencia la que me había salvado, ella brilla como el sol placentero en verano, no quema ni me incendia, es un calor extraño, se incrementa pero no asfixia, se corea en las grandes ensoñaciones del cantico bíblico, es un estable astro de nacimiento Zacatecano, de Zacatecas su forja y del mundo viajera insaciable, hermosos su ojos del café se aprecian en sus líneas del iris- El soñado amor desde que soy chirimbolo de la vida, he pasado las noches soñando a una extraña que cobró forma en cuanto apareció y le llame amor a lo que encuentro en mi corazón, algo demasiado pio y extraño, jamás sentimiento vago, es de por vida lo que he sentido, es por siempre el corazón bailando con esa imagen que ahora conozco y reconozco de sueños vagos de la infancia, de la adolescencia, de la superficie de mis neuronas y el centro del hipotálamo, así se forjan las historias de amor me dije en cuanto le conocí, por más que intento dejar de pensar en ella es inevitable pues el corazón en mano voy hacia ella caminando, en una amistad, en un saber de su existencia en algo para muchos vano, pero en mi escala de valores y conocimiento lo más preciado, me encanta María.

En poesía y en pintura le he plasmado, colores varios , el verde como principal elemento, esperanza en la mejoría de las cosas, en el amor, en la ilusión, en el paso certero de lo que estoy mirando, no es ficticio ni afrodisíaco, es la vida misma, el sueño plasmado, el corazón entregado, la abundancia de mis letras, la composición del cosmos, lo jamás pensado, es una estela que alumbra las sombras, un amor inmediato, el que por vidas había esperado, el reencuentro con la mística realidad, la bruja buena que a mi vida ha llegado, el sol, la solemne armonía de Brahams en el vals número 15 pequeña y solemne, brillante y fría, aspectos que discuten a veces mis neuronas y le dan algarabía . le hacen ser ella, me encanta mirarle y pasivo esperar su dulce vida aparecer en mi réquiem de Verdi "Libera Me" como hermosa heroína le admiró, no quiero que me salve de la vida miserable que conmigo traigo, ella sin pensarlo ni imaginarlo me liberó de las fauces de la muerte, yo le era fiel a la oscura noche y desde que ella apareció le soy fiel a la luz de su astro, al sol que sin piedad arrasa las sombras y calienta mi cuerpo como el Vodka que saboreo a diario – El amor a María me ha cambiado. 

Ludovico enflorecidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora