Capitulo 58

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Brisa

Guarde los libros en mi mochila y por fin salí de ahí, lunes, odio los lunes. Al menos el acelerado no es como el colegio

Me quedé en la puerta esperando a que venga Mateo dijo que quería comer conmigo, me encanta que sea tan pegado a mi, es un tierno

Boludie un rato con el celular para hacer tiempo, veo que el cielo se está nublando asique seguro llueve

Escucho pasos acercarse a mi y levanto la mirada pensando que es Mateo, no..

-hola bella- la colorada

No contesté nada porque tampoco me interesa, me acerqué un poco más a la vereda para fijarme por las calles, Mateo todavía no venía

Apurate pendejo

-quiero hablar con vos- me miro sonriendo

Me acerqué de nuevo a la entrada del lugar para estar bajo techo

-¿Que tenes que hablar conmigo?- pregunté -que yo sepa no te conozco para poder hablar de algo- me cruce brazos mirando la calle

-lo único que te voy a decir es..- la interrumpí

-si te vas a venir a hacerte la mala y decirme lo mismo que me dijiste por mensaje, ahorratelo- hablé firme

-te voy a dar un consejito- se acercó a mi tocándome el pelo pero la alejé

-no me toques mufa- corrí su mano

Rió -mira nenita, te hablo enserio Mateo es mío sabes- la volví interrumpir

-me chupa un huevo flaca, el no es un objeto- ya me estaba cansando la pelotuda esta

Me empujo -próxima que me interrumpís, próxima que te revoleo por el piso- me miró seria

Largue una carcajada -tan poco te queres como mujer- la miré desafiante
-hace tu vida fracaso, porque todo vuelve- conteste empujándola para que se aleje de mi

Suspiro -te voy hacer cagar pendeja- se me volvió acercar pero una voz nos interrumpió

-¿A quién vas hacer cagar vos?- se bajó de la moto caminando hacia nosotras

-hola turrito lindo- sonrió haciéndose la mosquita muerta

Mateo me miró con una ceja levantada para que hable pero me quedé callada

-responde lo que te pregunté- hablo Mateo mirándola a ella

Rió -ay negrito si estábamos hablando de ropa- le tocó el hombro pero el la sacó

Mateo suspiró y habló -mira yo pelotudo no soy, seré un wachin con algunas cosas pero te escuche bien todo lo que le decías a Brisa-

Yo miraba atenta todo lo que le decía

-pero si no pasa nada es mi amiga- sonrió

-yo no soy tu amiga- hablé por fin y Mateo me miró

-escuchame Milagros, vos le tocas un pelo a Brisa y me voy a olvidar que sos una mujer- le apuntó con el dedo

-¿No sabe defenderse sola?- preguntó desafiante

-obvio que sabe pero vos te la das de turra pero sos alta cheta infumable, la cortas acá porque te dije cuarenta veces que solo te cogi el año pasado y ya flashaste matrimonio- finalizó Mateo agarrándome la mano para irnos

-esto no va a quedar así- la colorada se cruzó de brazos empezando a caminar por la calle

-¿Que decís?- le gritó Mateo

-eu ya está- lo calme sobando su brazo

Cuando vimos que ya se alejó de nosotros completamente, Mateo se dio vuelta y me miró

-quiero que me contes que te dijo- se cruzó de brazos

-nada boludo dejalo así- agarre un casco que estaba apoyado en la moto pero me lo saco y lo escondió en su espalda

-quiero que en casa me contes todo- dijo serio para darme el casco y subirse a la moto

-¿No me vas a dar un beso?- hice puchero parándome a su lado

Quiso sonreír pero se puso serio de nuevo, no le sale hacerse el enojado

-uno nomas- respondió y me agarró de la cintura para devorarme la boca cosa que nos terminamos separando por falta de aire

Me subí a su moto y emprendimos el viaje a su casa, que no tardamos en llegar

En cuanto nos bajamos el entró la moto y yo fui hasta su cocina, al rato entró y se apoyó en la mesada mirándome con los brazos cruzados

Sonreí -¿Que?- pregunté

-contame- seguía en la misma posición

Rodé los ojos y enrede mis brazos en su cintura haciendo que deje de cruzar los brazos, me escondí en su cuello y él tocó mi pelo

-decime si te hizo algo Bri- susurro en mi oído

-no me hizo nada- lo miré -aparte no voy a dejar que me haga nada- levanté los hombros

-¿Comemos?- preguntó separándose

Asentí y el saco comida de la heladera, la calentó y fuimos hasta su pieza

-ignora el desorden- dijo sentándose en la silla de su escritorio

Reí y me hizo seña que me siente en sus piernas, eso hice, me senté arriba de él mientras comíamos y escuchábamos música

-¿Tu papá trabaja?- me recosté en su pecho de espaldas

El metió sus manos por mi panza y asintió, dejó varios besos en mi mejilla y habló

-¿Me vas a contar?- preguntó susurrando en mi oído

-¿Que queres que te cuente?- cerré los ojos

-lo que te dijo- contestó

Suspire y me senté bien -no te quería decir pero bueno- hablé

-¿Porqué?- frunció el ceño

Levanté los hombros -nose, no quería meterte en bardo-

-pero mira si me vas a meter en bardo por eso gorda- me agarró de la cintura para que me acueste como antes

-¿Viste el día que tu papá cumplió años?- pregunté

-si- afirmó

-bueno ella me mandó un mensaje, por eso te trate mal- dije

-¿Enserio te hablo?- pregunto
-¿Porque no me dijiste en el momento boluda? Que pendeja de mierda es- se quejó

-encima nose como consiguió mi número- hablé

-es verdad eso- dijo dudoso -pero no dejes que las cosas pasen me hubieras dicho en el momento a eso- acaricio mi mejilla

-perdón- lo miré

-para la próxima ya sabes- sonrió y nos dimos un beso que claramente él se encargó de intensificar.

Me dio vuelta haciendo que me siente a horcajadas de él, me apretó el culo que de vez en cuando dejaba algunas palmaditas. Bajo sus besos hasta mi cuello

Justo alguien toca timbre

-la concha de mi hermana loco- se pasó las manos por la cara frustrado

Reí y bajo a ver, al rato volvió a entrar

-era mi viejo- se acostó en la cama conmigo

Me levanté y agarré toda las cosas que tenía tirada en el piso, ropa sucia, limpia, zapatillas todo

-deja ya acomodo yo mi amor- hablo con los ojos cerrados

-vos dormí- se que está cansando hoy entro a trabajar re temprano pobre

Me acerqué a él y dejé un beso en su mejilla y seguí acomodando








Nada para decir chau

Ghetto ; Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora