"Umm... ¿dónde está Steph?" Dice mi voz en lo que parece más un chillido más fuerte de lo que pretendía. Mis manos agarran la suave textura de la toalla, y mis ojos vigilan asegurándose de que la toalla me cubre completamente.
"Ni idea." Murmura y enciende la pequeña pantalla de plasma del escritorio de Steph. ¿Qué hace él aquí si no sabe dónde está Steph? ¿Acaso no tiene habitación propia? Me muerdo la lengua, intentando guardarme los comentarios groseros para mí misma.
"Vale. ¿Podrías... irte o algo para que pueda cambiarme?" Me doy cuenta de que sólo estoy cubierta por una toalla, bueno, si lo ha hecho no lo demuestra.
"¡Cómo si fuera a mirar!" Se burla y se da la vuelta, tapándose la cara con las manos. Tiene un fuerte acento británico, ¿qué hace en Washington? No muy segura de qué responder a su comentario grosero, jadeo y camino hacia mi armario. Quizás es gay y por eso ha dicho "¡Cómo si fuera a mirar!". Eso o que piensa que soy fea. Me pongo un sujetador y unas bragas precipitadamente, seguidos de una camisa básica blanca y un pantalón caqui.
"¿Has acabado ya?" Pregunta. Se acabó.
"¿Se puede ser más irrespetuoso? En serio, estás en mí habitación mientras me cambio y te atreves a ser maleducado conmigo. No te he hecho nada, ¿qué problema tienes?" Digo, más duro de lo que lo siento pero el aspecto sorprendido de su cara me dice que mis palabras han tenido el efecto esperado en el chico tatuado.
Justo cuando creo que va a disculparse, empieza a partirse de risa. Me mira y simplemente se ríe. Su risa sería agradable si no se estuviera esforzando tanto en ser tan imbécil. Enseña sus hoyuelos y sigue riéndose cómo un idiota, sin saber que hacer o decir. Normalmente no me gusta pelearme y este chico parece la última persona con la que me gustaría hacerlo. La puerta se abre y Steph entra.
"Lo siento, llego tarde. Tengo mucha resaca." Dice y sus ojos hacen contacto con los míos para después volverlos hacia Kris.
"Lo siento, Tess, se me pasó decirte que Kris iba a venir." Se encoge de hombros disculpándose.
Me gustaría pensar que Steph y yo podríamos ser buenas amigas pero con la elección de sus amigos, no estoy segura.
"Tu novio es maleducado." Las palabras salen antes de que pueda pararlas.
Ambos empiezan a reírse. ¿Por qué toda la gente se ríe de mí? Empieza a ser molesto.
"¡Kris no es mi novio!" Ríe, haciendo hincapié en el "no".
"¿Qué la has dicho?" Frunce el ceño en su dirección. "Kris tiene una... forma única de conversar." Me explica. Básicamente está diciéndome que ser maleducado es parte de él. Genial. Kris se encoge de hombros y cambia de canal.
"Hay una fiesta esta noche, deberías venir con nosotros." Me ofrece. Ahora es mi momento de reírme de ella.
"Las fiestas no son lo mío, aparte, debo ir a comprar algunas cosas para mi parte de la habitación."
"¡Venga ya!... ¡Sólo es una fiesta! Ahora estás en la universidad, una fiesta no te hará daño. ¿Cómo se supone que vas a ir a comprar si no tienes coche?" Pregunta. No puedo ir a una fiesta.
"Ni siquiera conozco a nadie e iba a llamar a D.o por Skype." La digo y Kris vuelve a reír. "Iba a coger un autobús hasta la tienda."
"¡Ni se te ocurrirá coger un autobús un sábado! Van demasiado llenos, Kris puede llevarte de camino a su casa, ¿verdad, Kris? Y te encontrarás conmigo en la fiesta. Ven, por favor" Suplica.
La conozco desde hace un día, ¿debería confiar en ella? Sé que aparte de lo dura que parezca, es bastante dulce. ¿Pero una fiesta?
"No sé.... Y no, no quiero que Kris me lleve a la tienda." Digo y él pone los ojos en blanco con expresión entretenida.
"¡Oh, no! Con las ganas de tenía de salir contigo..." Remarca, con un tono sarcástico.
Siento el impulso de lanzarle una lámpara a ese pelo liso suyo.
"Venga, sabes que esta chica no va a presentarse en una fiesta." Ríe y por alguna razón, quiero demostrarle que se equivoca.
"En realidad, iré." Digo con una dulce sonrisa de revista. Kris ríe y Steph me abraza.
"¡Sí! ¡Nos lo pasaremos genial!" Grita.