Hoy es el día, el día en que las personas como yo nos entregamos a la labor de protectores, jurando de esta manera salvaguardar nuestra especie y protegerla de los males que nos rodean, a esta etapa primera le llamamos iniciación. Y todo comienza cuando cumples los 21 años con una ceremonia y caduca cuando optas por una especialización o cuando, mediante un juicio, determinan que no eres apto para llevar a cabo tu misión.
- Hija, ya es hora de que te despiertes, se hace tarde - Habla mi madre a través del otro lado de la puerta de mi habitación.
- Mamá aún es muy temprano, dame 5 minutos más - Le respondo luego de ver la hora en mi reloj de nochero.
- Lo haría, pero recuerda que hoy debemos hacer un par de cosas y no es que tengamos mucho tiempo como quisiéramos- me responde.
- Está bien, está bien - Pongo los ojos en blanco así no me pueda ver, y me doy por vencida, no es que pudiese hacer algo más.
Así que me levanto de mala gana de mi muy calientita cama y me dirijo al closet a elegir algo de ropa cómoda para hacer las vueltas que debemos hacer antes de la ceremonia. Opto por una blusa sencilla de color blanco, una sudadera gris y unos shorts. La pongo sobre la cama y tomo la toalla para irme a bañar.
Una vez arreglada me dirijo a la sala para encontrarme con mis padres para tomar el desayuno juntos, esta es una costumbre que tenemos, las horas de comida siempre son sagradas para mi familia, estos son los momentos del día en que aprovechamos para estar juntos y hablar de varios temas, pues el resto del día mis padres están en su trabajo.
- Buenos días, ¿Cómo estás?- Saludo a mi madre, quién se encuentra sirviendo el desayuno en la cocina.
- Hola amor, hasta el momento bien, sólo que un poco nerviosa, ¿y qué tal estás tú? - me responde mi madre con una leve sonrisa, tratando de ocultar los nervios.
- Entiendo mami, pero si es por lo que creo puedes estar tranquila, sabíamos que esto iba a llegar en algún momento- comento, intentando transmitirle un poco de tranquilidad- Yo estoy bien, y muy tranquila- miento.
- Qué lindas están las dos mujeres de mi vida, espero hayan iniciado este día con mucho positivismo - Interrumpe mi padre al entrar al comedor, con su optimismo característico.
Lugo de esto, nos sentamos a desayunar, durante este nos la pasamos hablando y riendo. Al acabar el desayuno cada uno se dirigió a su habitación para lavarnos los dientes y alistarnos para salir. Al entrar a mi habitación tomo mi cartera y me aseguro de tener mi identificación y algo de dinero, luego empaco mis audífonos y un par de toallas higiénicas (nunca sabes cuando las vas a necesitar), finalmente agarro mi teléfono y salgo de mi habitación.
En la entrada del condominio en el cual residimos, nos reunimos con mi persona (y prima) Marie, mi tía Loren y su esposo Andrew. Luego de esto nos dirigimos al centro de la ciudad e iniciamos a hacer las vueltas que teníamos pendientes, entre estas, llenar unos registros, algunas vueltas aburridas de mis padres y finalmente nos dirigimos a nuestra tienda favorita de ropa para hacer la elección del vestido con el cuál asistiré a la aburrida y detestable ceremonia. Una vez allí - y luego de medirme muchos modelos - opto por elegir un sencillo pero elegante modelo de color nude, que consta de mangas largas, acompañado de un escote en 'V' en mi pecho, ceñido a mi cintura y finalmente una falda que me llega a los pies con una leve abertura en mi pierna derecha.
Cuando llegamos a casa fue momento de empezar a alistarnos, pues en exactamente una hora inicia la ceremonia. Para comenzar, me hago un maquillaje delicado, el cual consiste en un poco de base y polvo, unas sombras de colores cálidos para los ojos y una delicada línea negra sobre las pestañas (línea de gato, le llaman), un poco de rímel y finalmente un labial rojizo. Cuando finalizo mi maquillaje, continúo con un peinado sencillo, el cual consiste una coleta alta adornada con un pendiente que me regaló mi madre y finalmente me pongo el vestido que compré en horas anteriores.
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Nada es como lo imaginamos (En proceso de escritura).
Novela JuvenilSoy Isa Locke, una chica de 20 años y con una vida llena de exigencias demandadas por mi familia, por lo tanto se hace un poco aburrida y monótona, o al menos hasta que empezó todo, hasta que los conocí y a partir de allí mi vida dejó de ser la de a...