1.01

442 23 0
                                    

AIRPORT, SEATTLE, WASHINGTON.

—¿siquiera miraste la foto? es precioso y llevo un año buscándolo—le explicaba a su amigo por teléfono—oh, cierto, y no me puedes decir que no puedo, porque acabo de bajar del avión para ir a encontrarme con el vendedor para una prueba de manejo.

—¿perdón?

—perdonado—caminaba con una maleta celeste en mano y el teléfono en la otra, entre decenas de personas en su misma situación.

—¿y dónde estás?—se escuchó como el hombre se tiraba a un sillón.

—seattle—dijo con normalidad.

—¿qué tan impredecible puedes ser?—suspiró de fondo, estresado.

—digamos que mucho. como sea, te llamaré más tarde para hablar de lo bello que es luego de poner mi trasero en él—imitó el sonido de un beso y cortando la llamada, parando un taxi.

...

—¡mare meva!—exclamó con sorpresa al ver el auto rojo parar—¿john?—se bajó el hombre del auto y corrió a saludarla.

—¿electra?—se dieron la mano y ella corrió al asiento de piloto con emoción, con su paraguas en mano—es un motor de 6 cilindros, 2.4 litros—explicaba el hombre dentro del auto.

—con tiro lateral de hidratos de carbono—sonrió—hitachi.

—eso es cierto—rió—¿quieres mirar el motor?

—estaba esperando que lo dijeras—pararon en una esquina al rato, la misma donde se habían encontrado para poder ver debajo del capó.

—realmente sabes tus cosas, estoy impresionado—habló cerrando la puerta, después de ver el motor—de todas formas deberías dejar que tu mecánico lo chequee.

—en realidad no soy de la ciudad, así que sería asombroso que acordáramos una fecha y vamos juntos—informó ella, entrando al auto mientras el hombre le abría la puerta.

—entonces te daré mi número—electra notó que el hombre sacó el seguro del auto, el cual le impedía salir por sí sola. mientras él daba la vuelta, dejó su teléfono debajo del asiento, en modo silencio.

—puedes doblar aquí y dejarme tomar un taxi a mi hotel—señaló a la siguiente calle, a lo que el hombre siguió de largo—te pasaste—lo miró y él ni se inmutó—bueno, puedes hacer una u aquí—volvió a ignorarla y esta comprendió totalmente que iba a ser secuestrada—john—fingió desespero—¿por qué no haces lo que te digo? ¿qué haces?—él siguió igual—para el auto—intentó abrir la puerta, como si no hubiera sabido que le había quitado el seguro—¡te digo que pares el auto!—gritó llorando para luego recibir un puñetazo en la cara, dejándola inconsciente.

FAMILY NEIGHBORHOOD, WASHINGTON, D.C.

—¿qué tal andrew? es valiente en griego—nombraba una mujer embarazada en la cama.

—llamémosle...sergio—su pareja armaba una cuna de bebés a un par de metros de ella.

—jaja, por favor, dime que bromeas—fingió una sonrisa, hojeando el libro de nombres.

—¿butch?

—¿qué tal donald?

—hans.

—¡no, no! espera. ok, gideon—lo miró con una sonrisa.

—ni se te ocurra.

—es hebreo, mira qué significa. es perfecto, gideon hotchner.

—no.

how gilipollas |s. reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora