Prefacio

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SEVILL/Fiesta de máscaras

SEVILL/Fiesta de máscaras

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Narrador: Omnisciente

La lleva hasta un lugar donde no llegan las luces del baile, ahí es donde se saca la máscara. Ella delinea el rostro de él, casi perfecto, pero luego roza su cicatriz y al ver su imperfección retrocede.

Ella nota que es imperfecto, pero él está convencido que ella también se convertirá esta noche.

Saca su cuchillo y ella queda estática apoyada contra un árbol. Él cubre con su mano la boca de la chica impidiéndole que oigan sus gritos. Luego procede atarla mientras tararear la canción que a lo lejos canta la banda de rock.

Saca de su bolsillo el pañuelo para vendar sus ojos que casualmente es transparente, pero a la vez negra, él piensa que le permitirá aún ver lo que va a hacer con ella. Además siente que es caballeroso de su parte dejarle la venda, ya que así no estará totalmente desnuda cuando la abandone.

Él se acerca para besarla con todo el gusto, los labios de la chica no muestran agrado, pero él presiona los suyos contra los de ella victoriosamente. Aun presionándola con sus manos, las cuales están cubiertas con unos guantes este acaricia su rostro de manera una y otra vez.

Prosigue a desgarrar su ropa, como respuesta la mujer grita desesperada. Cuando logra despojarla de sus pantalones ella se trata de defenderse, pero al lograr desbotonarle la camisa ya no se resiste. Aunque intenta darle algunas patadas no llega causarle algún daño aquel hombre que tiene en frente.

De sus ojos solo brotan lágrimas, pero Arti no se detiene ni un segundo en su plan macabro.

──Su imperfección señorita, es ser débil── comenta mientras acerca el cuchillo al cuerpo de la mujer.

── ¿Por qué  me haces sufrir?── pregunta ella en un susurro──. Solo mátame.

──Antes de la liberación , se tiene que pasar por el dolor──expresa él antes de darle el  primer puñal.

...

Poco tiempo después frente al él se encuentra un cadáver brillante de sangre. El asesino limpia el cuchillo en el tronco de un árbol cercano y se asegura de alzar su mascará y ponerle el antifaz a su víctima. Esta es la única prenda que tiene porque su cuerpo se encuentra totalmente desnudo. Sus manos aún permanecen atadas al árbol y su rostro está rojo por el frío viento de otoño.

Antes de irse de la escena toma el pulso de ella.

Nada.

La posición del cuerpo se asemeja a la de un ángel en una pintura, pero en realidad esa es la última pose antes de morir de esa mujer.

Sin ningún remordimiento nuestro asesino se dirige al estacionamiento y de alguna manera encuentra un camino no asfaltado que va hacia al bosque. Cuando se encuentra adentrado en su profundidad, un lugar bastante seguro, ábrela puerta del auto y aun sentado en el asiento del conductor se despoja de sus guantes tirándolos sobre el tablero.

Sin sentimiento de culpa se duerme en el asiento detrás de su auto pensando en ella. En como movía sus extremidades intentando escapar de la cuerda arriba de sus pechos y de la que sostenía su cadera. Sus movimientos lo habían terminado por arrogar al infierno.

La forma en que abría y cerraba su boca intentando gritar, lo habían entretenido. Aunque no podía ni siquiera articular una palabra, solo ruidos que fueron música de relajación para él. Es por eso que para endulzar el momento nuestro asesino le había proporcionado besos hasta el último segundo antes de clavarle la primera apuñalada.

Por fin Arti concilio el sueño, con una profunda sonrisa en su rostro se quedó dormido en la parte trasera de su coche, cubierto por una de las mantas que había empacado.

HORAS DESPUÉS

Alguien que estaba corriendo cerca de donde había sido la feria vio el cuerpo y aquella escena horrible

Luego que lo reportaran los policías investigaron la escena del crimen con mucho detenimiento. En pocos minutos habían liberado la víctima de sus ataduras y empezaron a recolectar la evidencia.

──Revisen cada detalle, tenemos que encontrar ese infeliz──expresa el aguacil.

──y yo me voy a encargar de hallarlo, Señor Tomás ──Dice una voz desconocida──. Un placer soy el detective Víctor, provengo del pueblo más cercano a la capital, me asignaron a este caso debido a la falta de personal que tienen.

──Así de preciso señor Víctor, un asesino nos ataca justo en nuestro momento más débil.

Jamás hubo un asesinato en Sevill, pero algo se sentía en el aire. Esa mañana de uno de noviembre no iba a hacer la última que encontrarían un cuerpo.

Un asesino a sangre fría andaba entre las personas de Sevill...

Aquel hombre había probado lo que era matar y no se iba a detener...

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El baile de Máscaras✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora