ONCE

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>Narrador Omnisciente< 

El pequeño hibrido de orejitas blancas apoyaba su mejilla derecha en el pecho del pálido, el cual mantenía su mirada en la nada, que le diría a sus padres sobre Kookie?, lo aceptarían?

Yoongi no tenia ni idea, el miedo le carcomía, que haría si sus padres por miedo avisaban a las autoridades? que pasaría con Kookie?, no quería perder a su pequeño conejito, no lo soportaría

Salió de su transe al sentir como las manitas del menor se dirigían a los ojos del antes mencionado para frotárselos suavemente

- A-amo?

El azabache se separo de su mayor para así estirarse 

- Por que me dices amo?

Hablo Yoongi incomodo, no le parecía que su conejito lo llamara de esa forma, sentía que Kookie no tenia pensamiento propio, y por ser EL SU AMO le haría caso en todo

- Mmm? por que... Tu eres mi dueño

Respondió seguro de la respuesta haciendo que el mas pálido enarcara una ceja

- Kookie... tu eres tu propio dueño... no dejes que nadie te domine, esta bien pequeño?

El de ojos color avellana asintió no muy convencido de lo que su amo le había dicho, desde pequeño le hacían recordar de que los híbridos habían nacido para complacer a sus amos, pertenecían a ellos y les tenían que hacer caso en todo lo que ellos ordenaran

Lo había vivido una vez y estaba seguro de ello

- Entonces...como lo debería llamar amo?

Con una mano en su mentón se puso a pensar en como lo podría llamar su conejito

- Emm Yoongi esta bien?

Dijo con una sonrisa de encías, aunque para el conejito eso le parecía muy informal

- No...amo es mayor que yo, no lo puedo llamar así...

Soltó esas palabras en un leve susurro para que su amo no lo escuchara, aunque no tuvo éxito por que el antes mencionado lo escucho perfectamente

- Bueno...esto...creo que hyung estaría bien, no lo crees Kookie?

- Hyung... suena bien

Formo una radiante sonrisa la cual dejaba ver aquellos dientes de conejito que tenia, eso hizo enternecer al mayor

Formo una radiante sonrisa la cual dejaba ver aquellos dientes de conejito que tenia, eso hizo enternecer al mayor

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Un ruido resonó en los oídos de las únicas dos personas que habían en la casa

El mas gruñón de los dos fue a abrir para ver quien tocaba aquel timbre a esas horas de la mañana, teniendo en cuenta que sus padres llegaban en la tarde

Mi lindo conejitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora