¶|Esto es la continuación del libro anterior...me quedé en el episodio 2, pueden ir a leerlo en mi otra cuenta que perdí. Aquí les dejo mi cuenta @MiniPatata58
¶|Trataré de escribir mejor, sin ninguna falta ortográfica y también mejor lectura descri...
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Había dejado al chico solo en la habitación, no me preocupaba mucho ya que yo llegaría tarde. El chico seguramente debería de estar dormido a esa hora. Yo me iba a ir a trabajar hacia al bar como cantinero, me gustaba serlo ya que cada vez que estaba, varios chicos venían y me contaban sus historias de amores perdidos, amores fallidos, amores a distancia... Y todo lo que tenga que ver con amor. Esa palabra tan molesta pero maravillosa a la vez me tenía con varias dudas. ¿Se puede amar a una persona de verdad? Aún...no lo sé. Volviendo a lo de barman, cambio turnos con mis compañeros cada ocho horas, ocho horas que para mi me sirven mucho, como para poder jugar algunas partidas con mis dos compañeros. En realidad no tengo mucho que hacer.
-Hmm...-Miré hacia todos lados, ya me encontraba en el bar, el lugar me gustaba demasiado ya que tenía varios años, se notaba por la madera vieja pero que cada vez tenía su revisión para que no pudiera perder su forma como la primera vez que la vi. Aparte de las luces blancas con otros colores fuertes que le daban un aspecto luminoso interesante al bar. Cogí un trapo limpio y empecé a limpiar la barra, poniendo portavasos para que las pequeñas gotas de las bebidas no ensucien nuevamente el lugar. Cuando vi que todo el lugar estaba limpio, decidí ver las cámaras frigoríficas, allí estaban las bebidas "especiales", como el vino tinto, licor y whisky. Escuché a alguien acercándose, suspiré, me arreglé la pequeña corbata michi que tenía y giré a ver al hombre que yacía sentado en el taburete. Se veía algo cansado, lo sabía por las grandes ojeras que tenía, aparte de tener una camisa blanca con una corbata roja, de seguro venía del trabajo, no veía su chaqueta, de seguro estaba sosteniéndola con sus piernas. Vi como apoyó sus codos de una manera delicada, me miró con unos ojos cansados. Me le acerqué para preguntarle lo que quería. -¿Qué se le ofrece?.-Le dije mientras levantaba una ceja, su cabello era de un color negro oscuro, estaba albotorado.
-Sólo quiero un café caliente con una cucharada de azúcar.-Dijo con una voz ronca, mientras que apoyaba su mentón en las manos que eran sostenidas por sus codos.
-Sonreí ligeramente.-Espere, en un momento se lo traigo...-Me giré para ver la estantería y poder encontrar la taza de porcelana que tanto deseaba usar, ya que casi nadie venía a pedir un simple café. Me puse de puntas para alcanzar la taza, cogiéndola con cuidado para que no pueda terminar en pedazos. Busqué la cafetera, encontrándola en un rincón con algo de polvo, cogí el pañuelo limpio que tenía en mi cinturón y la limpié dejándola como nueva. La apoyé en el lugar en donde estaba, abrí el compartimiento de atrás y con una jarra de agua fría, que por cierto ya tenía preparada, eché el agua, para luego ver los diferentes cafés que habían. No era un experto en lo de los cafés, pero estaba seguro que al hombre no le gustaría un café amargo...lo digo por experiencia propia. Vi un filtrador abriendo una pequeña parte de la cafetera , supongo que por ahí se echa el café...¿No?. Heché unas dos cucharadas de café que me pareciera normal pero que tenga un pequeño toque de amargura. Cerré el compartimento del agua y del filtrador, para luego poner la jarra del café debajo del molinillo y encender la máquina. Tardaría unos tres o cinco minutos, por lo que podría charlar un poco con el hombre, no había demasiada gente en la barra por lo que tendría tiempo de sobra para averiguar más de él. Me volteé viéndolo, estaba durmiéndose en sus propias manos. De seguro trabaja demasiado que ni tiempo para descansar tiene.
