El hotel de los fantasmas.

03

— Mierda Chenle — Los tres chicos gritaron al unísono.

—Debieron de ver su horrible cara —

—Será mejor que corras antes de que te vuelvas un residente de aquella casa. — Renjun levantó un puño al ver qué el menor se alejaba corriendo y fue trás el.

—Espera, yo también quiero pegarle — Donghyuck persiguió a su amigo.

Sin en cambio Jeno se quedó viendo fijamente en aquella casa, el era curioso por naturaleza, y ahora tenía curiosidad sobre si los fantasmas vivían en aquel lugar.

♣

Al llegar a casa Jeno saludo a su madre, quien se encontraba arreglando la mesa para cenar, una vez que estuvo listo, madre e hijo se dispusieron a comer.

— Jeno, cariño como te fue en la escuela. — Preguntó dulcemente la mujer.

—Bien —

— Jeno, cariño hoy llegaste un poco tarde de lo habitual fuiste con tus amigos— Nuevamente pregunto.

— Si —

Las respuestas de aquel joven eran bastantes secas, algo que hice sentir incómoda a su madre.

— Terminé— El joven se levantó de la silla para subir a su habitación.

Sin decir una palabra la mujer terminó su cena en soledad.

— Ni siquiera le pude dar el postre — Murmuró la señora.

Jeno se encontraba en su cuarto haciendo la tarea, aún tenía el cabello mojado debido a la ducha. Tres golpes despacios tocaron la puerta pero el joven no decidió hacerle caso, nuevamente los golpes se hicieron presentes.

—Jeno, cariño voy a pasar. —
La mujer caminó hasta llegar a su hijo. — Compré un pastel de vainilla y fresas, te traje una rebanada, Jeno debes secar tu cabello será malo que tomes un resfriado — Dejo la rebanada sobre el escritorio de si hijo y tomo la toalla que estaba en la cama para secar su cabello.

— Déjame en paz por favor y llévate el pastel, no lo quiero. — Dijo sin ni siquiera mirar a la mujer.

— Es tu preferido —

Jeno se levantó de la silla, arrebató la toalla de las manos ajenas, tomo el plato y se lo entrego a la mujer.

— Vete — Dijo el

— Jeno, debes poner un poco de tu parte también, mi comida sabe mal ahora pero mejoraré quiero que en un futuro quedamos ser la mejor relación de madre e hijo, haré de está casa un hogar para ti. — La mujer sonrió con nostalgia

— No eres mi madre, solo eres una mujer que está enamorada de mi padre, una mujer que siempre fue la segundo opción de mi padre, el te busco por qué mi madre lo dejo con su único hijo...—

Una bofetada había caído en la mejilla del menor.

— Vete de aquí ahora — Dijo calmado el joven.

— Lo siento, yo no quería hacerlo pero dijiste cosas sin sentido, yo soy tu mamá y tu eres mi hijo, yo cuídare de mi hijo. — La señora dejo el plato en una mesita. — Dejaré esto por si decides comerlo, descansa cariño.

Jeno, apresurado llegó a aquella mesa tomo el plato y lo aventó por la ventana.