Mi amor, Jong In.
Exageré, se suponía que era algo muy sencillo. Ahora puedo admitir que estas hojas son más para mí tranquilidad, que notas desesperadas de amor para tí. No habrías leído una sola y no puedes hacerlo ahora. Desearía que fuese distinto.
Debería narrar lo que plasmé, mientras estás recostado en nuestra cama, vagamente expresivo. Hm, te contaré un pequeño secreto. Dupliqué tus llaves, así fue como me introduje en el apartamento que compartías con Lucas. ¿Como las conseguí? Fácil, pedí ayuda al conserje del edificio. Cuando entré esa mañana especialmente gélida, te avizoré tras la puerta de vidrio esmerillado cuando tomabas una ducha. Permití que tu aroma embriagador me estremeciera.
Te hice tantas veces el amor dentro de esa bañera. Rememoré a fuego como enterrabas los dientes en mi cuello y clamabas sin pizca de pudor más rudeza, estrechándome tan delicioso. Gimiendo mi nombre, una y otra vez.
No resultó una grata sorpresa para ti. Esperaba que tu emoción fuese inmensurable. Sin aliento te exaltaste, resbalaste y heriste tu cabeza. Me sorprende cuánta fuerza albergarmos estando en crisis, ¿No es así? Afortunadamente tu ridículo novio pasó la noche en casa de su madre. Se suscitó un incidente con el automóvil durante sus cumplimientos laborales. Ups.
Fue extraño que no llamase. Ni siquiera se preocupa por ti. Simplemente continuó su día teorizando que fuiste a trabajar y volverías por la noche. Ah, qué tierno es.
¿Quieres saber cómo lo hice? Me las arreglé para llevarte en silla de ruedas, sin la intromisión de nadie. La compré para ti, Jong In. Utilicé el elevador, fue simple. Es conveniente que el último piso en realidad, sea el estacionamiento privado. No hubo necesidad de recurir al propofol que aseguré entre los bolsillos de mi chaqueta. Tú te hiciste cargo de eso, mi amor. Estuvimos en casa muy pronto, gracias al cielo. Te recosté aquí, en nuestra cama.
No me mires así, por favor. Te lo ruego. Comprende, las precauciones eran necesarias por tu propio bien. Si intentabas caminar tan pronto como fueses consciente, te habrías caído. Pasaste un shock violento, sin embargo, estoy muy orgulloso de ti, resististe, ¡Eres todo un guerrero!
Verte ahí, atado sin ningún lugar a dónde ir, me excita. No voy a negarlo. Quisiera desnudarte, besarte, tocarte, hacerte el amor hasta que no reconozcas tu propio nombre.
Por otro lado, mi desempeño es extraordinario. Cuidarte e ir al trabajo es toda una hazaña. ¿Te conté? Fuí transferido cerca de la calle hondae, es muy próximo de aquí. Significa que puedo llegar temprano a nuestro hogar. Admito que cuando tu madre apareció ayer, me entró un momento de pánico. Afortunadamente recordé la mordaza antes de abrir la puerta, así que no pudo haberte escuchado al fondo de la habitación.
Terminaré esto mañana.
Es demasiado para mi continuar ahora mismo.Tus ojos se están desvaneciendo y yo odio el gris.
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CARTAS A JONG IN.
Short StorySe dice que en la guerra y el amor, todo es válido. Pero las perspectivas pueden diferir.