Un golpe de suerte

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Nuestra corta historia comienza con un chico de ojos color avellana, pelo rizado y bonita sonrisa, que sufria las palizas de un padre que no tuvo amor, mientras está alejado de su podre madre, que poco puede hacer por él. Y por otra parte está  un angel, de rango 3 [el más importante] con ojos claros como el mar, pelo rubio como el sol, y sonrisa atrevida, que se juntan un día y nada vuelve a ser igual.

Comencemos la historia:

Nuestro pequeño protagonista, Brian May se llamaba, era un buen chico que alguna vez en su corta vida lo había tenido todo [amigos, una familia, estabilidad emocional], pero un buen día todo se esfumó. Su madre quiso divorciarse porque había encontrado el amor que Harold nunca le dío, en otro hombre, pero claramente, su padre ganó la batalla legal y se quedó con el. Pensaba que no estaría todo tan mal, pero cuan equivocado estaba. Su padre, un hombre recto y educado, no era lo que alguna vez pensó de él. El estar falto de cariño, hizo que su furia se desatara, golpeando nada más que al pobre Bri, y él aguantó muchos años, pensando que no le quedaría mucho para ser libre y estar con su madre. Primero eran los insultos, luego los golpes, y por último, las vejaciones delante de sus amigos, lo que probocaron que se sumiera solamente en sus adorados libros de ciencias. Pero aquí viene el problema; al ser tan estudioso puede parecer que todo es genial, pero no, recordad que los chicos durante el instituto puede ser muy cruel, así que recibió mil y un insultos por parte de la gente, desde ''nerd'' hasta ''rata de laboratorio'', y conforme pasaban los años, burlas aún peores, esconderle cosas, apartarlo del resto, y por ultimo, la agresión física.

Para haceros una idea de su vida, se iba pronto de casa para no ver a su padre, en clase le hacian muchas cosas, a la salida le pegaban, y en casa le volvían a pegar porque según su padre, era un cobarde por no defenderse. Hasta una vez, le pegó porque el único chico de toda la escuela le acompañó a casa, y de ahí, el otro sacó que ya era gay, como si fuera algo malo. Le pegó muy duro, y no volvió a ver a ese niño [no porque le hiciera nada]

Continuando con el presente, un buen día que Brian estaba solo en casa, apareció un misterioso sujeto. ¿Supongo que ya sabreis quién es? Exactamente, ese angel rubio que según le dijo, se llamaba Roger. Aunque al principio estaba asustado ensando que estaba loco, se acabó tranquilizando. Roger solo estaría un tiempo hasta que las cosas mejoraran, y aunque nuestro pequeño chico rizado no estaba seguro de que así fuera, pasó.

En pocas semanas, todo mejoró. Su padre salió 1 mes de viaje, así que estuvo todo el rato con su madre. En cuanto al colegio, los matones que le agredían fueron expulsados al ser pillados por un profesor pegando a nuestro niño, y en cuanto a la amistad de estos dos, Brian nunca se había sentido tan feliz. Por fín tenía un amigo, pero estaba empezando a sentir otras cosas.

Claramente, nada es de color de rosa, y en algún momento hay que despertar de tu mundo.

Un triste día de lluvia, con un cielo gris que avecinaba tormenta, Roger recibió una llamada del cielo, avisándolo que debía volver ya, porque las cosas ya estaban bien para su humano. El no quería volver, porque entre ambos niños había pasado algo muy bonito llamado amor, y tantos momentos y secretos habían compartido que no era justo que le pasara esto.

Con todo el dolor de su corazón avisó a Brian, y este, claro está, se puso a llorar, rogando a Dios, o lo que hubiese allá arriba para que le dejara quedarse. Como supondreis no pasó. Roger se fue, Brian lloró, y dos corazones se partieron ese día.

Pasando varias semanas, donde parecía estar todo muy tranquilo, nuestro protagonista pensó que podría seguir su vida. No sería facil porque estaba muy enamorado del rubio, pero con solo pensar que le quedaba un año para ser libre al fin de su padre, de la escuela, y de todos sus males, creía ver la esperanza.

El día final, cuando toda esperanza terminó para Bri y decidió rendirse, llegó ahora. Era un día normal. Estaba solo en casa toda la semana, así que tenía via libre para hacer lo que más le apeteciera. Salía de clase, dispuesto a pasarse por la tienda cerca de casa a compar un telescopio. Su padre no le dejaba, pero esa misma noche había una lluvia de estrellas que no se daba muy a menudo, y teniendo vía libre, que mejor momento. Pensando estas cosas, no se dió cuenta de quienes estaban esperándolo. Los dos matones que lo atormentaron siempre estaban ahí, ocultos tras un matorral. Brian no se dio cuenta hasta que 4 pares de brazos lo agarraron por la espalda y le taparon la boca para que no gritara. Ahorrándonos los detalles, le pegaron muy duro, esperando que nunca se le olvidara quienes mandaban ahí.

El pobre salió corriendo de allí lo mejor que pudo, esperando tranquilidad, hasta que vio el coche de su padre aparcado fuera de la casa, y el aire se le cortó. Entró lo más normal que pudo, esperando que estuviera dormido, o muy borracho, y sí, acertó. Estaba borracho como una cuba, pero muy molesto, vete tu a saber por qué, y nada más poner un pie en esa casa, recibió la primera de muchas más patadas, puñetazos, e insultos, que jamás pudo tener.

Empujó a su padre con la poca fuerza que le quedaba y corrió como si de una maratón se tratase hasta la casa de su madre, que estaba no muy lejos. Por el camino lloró tanto como pudo, entre el dolor de los golpes, y el sentimiento de que todo volvía a estar mal.

Llegó a casa de su madre, que nada más ver como estaba su hijo, llamó a la policia para denunciar a su padre. Entre que todo esto pasaba, Brian se fue a dar un baño, y mientras se quitaba las prendas echas polvo, se dio cuenta que no aguantaba más. Nada merecía la pena, y n podría soportar la idea de volver a casa, porque sí, su madre ya había llamado otras veces a la policia pero nunca los habían creido. Por ello, decidió quitarse la vida de una buena vez. ¿Por qué alargar este sufrimiento? 

Cuando estaba a punto de hacer alguna locura, su madre llegó, pudo detenerlo de hacer nada, y lo salvó de las oscuras garras de la muerte.

Brian recibió ayuda medica, y psicológica que pudiera revertir todo el daño hecho. No volvió nunca ha clase, y en verano, se fue junto a su madre, y ese buen hombre por el que había dejado a su padre a otra ciudad, muy lejos de allí. 

Con el tiempo, todo cambió. La gente lo respetaba mucho, su madre dio a luz una hermosa niña, por lo cual, volvió a sentir que tenía una familia, descubrió lo bien que se le daba la musica, pero sobre todo hizo tres grandes amigos, Freddie, John y Roger [ese ángel de pelo rubio y ojos azules que tuvo una segunda oportunidad del destino para vivir, y hacer feliz al de pelo rizado]

El mejor recuerdo que puede tener es el de ver, sentado en la hierba de una pradera cercana a su casa, esa lluvia de estrellas que no pudo ver ese mismo día que su suerte cambió, solo que esta vez, varios años después, y con un Roger Taylor que cargaba dos niñas pequeñas.

One-Shot de QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora