Después de sellar al temible Juubi y sacrificarse en la Cuarta Gran Guerra Ninja, Naruto Uzumaki se encuentra ante el Sabio y un consejo de poderosas entidades divinas. Con el destino de su mundo y el suyo propio en juego, el Sabio le concede podero...
Naruto Uzumaki estaba en la Cuarta Guerra Shinobi con su amigo Sasuke Uchiha, luchando contra un duro oponente: la bestia de diez colas, el Juubi. Naruto, cansado y con su mejor amigo al borde de la muerte por las heridas que tenía, preguntó: “¿No hay nada que podamos hacer contra ella? Es muy poderosa.”
Pero antes de morir, Sasuke le transfirió su poder a Naruto, dándole también su Rinne Sharingan. Naruto le preguntó a su inquilino si había alguna opción.
Kurama: Sí, hay una opción, pero el costo es muy alto. Puedes realizar el Shiki Fujin para sellarlo dentro de ti.
Naruto: ¿Cómo son los sellos?
Narrador: Luego de que Naruto preguntara eso, Kurama le explicó, haciendo los sellos a una velocidad increíble. Invocó al Shinigami, diciéndole: “Shinigami-sama, por favor, sella al Juubi dentro de mí. Sabes el precio mortal.”
Shinigami: Sí, lo sé y lo acepto.
Así, el Shinigami realizó el procedimiento. Cuando terminó, dijo: “Ahora me llevaré tu alma mortal”, pero justo en ese momento se detuvo el tiempo. Un hombre de pelo blanco, ojos rojos y una vestimenta de la realeza apareció y le dijo al Shinigami: “Quiero que lo lleves al limbo.”
Shinigami: Sí, Orden-sama.
Con mucho miedo, el Shinigami obedeció la orden, y el tiempo volvió a la normalidad. El Shinigami llevó el alma de Naruto al limbo. Cuando llegó, Naruto despertó viendo a varias personas. Solo reconoció a una.
Naruto: ¿Qué estoy haciendo aquí? —preguntó, mirando al Sage of Six Paths.
Orden: Yo te traje aquí para darte unos regalos y enviarte a otro mundo.
Naruto preguntó: “¿Y quién eres tú?”
Orden: Soy Orden, uno de los creadores del Todo. A tu lado está Amaterasu, una mujer de piel blanca lechosa con ojos negros y cabello del mismo color, vestida con un ajustado vestido negro que destaca su figura. Luego está Tsukuyomi, una mujer de cabello negro y ojos rojos, con un vestido rojo y una figura similar a la de Amaterasu. El siguiente es Susano, un hombre de cabello azul y ojos azules profundos, vestido con una armadura samurái dorada. Y el último es Gilgamesh, un rubio muy parecido a ti, con ojos rojos, vestido con una chaqueta negra sobre una camiseta blanca, pantalones negros y zapatillas del mismo color.
Luego comenzaron a darle los regalos:
Primero, Amaterasu le dijo: “Te daré unas llamas más calientes que el sol, que quemarán lo que tú quieras, incluso el tiempo.” Mientras le daba un beso en los labios, Naruto, sorprendido, correspondió al gesto. Se separaron con un fino hilo de saliva conectándolos, ambos con un leve sonrojo.
Luego, Tsukuyomi dijo: “Te daré una ilusión más poderosa que el Kotoamatsukami y el Tsukuyomi Infinito.” Hizo lo mismo que su hermana.
Susano dijo: “Te daré un arma capaz de matar dioses con suma facilidad,” mientras le tocaba la frente.
Después, Gilgamesh comentó: “Te daré todos mis poderes y recuerdos; tal vez obtengas algo de mi personalidad.”
Finalmente, Orden dijo: “Te daré el 1% de mi poder,” aclarando que con ese 1% podía destruir universos con facilidad.
Naruto agradeció a todos y preguntó: “¿Y adónde me enviarás?”
Orden: Te enviaré a un mundo donde existen ángeles, ángeles caídos, demonios, entre otras razas. Así es la historia de DxD. Renacerás sin tus recuerdos, y poco a poco los irás recuperando.
Luego, Orden levantó un dedo y Naruto desapareció en un destello, apareciendo en una habitación dentro de un gran castillo. Se podía ver a una mujer dando a luz. La mujer tenía tez clara, ojos azules y cabello rubio. Su nombre era Kushina Phenex. A su lado estaba su esposo, un hombre de piel castaña con cuatro brazos morados y tres ojos rojos. Este era Shiva, el dios de la destrucción.
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- Shiva:
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- Naruto:
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