Besos en la oscuridad (one-shot) Volkway

1-Más juntos que antes.

Las primeras gotas de lluvia se hicieron presentes humedeciendo la tierra bajo sus pies y apagando su cigarro, no le importo, siguió con su mirada fija al mar y con una mano apoyada en aquel árbol que había visitado en repetidas ocasiones. Estático, como si nada ocurriera a su alrededor, pensativo, adolorido, quería abandonarlo todo y a todos, pero eso sería egoísta de su parte, además no tenía el coraje suficiente para hacerlo a pesar de su dura personalidad, eso tan solo era una armadura con la cual cubrirse.

Quince minutos bajo la tenue llovizna contemplando el movimiento enloquecido de las olas, con su ropa y rostro completamente empapado, aunque no solo se trataban de gotas de lluvia, lo cual sus ojos hinchados lo exponían.

A su lejanía pudo escuchar el freno repentino de un auto y unos focos que lo enfocaban en la oscuridad del atardecer que con ayuda de la tormenta no tardaba en desaparecer, el golpe de la puerta y unos pasos apresurados tampoco fueron motivos suficientes como para que aquel hombre desviara la vista del vello y aterrador paisaje. Una mano lo tomo de su muñeca y sin previo aviso le arrebato el arma que este sostenía. Sus miradas se cruzaron, como tantas veces ya lo habían hecho en situaciones similares a esta.

V: J-joder Conway, está bien? Vamos al auto que esta todo empapado y se va a enfermera.

J: Déjame Volkov, déjame tranquilo. Déjame con ella.

Se soltó del agarre contrario y volvió a su postura original, no tenía la fuerza de voluntad como para seguir al peliblanco al vehículo y volver a hacer como si nada sucediera.

V: Escúcheme por favor, no tiene que actuar así conmigo, como si estuviera solo en esto y lo sabe, aquí estoy y estaré siempre para usted, así que por favor...

Lo tomo del hombro con delicadeza para que sus miradas volvieran a cruzar.

V: Vamos a casa Jack

Y así una vez más, aquel hombre rudo y cruel, cedió ante la petición de su bondadoso y fiel amigo, y única persona al que llamaría familia. Ya en el auto en camino al departamento de Jack, este cubierto por la chaqueta de cuero del ruso, solo contemplaba las gotas de agua impactar en el pavimento y los autos circular a su alrededor mientras se hacía presente un silencio que para nada era incómodo.

Una vez en el lujoso departamento, Conway se quitó sus zapatos y colgó la chaqueta prestada y se dirigió al cuarto de baño, como era de costumbre en esta casi rutinaria situación, Jack se daría un reconfortante y cálido baño, Victor se aseguraría que se encontrara mejor y luego se iría dejándolo solo una vez más. Y repitiendo ese patrón, al salir de la ducha se puso su pijama y seco con una toalla su cabello. En el living lo esperaba el ruso chequeando su celular y un poco peleando para no quedarse dormido, no era muy tarde, pero las emociones, un día largo en el trabajo y el cómodo sofá lo invitaba a dormir en el lugar.

J: quieres quedarte a cenar algo?

V: C-como disculpe?

J: Si te quieres quedar a cenar? Es lo menos que te puedo ofrecer por...todo

Una pausa se hizo presente, como si el ruso dudara de que decisión tomar.

V: Me quedare

Y con esas sencillas palabras una tímida sonrisa se asomaba en el rostro de Jack. Terminada la comida, la sirvió en la mesa con ayuda de su invitado para luego disfrutar juntos de una agradable cena. En la casa retumbaban las carcajadas por parte de ambos mientras resonaba la lluvia de fondo. Se hacían bien mutuamente, se ayudaban y lo más importante, se necesitaban. Muchos años vividos, muchas experiencias compartidas, se conocían entre ellos más que nadie en este mundo, eran todo lo que tenían y así eran felices, a pesar de vivir en guerra diariamente, si uno estaba alado del otro, podrían tener una razón para seguir viviendo.

Llegando casi a la una de la madrugada y con las luces apagadas en toda la casa a excepción del televisor, se encontraban los dos hombres en el sofá, mirando una película que Víctor escogió.

Al cabo de dos horas la película había terminado y Conway dormía mientras Volkov lo abrazaba por sus hombros, y aunque este último no quería salirse de esa situación que en rara vez ocurría, ambos debían ir a descansar a sus respectivas camas, le esperaba un largo viaje al comisario de regreso a su hogar.

Ayudo a un Jack algo somnoliento a caminar hacia la habitación y recostarlo sobre su cama, luego de taparlo con las sabanas apago la luz de noche para dejarlo descansar, pero antes de que pudiera hacer nada el contrario lo sujeto por un extremo de su camisa impidiendo su partida.

J: No me digas que ya te vas

V: Ya es tarde...

Este se interrumpió al sentir como Jack aferraba su agarre, no era capaz de encontrar las palabras y mucho menos el valor para decirlas, pero por su fortuna, para el ruso no hacía falta que dijera nada.

V: quieres que me quede contigo?

El pelinegro siguió callado por un momento para luego soltar la prenda.

J: Quédate solo un rato mas

Víctor se sentó en la cama alado de Jack y a pesar de la poca iluminación que podía entrar por la ventana de la habitación gracias a que las nubes de lluvia tapaban la luna, ambos hombres lograron encontrar por un momento sus miradas sosteniéndolas así por varios minutos, sin decir nada, simplemente contemplándose mutuamente, sin previo aviso Volkov tomo a Jack por su brazo y fue subiendo delicadamente hasta llegar a la cintura del contrario para acercárcarlo a él y formar un cálido y tierno abrazo que sorprendió al contrario pero que fue correspondido, se quedaron así por un tiempo, disfrutándose mutuamente ,sintiéndose, como sus latidos, aroma y respiración hacían un vals en esa reconfortante unión.

Jack dejo caer su cuerpo hacia atrás hasta quedar reposando entre la comodidad de la cama sin soltar al ruso el cual, a pesar de ser mas alto no le incomodaba en lo absoluto.

J: *suspiro* al menos quítate la camisa, sigue húmeda.

V: 10-4

J: y deja ya esa gilipolles

Víctor obedeció lo pedido para luego acostarse a su lado cubriendo su cuerpo con las sabanas

J: Descansa capullo

V: Descansé Conway

Dijo riendo un poco por el papel de policía que retomaba el contrario, cerro sus ojos mientras escuchaba como el otro se deba la vuelta dejándolo de espalda. Al cabo de unos minutos, ya casi conciliando el sueño sintió como unos brazos cubrían su cintura y Jack escondía su cabeza en su pecho.

Solo podía pensar en lo feliz que le hacía estar con aquel hombre malhumorado, correspondiendo el abrazo, deposito un beso en la cabeza de Conway y cedió ante el sueño que cada vez era más fuerte.

La noche transcurrió bajo la tenue lluvia y aquellas dos almas echas para amarse y cuidarse, pudieron estar más juntas que antes.