Heir To The Throne ~ Payton Moormeier [Terminada]

26. Ya no te quiero

Capítulo 26: Ya no te quiero

Anne

Las personas siempre tienen un límite, cuando ya no soportas más nada, necesitas desahogarte antes de tocar fondo.

Estoy en el borde de mi límite.

El problema es que ya no quiero la vida que tengo. Pero no hay nada que pueda hacer para cambiar mi destino.

La única opción que tengo es escapar por momentos, olvidar todo y poder respirar en paz.

Este es uno de los momentos.

Tuve que buscar una peluca en la habitación de mi madre, esta vez era una peluca de cabello negro, ya que Payton se dejó la última.

Sí, definitivamente tengo que dejar de pensar en Payton.

Ya es parte del pasado, él me olvidó, yo lo haré, y todo será como antes. Mi vida cambió y él no va a ser parte de ella.

Me vestí un poco más cómoda, cerré la habitación con seguro e inhalé hondo.

Decidida conmigo misma, salí por la ventana y bajé por aquellas escaleras flojas colgando, la diferencia es que esta vez no estaban esos brazos flacuchos para atraparme.

Esos malditos brazos flacuchos que me encantan, mierda.

Pero no importa, yo puedo sola y no necesito de nadie, soy una mujer independiente y madura, y un simple chico no va a debilitarme.

No es un simple chico, pero voy a ignorar eso.

Corrí por detrás de la fuente y tomé la bicicleta de paseo que estaba tirada en un rincón del jardín. Me fugué sigilosamente por la reja tapada con plantas y emprendí mi camino hacia la única dirección que sabía.

Es un lugar lleno de recuerdos, tranquilo y alejado de la gente. Estaba segura de que iba a poder encontrar paz allí.

Recorrí la ciudad despoblada, casi no se veía gente fuera, eso es bueno para mí.

Llegué a aquel prado, un poco agotada y mi peluca despeinada, la saqué de un tirón mientras caminaba por el césped llevando la bicicleta con una mano.

Me paralicé al escuchar una melodía. No estaba sola. Dejé lentamente la bicicleta en el pasto y mi peluca a un costado. Me acerqué lentamente a la figura sentada en el suelo, con una guitarra en sus manos, de espaldas a mí.

Lo reconocí. Sus pequeños rizos se sacudían levemente con el viento mientras él movía su cabeza al ritmo de la música.

Olvidé cómo se respira.

No, no y no. Estoy alucinando, él no está aquí y yo ya lo superé. Solo tengo que darme la vuelta e irme lejos.

Pero aún tengo la curiosidad y la furia de porqué me trató de esa manera, cuando él jamás lo había hecho hasta ese día.

— ¿Payton? — murmuré insegura y con nervios.

Automáticamente Payton se tensó, sus dedos dejaron de rascar las cuerdas de la guitarra y levantó su mirada hacia el frente, sin voltear a ver.

Arrastré mis pies dando dos pasos más cerca, él se levantó del suelo y volteó lentamente. Se veía un tanto desesperado y sorprendido.

Dejó su guitarra en el suelo y caminó lentamente hacia mí. Tenía sus labios entre abiertos y sus ojos miraban los míos. Se notaba cierta tensión entre nosotros, una parte de mí decía que corra a abrazarlo, la otra parte estaba dolida y me decía que me alejara, sin embargo me quedé estancada justo a unos metros de él.