Prólogo: La llegada de las Sirens.

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11/10/1937.
Flota de la real armada en algún lugar del  Atlántico.

El viento soplaba con fuerza y el cielo estaba cubierto por una gran tormenta, que amenazaba con descargar toda su furia en el profundo océano. En las embravecidas aguas, un grupo de barcos de guerra atravesaba el ambiente resistiendo el mal tiempo. La fuerza naval se componía de seis destructores, cuatro cruceros ligeros, dos cruceros pesados y un portaaviones. Este último era el barco insignia de la flotilla, el poderoso HMS Ark royal, todos ellos estaban bajo la dirección del almirante Lord Edward Flint, el cual observaba con consternación el clima que les rodeaba desde el puente de mando.

—No estoy cómodo con esta misión, tengo un mal presentimiento.— Comento el veterano almirante a su segundo mientras se mesaba su barba canosa con preocupación.

— Creo que se está preocupando demasiado señor, el informe de Misión dijo que se había detectado una anomalía en este sector y una petición de socorro. Posiblemente haya sido un maremoto o un buque mercante extraviado en la tormenta—Dijo el joven de pelo castaño mientras observaba una brújula junto con las cartas náuticas.

— Todavía le faltan unos años para alcanzarme en experiencia Señor Prichet. Sabría que si fuese algo así no mandarían a un escuadrón de ataque. Si no a un escuadrón de rescaté.— El almirante se colocó su gorra y se acercó al centro del puente junto con el timonel y el equipo de comunicación. — Que los chicos mantengan la formación, exploraremos este sector y volveremos antes de que empeore la tormenta.

La flotilla siguió dirigiéndose hacia el centro del sector desde donde llegó la petición de socorro. Cuanto más se acercaron al punto los sistemas de navegación daban cada vez más problemas y las brújulas comenzaron a fallar. La comunicación entre los distintos buques se cortó y rápidamente el Ark Royal solo pudo detectar a los cruceros más cercanos, el resto de los destructores estaban demasiado avanzados como para poder ser  vistos.

—¡Maldita sea! Prichet, ordena que todos los miembros estén en posiciones de alerta máxima— El almirante se sujetaba a la mesa del puente mientras recibía informes de situación de los barcos cercanos.

—¡Si Almirante!— el joven subcomandante salió del puente en dirección al equipo de comunicación de la cubierta donde ordenó la alerta máxima por los altavoces. Antes de volver al puente un gran estruendo estremeció el aire y una luz púrpura y amarillenta iluminó las nubes negras.—
¿Qué demonios, a sido eso?

—¡Almirante! Nos están llegando múltiples señales de objetos desconocidos de tamaños irregulares.— Dijo uno de los marineros observando los datos recibidos por los cruceros Suffolk y Norfolk.

—¿Se puede averiguar de donde a procedido ese resplandor?— Comento el veterano marino concernido por la situación de la flota.

—No señor... Espere, acabamos de recibir nueva información— La cara del hombre se puso blanca y su mano comenzó a temblar lo que preocupo a sus camaradas.

—Marinero, dígame las nuevas, ahora mismo, ¿Qué sucede?—.

—Se-se han ido señor... Las señales de los cruceros Suffolk y Norfolk han desaparecido...— La voz rota del marinero mientras decía las noticias hizo que el ambiente del puente se oscureciera más que la tormenta.

— ¡Manden señal de retirada! volvemos a las islas, la fuerza de lo que sean esos objetos es muy superior.— El viejo Lord grito de forma intensa, su cara reflejaba una preocupación nunca vista en el veterano almirante, la situación en la que se encontraban era de todo menos lo que tenia pensado.

El Ark Royal empezó a emitir señales luminosas a sus escoltas que estaban ubicados a unos metros más adelante, el portaviones junto con sus dos cruceros empezaron a virar a toda maquina.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2021 ⏰

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Azur Lane: Las crónicas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora