Mal hábito.

Especial Halloween.

-¡Gustabo corre! ¡Que nos cierran la tienda y luego nos quedamos sin disfraz!- Gritaba Horacio totalmente emocionado.

Después de mucho tiempo volvería a pasar un Halloween como antes, siendo feliz sin preocuparse donde dormir o que comer.

-¡Ya voy!- Fue lo único que escucho antes de meterse a la tienda.

Lo primero que le recibió en la tienda fue una variedad de ropa, algunas se encontraban dentro de bolsas y a su lado estaba la demostración de como era el vestuario.

Si volteaba su mirada se veía una variedad de máscaras, antifaces y películas de todo tipo, desde lacias a chinas.

-¿Ya sabes de qué te vas a disfrazar?- Le pregunto Gustabo a Horacio, este asintió animado.

-¡Hay que disfrazarnos de payasos!.

-¿Estás seguro?- Pregunto dudoso Gustabo.

-¡Pues claro! Nada malo va a pasar, eso lo se yo.

Gustabo asintió, aún tenía algo de miedo pero Horacio tenía razón. ¿Que podría salir mal?.

Se pusieron a ver distintos tipos de disfraz de payaso, a Gustabo le llamo la atención un disfraz que venía siendo mitad morado y mitad rosa, junto una peluca tipo afro de color morado.

A Horacio le llamo más la atención un traje azul junto una peluca del mismo tono.

Terminaron sus compras y salieron de la tienda.

- Siento que algo malo va a pasar en la fiesta - Empezó diciendo Gustabo, no le terminaba de convencer vestirse de payaso.

-¡Que no va a pasar nada hombre! Solo métete en el papel de payaso.

Si Gustabo, ¡Hay que divertirnos!.

Gustabo se tenso levemente al escuchar aquella voz, no podía dejar que saliera, no quería arruinar una fiesta.

Llegaron a comisaría, donde empezarían a vestirse, el maquillaje ya lo tenían gracias a Horacio.

-¡Gustabo! Deja de mover los ojos, no me dejas ponerte la mascarilla en las pestañas- Se quejo Horacio viendo como su amigo no se podía estar quieto.

Gustabo intento no moverse, más le era imposible, la voz de el payaso resonando en su cabeza no lo dejaba tranquilo, sentía que en cualquier momento el dejaría de estar presente y el payaso saldría.

Hagamos un trato, tu me dejas salir hoy durante un rato y te dejo en paz durante toda la fiesta.

Eso sonaba prometedor, podría dejarlo salir ahora durante una hora o dos y luego el volvería y no habría desastres en las fiestas. ¡Que gran idea!.

Gustabo acepto y sintió como el dejaba de tener el control de su cuerpo.

-¡Al fin te quedas quieto!- Dijo Horacio mientras terminaba de poner la máscara.

- Si quieres lo demás lo hago yo, ¿Esta bien?- Horacio asintió, dejando la bolsa de maquillaje en el medio de los dos.

Horacio se pinto la cara lo más sencillo que le podía permitir su disfraz de payaso.

Gustabo se pinto la cara de blanco, los labios se los pinto de un morado obscuro, en la parte de los ojos se hizo dos rombos también de color morado, también se pinto las cejas, ya que debido al maquillaje se tapo las suyas.

-¡Te está quedando muy bien! No sabía que te podías maquillar así de bien - Halago Horacio mientras le daba los últimos a su maquillaje.

- Tengo más habilidades de las que crees - Intento imitar lo mejor que pudo a Gustabo.