Reencuentros.

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Estoy demasiado nerviosa. Tengo muchas ganas de volver a la ciudad y de volver a ver a mis amigos. Después de todo, hace ya 3 años que no piso la ciudad. Ya casi no acuerdo de la última vez que vi a Rosa y a Alexy, antes de venir aquí. También me acuerdo de mis otros amigos del instituto; Peggy, Iris, Violeta, Armin, Nath,...

Y también está mi fallida relación con Castiel...
Fue una situación muy difícil y dura para los dos. En nuestro último año de relación conseguimos apenas vernos cuatro veces. La distancia entre nosotros fue la causante de nuestra ruptura. La separación no fue tan fácil para mi, dolió mucho, pero no podíamos seguir así. En ese momento estuve muy resentida con mis padres, pero ahora comprendo que ellos no tenían la culpa.
He notado cómo las lágrimas empezaban a brotar de mis ojos. Para mi no es un tema muy agradable.

Maldita sea Hannah, ¡recomponte! ¡Hemos decidido dejar el pasado atrás y centrarse en el presente!

Será mejor que deje los momentos de reflexión para otro momento, si sigo así llegaré tarde a la estación de trenes.

Corriendo he cogido mi maleta y he ido con mis padres a la estación de trenes. Cuando tenia que subir me he despedido de mis padres, que les ha costado despedirse de mi, sobre todo a mi madre.

Cuando he subido al tren he revisado mis redes sociales y he escuchado música. También he estado mirando el ambiente y el paisaje.
Estaba tan profundamente dormida de repente la frenada del tren me ha despertado, cayendo mi móvil y mis auriculares. Varias personas se han girado a verme y un pequeño grupo de adolescentes se han reído. Genial, empezamos de maravilla.

En un tiempo récord de el que pensaba, ya había cogido la maleta y me había bajado del tren rumbo hacia fuera donde debo coger un taxi.

Después de coger el taxi, he llegado a la casa de mi tía Olivia. A continuación, he llamado al timbre y me ha abierto mi tía.

-¡¡OH DIOS MÍO, HANNAH!!- en ese momento mi tía se ha sorprendido y me ha abrazado con fuerza.

Evidentemente, le he correspondido el abrazo. A decir verdad, la echaba mucho de menos. Ella ha sido como una segunda madre para mí durante mi infancia y adolescencia. Le podía contar cualquier cosa y ella me daba consejos.

-¿Qué haces aquí? ¡No esperaba tu visita!

-¡No estoy de visita Tita! He vuelto porque voy a hacer mi último año de carrera aquí en la universidad.

-¿Y no traes nada contigo?

-¿Cómo que no traigo nada? ¡Traigo mi maleta!

-¿Y donde está?

-Esta justo a...- cuando me doy cuenta veo que mi maleta no está al lado mía, si no que está bajando la calle a toda velocidad, ya que la calle en la que vive mi tía es muy empinada.

-¡NOO, MI MALETA!

Voy corriendo detrás de mi maleta antes de que se vaya a la carretera. Afortunadamente he conseguido atraparla y he vuelto a subir la calle.

-Bueno, volviendo al tema, ¿podría pasar la noche aquí?- pregunto nerviosa.

-Pero bueno Hannah, ¡eso ni se pregunta! Claro que puedes quedarte, siempre habrá espacio para tí.

-Gracias Tita.

Cuando he entrado he notado la presencia de Elvis, el gato de mi tía, el cual me ha mirado con una cara seria. ¡Que buena bienvenida!

Después de dejar mis cosas en la habitación de invitados, mi tía y yo hemos hecho la cena.

-¿Y qué día empiezas la universidad?

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2020 ⏰

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