Capítulo 3: Clarice.

303 23 14
                                    

La clase transcurrió normal. A diferencia de otros institutos en que los alumnos van de aula en aula, en esta eran los maestros quiénes lo hacían, con el mero fin de evitar todo el desorden y que los alumnos se escaparan, saltaran horas de clase o se fuésen "De pinta".

Vanessa se sentía algo diferente junto a Clarice, era una sensación incómoda y agradable... ¿Incógradable? Como se le quisiése llamar, la verdad es que se sentía bien si ignoraba la extraña sensación incómoda creada cuando sus miradas se encontraron.

En medio de una de las clases, la aburrida clase de Geografía, Vanessa recibió un papel doblado. Miró a su lado, Clarice le sonrió.

"-Hola :) como ya dije soy Clarice... Esta clase es aburrida. ¿Puedo hablar contigo?-"

Respondió escribiendo:

"-Bueno, me gusta geografía, pero eres nueva y no me gustaría que pasáras un mal rato por que la borde de tu compañera de pupitre no te quisiera hablar ;) -"

Quizás sonó algo cortante, pero así era Vanessa  cortante y distante.

Clarice: "-¿Cómo estás?-"

Vanessa: "-Normal, ¿Tu que tal?-"

Clarice: "-Lo mismo digo-"

Vanessa: "-¿Te sientes a gusto aquí?-"

Clarice: "-No conozco a nadie-"

Vanessa: "-Ahora me conoces a mí-"

Clarice: "-¿Enserio? ¡Genial!-"

Vanessa: "-¿Almuerzas conmigo en el receso?-"

Clarice: "-Obvio si :D -"

Vanessa: "-¿Aceptas sólo para no estar sola? (~_~) -"

Clarice: "- D: ¡No! ¿Cómo crees?-"

Vanessa: "-Es broma, se que soy maravillosa y te caigo bien ._. -"

Clarice: "-Presumida... Pero sí, me caes bien-"

Se miraron por un momento y sonrieron.

Vanessa: "-No debemos seguir hablando, el profesor nos mira-"

Clarice: "-Lastima, nos vemos al almuerzo ;) -"

Vanessa rompió el papel en pequeños pedazos, se levantó y lo tiró a la basura. Al volver pudo notar la vista de Clarice clavada en ella, en su cuerpo, en sus ojos. La chica parecía no darse cuenta de su obviedad, pero Vanessa aún así lo pasaba de largo. "Chica fijona" pensó y rió para sus adentros.

Vanessa poseía un largo cabello negro que cubría toda su espalda. Tenía los ojos café oscuro y la piel blanca de un tono que daba la impresión de que se hubiése bronceado. Delgada, con atributos atractivos para más de uno de sus compañeros y compañeras de estudio, pero nadie la halagaba, puesto que era muy distante y callada, a veces daba miedo. Pero con Clarice se había mostrado más abierta, Vanessa no sabía por qué exactamente, sólo sentía aquella extraña sensación que provocaban en ella los ojos de aquella chica.

El timbré sonó, era hora del almuerzo y todos salieron. Clarice y Vanessa salieron juntas, fueron a la cafetería y se sentaron en una mesa. Clarice había traído una bolsa con manzanas y agua y Vanessa dijo que no el gustaba la comida de la cafetería, por lo que no comería nada.

-¿Quieres una manzana?- Preguntó Clarice algo tímida.

-Si, gracias- Respondió Vanessa brindándole una sonrisa. No había comido desde el poco desayuno de la mañana y una manzana de veinte calorías no caería mal.

-Eres linda- Dijó Clarice de repente.

-G-Gracias- Vanessa se hallaba sorprendida, es decir, no porque se lo dijiése una chica, sino porque cuando ésta se lo dijo sintió como su corazón saltaba y sus mejillas se encendían -Tu no estás mal- Dijo tratándo de recobrar su compostura.

-No me digas- Clarice le sonrió pícaramente, acercándose un poco -¿No estoy mal?-

-P-Pero ¿Q-Qué crees q-que haces?- Estaba sudando, sí, sudando... ¿Qué hacía sudando de los nervios, y por una chica? Pensaba más aterrada por esto que por la cercanía entre ella y Clarice.

-Dame un beso amor- Clarice hacía señal de querer besarla, estirando sus labios hacia adelante y acercándose peligrosamente a la boca de Vanessa.

-A-Aléjate o te arrepentirás- Estaba roja cual tomate, parecía que en verdad aquella chica la fuése a besar, así cómo así. Sin pensarlo más su mano salió disparada hacia la cara de Clarice, dejándo estampada una marca en su linda mejilla.Todos en la cafetería voltearon al escuchar el sonido provocado por el fuerte golpe.

-¡Auch!- Gritó con dolor Clarice -¡¿Pero qué te pasa niña?!- Volvió a decir con un tono de voz extremadamente alto, mientras con una mano se acariciaba la mejilla.

-¡¿Qué me pasa?! ¡¿Que demonios te pasa a ti?! ¡Ibas a besarme!- Exclamó sin pensar en todas las personas a su alrededor.

-¡Wow!- Se escuchó decir a varias personas en la multitud de alumnos entrometidos.

-¡Sólo estába jugando! ¡Eres una salvaje, una agresiva!-

-¿A sí? ¡Pues no entiendo! ¡Yo nunca he jugado ese tipo de juegos! niña rara, si quieres jugamos cartas o hasta a las escondidas, pero yo no soy así, ¡No soy una maldita lesbiana!- Estaba exasperada, estaba molesta. Apretaba los dientes y estaba roja de furia.

-Uuuyy- Dijeron muchos.

-¡Era sólo un juego! ¿Qué no entiendes? ¿Por qué demonios querría besarte? ¿Te crees el centro del universo o qué? Estúpida creída- Clarice se levantó y se fue de la cafetería, al salir esta todos se quedaron mirando a Vanessa.

-¿Ustedes qué?- Preguntó -Ya se les acabó el show ¿No? ¡Lárguense!- Gritó y todos se esparcieron.

Se quedó allí sentada, un rato después se levantó y se fue al baño. Se sentó en el retrete y una lágrima escapó de su ojo. ¿Estaba llorando? ¿Por qué lloraba? No, ella no estaba llorando por Clarice, no estaba llorando por una chica, no podía ser. Se repetía esto infinidad de veces, a fin de convencerse a sí misma. Finalmente soltó un mar de lágrimas, pero dejo de hacerlo al escuchar un ruido fuera del cubículo del baño en que se encontraba. Salió sin preocuparse por ocultar que estába llorando, al hacerlo se encontró con Clarice mirando su mejilla roja por la chachetada recibida, se la tocaba suavemente y hacia muecas de dolor. La chica se percató de que tenía compañía, miró a Vanessa en el espejo. Sólo se miraban, se miraban fijamente la una a la otra en el espejo. Los ojos ámbar de Clarice lucían tristes, Vanessa se sintió culpable.

-Era sólo un juego- Volvió a decir Clarice con tono apagado. Vanessa se fue.

Pasó el receso e inicio la clase de matemáticas. Vanessa se sintió terrible, tendría que soportar a la chica nueva, a la "jugadora". Se sentó resignada y se dedicó a mirar por la ventana, detallando todo fuera de ella. No notó la llegada de Clarice, ni la mirada de esta clavada en su compañera de pupitre. No notó sus ojos vidriosos, o su aún visible marca en la mejilla, no escucho su acelerada respiración provocada por algo más que la simple cólera... No podía escuchar sus pensamientos o los latidos de su corazón. No escuchaba la existencia de Clarice.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 04, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Qué Es El Amor? (ChicaxChica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora