La maldad misma puede venir de diferentes formas y versiones. Algunas peores que otras. Algunas veces es manifestada sin intención y provocado por diferentes situaciones que las originan.
Nadie se salva de sus horrores y todos somos afectados por ello, aun el más mínimo pensamiento. Puesto que los mas aterradores pensamientos...
Puede venir de uno mismo.
Pasa por nuestras cabezas y que negamos rápidamente al reconocer lo correcto de lo incorrecto. De lo bueno y lo malo. A través de un pensamiento que se puede volver más fuerte, que se queda en uno y lo niega, hasta olvidarlos y enterrarlo en su sub-consiente. Pero a pesar de ello queda plasmado y se vuelve más fuerte. Y en este caso...
-¿Por qué me niegas?
Desde los adentros alguien pregunta, con una voz seria y triste a la vez.
-Soy tu.
-No es cierto.- Alguien niega, un infante.
-Claro que lo soy.- Dice otro con apariencia de infante igual.
-¡Cállate!
-Veme a los ojos.
-No quiero.
-Hazlo.
-¡No quiero!
-¿Y porque no quieres?
El niño atemorizado no lo ve, no quiere, su mirada solo la tenia abajo y veía el cuerpo del quien le pregunta.
-¿Te doy miedo?- Viene esa pregunta.
No se escucha nada. El silencio se interpreta la respuesta.
-Pues haces bien. Debes temerme Link.
-¡¿Por qué?!
El héroe que paso por todas adversidades en su vida. Peleo contra toda adversidad conocida, aventurándose a lo desconocido y mortal a su temprana edad, al cumplir el destino que le esperaba. Soporto las calamidades que le esperaban. Sufrió y vio cara a cara a la muerte, enfrentándose a la maldad encarnada.
-Acéptame.- Dice una voz muy familiar.
-¡No!
-¿Por qué no?
Aquel héroe que se atrevió aventurarse a otra tierra por error, después de salvar a su reino. Ayudando a lo que más lo necesitaban, socarrando a las diferentes regiones de aquella tierra. Soportando un inmenso dolor en cada batalla y viendo de nuevo a la muerte cara a cara y esta recibiéndola a su vez con una sonrisa de alegría, unos cánticos y bailes horribles.
A pesar de salir triunfante en sus batallas y guerras. Había algo, algo que no lo dejaba en paz desde que lo descubrió. Que con tan solo mirarlo sus más grandes temores se presentaron.
El infante héroe valientemente, fue hacia donde se encontraba eso que le aquejaba, para encarar y hacerle frente.
-Nunca estarás en paz. Puesto que yo soy una parte de ti.
Grave error.
-¡No es cierto!
-Me niegas... Te niegas, ¿Crees que hay una diferencia?
En este punto es consumido por aquella maldad. El infante héroe se queda callado, sin saber que decir. Tenía miedo, miedo de sí mismo al dudar ahora de su estado, al ver eso. Miedo al verse en un espejo completamente roto. Deja que la locura lo consuma al verse en dicho espejo, imaginándose lo peor de sí mismo.
-¡Veme a los ojos y admite lo que eres, admite también lo que sientes!- El reflejo le grita con gran furia.
-¡Nunca!
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La manifestación del dolor
HorrorPasa por nuestras cabezas y que negamos rápidamente al reconocer lo correcto de lo incorrecto. De lo bueno y lo malo. A través de un pensamiento que se puede volver más fuerte, que se queda en uno y lo niega, hasta olvidarlos y enterrarlo en su sub...