Los inicios de la ruina.

2.4K 235 81
                                    

El extraño sonido llamó su atención.
El segundo hombre nunca podría confundir esa figura, lo conocía bien..esos  ojos de esmeralda y ese largo cabello negro como el carbón.

¡Ese es el guardián de mi papá!

-¡Nefri! - no creía lo que estaba viendo, por casualidad había tomado ese desvío, encontrándose de frente con aquel joven y amable dios, aquel que era el  guardián de su padre "el halcón  Nefri " encadenado por Thot como si fuera un criminal debía ser un error lo que estaba viendo, ambos hombres caminaban rumbo a las escaleras del nivel inferior aquellas que guiaban al calabozo.

Isis  muchas veces le prohibió  acercarse a ese lugar, al ser demasiado peligroso  para un niño como él rodearse de los peores criminales que Egipto tenía. 

Sus pequeñas piernas corrieron  hasta ellos, asustado por creer que su padre estaba en algún problema no podía existir alguna otra explicación al porqué Nefri se había separado de su padre. Conocía bien la aversión que el Dios menor  tenía a mostrarse en su forma humana frente a otros que no fueran su padre y él. 

Anubis…¿Porqué está aquí? 

-Mi pequeño invitado, no esperaba verte aquí- con la voz más suave y calmada que pudo generar encanto al pequeño,jalando las cadenas obligó al carcelero a detenerse y permitirle arrodillarse frente al inquieto Anubis. Su niño, lo había visto crecer desde su nacimiento.

Aún recordaba el peso de su cuerpo meses después de nacer,en su primer encuentro Anubis tenía solo un mes y Seth  cansado por los problemas en el Ennead no había podido tomar un descanso adecuado,lo dejo a su cargo para poder tomar una profunda siesta. Sin experiencia y nervioso  en cómo debía cargar al bebé recordaba haber improvisado un transporte, tenía miedo de dejarlo caer al suelo si sus temblorosas manos fallaban, sosteniendo al pequeño  Anubis  con un lino grueso decidió llevarlo en su espalda y tenerlo a cuestas ese día.

Ese día sus piernas parecían estar hechas de arcilla fresca y aguada, apenas habían podido mantenerlo en pie sin quebrarse en el proceso.

Por Anubis  había aprendido cómo se cuidaban  correctamente los bebés así no volvería a entrar en pánico si el pequeño lloraba de repente: Anubis lloro y el estaba por hacer lo mismo al no saber qué hacer para calmarlo solo pudo cantarle y rogar a su padre Amón eso fuera suficiente, el tesoro de su amado Seth debía ser cuidado con delicadeza  y  debía admitir que amo a ese niño como su propio hijo al verlo crecer en sus brazos. 

Renunciar a verlo por el bien del propio niño fue muy doloroso y cortar sus lazos cuando este estaba por cumplir 4 años fue algo demasiado difícil de hacer; su corazón no podía aceptar el dejar ir a su bebé de la noche a la mañana, la presión  de esa mujer Isis entre los demás dioses del Ennead le arrebató a su niño en una etapa muy temprana arrebatando de sus manos la oportunidad de verlo crecer.

Había sufrido por meses la depresión al no poder verlo de nuevo. Su corazón había quedado muy mal en ese tiempo, dejar ir el recuerdo del pequeño  bebé le tomó cerca de un año.

Anubis mi pequeño  bebé… de forma inconsciente acarició la cabeza del infante.

-¿papá...está…- sin poder terminar la pregunta, las lágrimas se agolparon  en sus ojos. Si Nefri  estaba ahí significaba  que algo muy malo le había pasado  a su padre.

-Tu padre está bien, mi niño ¿puedo pedirte un favor? Ahora que no podré estar al lado de mi maestro…¿te puedo confiar  su seguridad? Él va a necesitar un valiente guardián, capaz de protegerlo cuando esté indefenso- consciente de tener un tiempo de vida casi  agotado, esperaba poder dejar en las manos indicadas la seguridad de su esposo y aún en su partida poder estar tranquilo  con su elección.

Amor antes del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora