Capítulo I

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Capítulo I: “Llénalo de halagos y consigue su confianza” 

 
 

 
 

Cuando su casa no era lúgubre y mortíferamente silenciosa, era brillante, llena de charlas animadas y el chocar de las copas junto a las risas ebrias.  

 
 

A Regulus le encantaba ver al número doce de Grimmauld Place convertirse en una fiesta, llenarse de decoración e invitados, siempre magos elegantemente vestidos y de portes poderosos, su postura destilando su importancia y sus perfumes oliendo al oro que guardaban en el banco.  

 
 

Pero esa no era una fiesta como las otras, él no podía simplemente relajarse y recorrer la sala saludando y charlando con los invitados, llenándolos de halagos y repartiendo sonrisas por todos lados, siendo el perfecto y educado niño Black que todos esperaban, porque esa noche tenía una misión.  

 
 

Regulus Black soltó un suspiro tembloroso antes de continuar sonriendo, nadie debía notar su nerviosismo, para los invitados esta era una fiesta cualquiera, para los Black, una oportunidad de consagrarse con la persona más importante del ministerio de la magia.  

 
 

— No solo queremos que le hagas compañía, queremos que ganes su confianza, llénalo de halagos e invítalo a sentarse a tu lado — Su madre le había acariciado la mejilla antes de tomarlo con fuerza por la barbilla — Esta pequeña misión puede definir tu vida, Regulus, esto podría colocarte entre los agraciados de nuestro señor. Procúrate de hacerlo bien. 

 
 

Se tragó de un tirón el contenido de la copa entre sus manos para después sonreírle nerviosamente a su padre, que lo miraba con una ceja alzada mientras comenzaba a saludar y dejar pasar a los invitados. Con suerte, el mayor seguiría pensando que la copa seguía conteniendo jugo.  

 
 

— Esta fiesta definitivamente será sensacional, hermanito, te lo prometo— De repente, su hermano mayor, Sirius, estaba rodeando los hombros de su hermano con uno de sus brazos, llenando su copa con champán antes de sacársela para beberlo él mismo.  

 
 

— Estoy seguro que lo será — Dijo Regulus asintiendo, pero luego, analizando las palabras que salían de la boca de su hermano— Espera, tu odias estas fiestas y, ¿por qué siquiera estás tocándome? Shu— Lo alejó propinándole un pequeño codazo debajo de las costillas. 

 
 

— Pero esta me encantará, hermanito, no te preocupes. Deberías preocuparte porque a mamá no le dé una especie de infarto o algo. — Finalizó comenzando a alejarse en otra dirección, el menor frunció el ceño y quiso detenerlo para preguntarle a qué se refería cuando lo vio.   

 
 

Los Odyseas entraron en el comedor y el mundo pareció detenerse por algunos segundos, parecían dioses caminando por la tierra, los humanos deteniendo sus conversaciones para dedicarles sendas miradas. Eran las personas más poderosas de la sala, y dejaban esa sensación con cada paso.   

TALK FAST | REGULUS BLACK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora