La Sirenita I.2

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Ambos chicos ya llevaban paseando cerca de una hora por la ciudad, la novedad les atraía mucho, pero después de un rato decidieron que no había nada como Lotus Pier, sin duda, la gente era mucho más alegre y vivaz allá en su reino, corrían por donde quisieran y cuanto quisieran sin temer por nada, tampoco se tenían que mostrar nobles y educados, en casa podían ser ellos mismos sin problema, aqui la gente era amable y educada pero al mismo tiempo distante, ni Wei Wuxian que era el más sociable de los dos pudo entablar una conversación adecuada con nadie, muy pronto se aburrió, eso hasta que vio algo que llamó su atención.


"¡Mira!" Prácticamente tomó la cabeza del menor y la volteo a la fuerza para que mirara lo que había visto y como era obvio el más joven se enfureció.


"Maldito Wei Wuxian, ¿Que te crees que haces? Casi me matas, poco mas y me rompes el cuello" El mayor solo agitaba la mano como para restarle importancia.


"Hay hermanito no pasa nada, eres realmente muy sensible, en lugar de llamarte hermanito te llamaré hermanita" Jiang Cheng no lo pudo soportar más y sin que el otro pudiera hacer nada lo pateo para alejarlo de él.


"A-Cheng eres muy malo ¿Por que tratas asi a tu hermano mayor" Dijo el otro levantándose y sobando su trasero.


"¿Hermano mayor? ¿Dime quien te creeria eso?Tu eres el que siempre se comporta como un niño" Dijo el otro.


"Pero A-Cheng"


"Nada de A-Cheng, mejor dime que querías mostrarme y mas te vale que valga la pena por que si no te juro que le dire a mama que te azote con Zidian" El mayor tembló por unos minutos ante la mención del látigo de la reina de Yunmeng, pero de inmediato se relajo, sabía perfectamente que su hermano jamás lo acusaría con su madre aun cuando hubiera hecho algo grave.


"Quería que miraras eso" Con una sonrisa señaló el letrero al final de la calle.


"Maldito borracho" Murmuró Jiang Cheng.


"Vamos A-Cheng se que tu tambien quieres un trago, vamos" Ambos se dirigieron a donde se encontraba la taberna y de inmediato pidieron el mejor vino, la chica que se acercó a atenderlos los miro por un momento, estaba considerando seriamente si podía venderle licor a un par de niños y más aún uno tan fuerte, ambos le aseguraron que eran buenos bebedores y no causarian disturbios, ella no les creyó del todo pero accedió a venderselos después de la dulces palabras que Wei Wuxian le dio, ambos recibieron un par de jarras del vino ella les dijo que el vino tenía como nombre -la sonrisa del emperador- y era el orgullo del pueblo, ya que venían desde otros reinos solo para obtenerlo, ambos chicos al probarlo supieron el por que, tenia un olor exquisito, una textura suave y un sabor extraordinario, los dos quedaron prendados de tan buen licor, tanto fue así que perdieron la noción del tiempo, cuando se dieron cuenta que el cielo estaba ya oscuro desde hace un tiempo sabían que iban a ser castigados por desobedecer, además de romper las reglas del castillo, su madre iba a estar más que furiosa.


"A-Cheng ¿Que haremos? Seguro que tu madre esta vez si nos azotara con Zidian hasta que no quede nada de nosotros" El temblor en su cuerpo era completamente visible.


"Lo se padre nos dijo que no tardaramos, pero ya son pasadas las nueve, dudo mucho que nos dejen entrar al castillo, solo nos queda buscar alguna posada para pasar la noche y regresar mañana temprano para disculparnos y esperar que nadie se de cuenta" Wei Wuxian hizo una mueca, sabía que todos se darian cuenta, pero de pronto una voz los sorprendió.


"Príncipe Jiang, joven maestro Wei ¿Que hacen a estas horas fuera del castillo?" Era ni más ni menos que el mayor de los jades el príncipe heredero Lan Xichen.


"A-a-a pu-es veras nosotros estamos aquí paseando y de repente...no es así A-Cheng" Dijo el otro sin siquiera completar una frase, el menor avergonzado decidió que lo mejor era confesar tal vez así aminorarian el castigo.

"Su alteza Zewu-jun, nosotros estábamos...bueno, estábamos bebiendo y pues...creo que se nos fue el tiempo" Dijo el menor sus mejillas estaban sonrosadas por la verguenza que sentia mas que por el licor, gesto que pareció inconscientemente muy tierno al heredero del reino de Gusu, por lo mismo se atrevió a ayudarlos.


"Puedo ver que pasaron un agradable momento, pero las reglas son muy estrictas en el castillo, se que no están acostumbrados a tantas reglas por lo que por esta vez los ayudare, vengan conmigo" Ambos chicos lo siguieron sin dudarlo.


"Príncipe Zewu-jun ¿De donde viene? Según veo usted también esta tarde ¿No lo reprenderan tambien" Pregunto inocentemente Wei Wuxian, haciendo que su hermano le propinara un codazo que lo hizo doblarse del dolor por un momento.


"Puedes cerrar la boca de una vez ¿Por que lo cuestionas? Es un príncipe y el debe tener sus propios asuntos, no todos son tan libres como tu, de seguro que tuvo que hacer algún trabajo importante" Dijo el menor sabía de propia mano que en ocasiones los herederos como él tenían que arreglar ciertos asuntos, para así ir tomando experiencia a la hora que tengan que gobernar, el mayor sonrió al verlo defenderlo sin ninguna duda, ambos conocían la carga que estaba sobre los hombros del otro y se entendían sin palabras.


"No es un trabajo tan importante como lo cree príncipe Jiang, pero si requeria atención inmediata, por esa razón estoy fuera del castillo a tan altas horas de la noche" Ambos chicos se miraron no podían ser más de las diez y el lo hacia sonar como si fuera más allá de la media noche, decidieron no decir nada por respeto.


"¿Todo salio bien entonces?" Preguntó tímidamente Jiang Cheng.


"Afortunadamente sí" Dijo sin más el mayor.


Así fueron charlando los tres, el mayor estaba encantado con la energía del mayor de los hermanos y también con los gestos del menor, no sabía porque pero le parecía interesante, para su pesar muy pronto llegaron a su destino, Zewu-jun llegó a una puerta y recitando unas cuantas palabras esta se abrió, hizo una seña para que los hermanos entraran, les señalo a donde debían dirigirse para encontrar sus habitaciones y se despidió de ambos, cuando estaba por perderlos de vista sintió como alguien se acercaba.


"Wangji, sabes que espiar es contra las reglas" Dijo el mayor con una sonrisa en sus labios."Lo se hermano, tomaré mi castigo, pero dejar entrar a personas ajenas al castillo por una entrada especial también es contra las reglas" El mayor sonrió hacia su hermano lo había contrarrestado muy bien.


"Lo sé Wangji tambien tomare mi castigo" Su hermano menor solo asintió, estaba a punto de darle la espalda y partir cuando se volvió.


"Hermano bienvenido, me alegra que estes bien" No mostraba la menor emoción, en su rostro pero como su hermano mayor podía ver en sus ojos la preocupación y la felicidad de verlo llegar con bien.


"Gracias Wangji, estoy en casa" Ambos fueron a sus respectivas habitaciones, mientras que en otro lugar un par de hermanos hablaban de la aventura que tuvieron y ambos hablaban admirados del príncipe heredero del reino de Gusu, aunque para uno más que admiración sentía algo más cálido en su corazón ¿Que sentimiento era este?

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