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Ahí iba jihyo. Tan alegre como todos los días, sus amigos la describían como un rayo de luz, capaz de hacer que alguien deprimido se convirtiera en una luminosa persona que inundaría de felicidad a sus allegados

Aunque en muchas ocasiones podía expresar desagrado o desacuerdo en muchas ideas, para sus amigos mas cercanos era la cosa mas amorosas del mundo

"La pequeña Jihyo". Le decían sus mayores y profesores, estudiosa y muy agradable para todos, un día salió a la piscina con su amiga, algo que no había hecho antes, hoy era vispera de halloween

—Oye, ¿Qué esa cicatriz de tu costado?— Momo era su amiga, pero aun siendo una persona cercana, le sorprendió mucho ver esa cortada que iba desde su cintura hasta la altura de sus senos

Jihyo se molestó, al principio no quería contestar, solo observó hacia la piscina

—Mamá dice que cuando nací tuvieron que operarme para reacomodar mis costillas, era un defecto de nacimiento, pero no he tenido complicaciones nunca— Sonriente, miró hacia el agua que reflejaba la luz del sol de verano

Y sin mas indagaciones, ambas saltaron a la piscina. Un día que la pequeña jihyo no olvidaría nunca, porque sería su ultimo día viviendo como una chica alegre y sin preocupaciones

El sol estaba ocultandose, tenía una toalla alrededor de sus hombros y observaba a momo con una gran sonrisa, ellas de verdad la pasaban muy bien

—¿Algún día podré ir a casa de tus madres?, mañana es halloween, sería divertido ir a pedir dulces juntas—

—Se que no irás a mi casa a prepararte para pedir dulces, me quedaré a leer un par de libros. Si vas a ir solo para morbosear mejor no vengas, ven si quieres conocerlas, no porque lo usas de inspiración para escribir cochinadas en esa aplicación...¿Cómo se llama?—

—Es mejor que no sepas el nombre, creeme, tu inocencia está bien así— Lo que momo no sabía es que su inocencia terminaría esa noche. Y no de una manera sexual

Jihyo finalmente tomó su mochila guardando su traje de baño en una bolsa aparte, así evitaba que se mojara lo que llevaba adentro, cambió de ropa para una mas abrigada, el otoño era una estación muy linda, pero que muchos no conocían a trasfondo

Literalmente los arboles marchitaban sus hojas, ¿Qué tiene de lindo?

A ella le daba igual, solo llegó a casa y como todos los días, tiró su mochila en la escalera, solo que esta ocasión sentía un olor extraño

¿Kimbap de queso?, nunca había comido, sus madres solían comerlo cuando era pequeña, pero el olor siempre se le hacía desagradable, justo en ese momento, notó que alguien venía bajando

Nayeon. Que contenta de que su hija llegó a salvo a casa, sonrió, pero que tuviera una bandeja enorme en sus manos totalmente vacía no era algo que realmente le diera buen presentimiento

—Mi pequeña jihyo, ¿Disfrutaste de la piscina?— Ella asintió, pero no dejaba de ver la bandeja— ¿Qué pasa cariño? ¿Tienes hambre?—

—Si, si tengo, ¿Dónde está mamá?—

—Tu mamá no ha regresado del trabajo— Para jihyo, nayeon era mami, y jeongyeon mamá. Asi de sencillo las diferenciaba— Me dijo que estaba pronto a llegar, ven, te daré algo mientras lo hace—

Sinner (¡Especial Sahyo halloween!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora