A quien le interese.

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¿Quién soy? No lo sé, tal vez sea un prófugo de la justicia, un asesino que busca un lugar donde esconderse de lo que me acusan, incluso psicópata me han llamado, eso es lo que muchos dirían; pero yo no creo eso; creo que soy una víctima más del cruel e inmundo planeta en que vivimos, un parásito mas de esta red de mugre que llamamos hogar. Si es cierto, fui yo quien asesinó a ese cabrón, pero, ¿y qué? Todo mundo se cree un santo pensando que porque nunca lo han hecho con sus propias manos no han llevado a cabo un asesinato, piensan que son la oveja blanca de su familia, que están libres de pecado, cuando en verdad son el mismo lobo en piel de oveja; que ingenuos. Pero yo no, yo me dejé de esas babosadas y decidí actuar, me cansé de ser un títere más en esta obra sin sentido y lo hice. Si, yo lo hice,  sin cómplices, a sangrefría y si lo escribo ahora es porque tal vez sea mi única confesión porque no creo que de mi boca puedan sacar algo más, después de todo no se qué será de mi, igual ni me importa, ya cumplí mi cometido, ese pedazo de escoria tenia que pagar lo que me hizo. Tal vez siga escondido de la puta realidad que me espera afuera o si me encuentran tal vez muera en una celda rodeado de barrotes. En cualquier caso moriría satisfecho por haberlo asesinado.

¿Cómo me llamo? Eso no importa, mi nombre es lo de menos, además no sería mi nombre sino el que me pusieron mis padres, esos mentores con los que todos nacemos pero que tarde o temprano nos decepcionan y nos dan una puñalada en la espalda, con el más mínimo movimiento nos abofetean y nos lanzan a la vida con más decepciones que esperanzas, con los sueños rotos y las manos ensangrentadas. Tal vez suene un poco macabro pero no podría ser mas real, y es que no encuentro otra manera de describir a los que me tiraron a la vida con un unico objetivo en la mente. Sufrir. Y que bien lo he cumplido.

El hecho es que yo lo asesiné, y no me arrepiento de ello, después de todo, por fin me siento tranquilo, liberado. Ese cabrón debía morir y tenía que ser yo quien hiciera el trabajo sucio.

Una mente macabra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora