¡DEJEMOS A LAS CHICAS PARA DESPUÉS!

El centro comercial

Era viernes, el día preferido del pequeño joven pelimorado, podría pasar toda la mañana y tarde perdiendo el tiempo después de todo, las tareas podían esperar.

Se había puesto una ropa casual conformada por una polera debajo de una chaqueta color azul junto con un jean del mismo color haciendo juego, mientras caminaba con un lugar en mente tenía puesto sus auriculares.

Las chicas que pasaban junto a él se alejaban instantáneamente al ver la cara que éste estaba haciendo —¡¿Que rayos está escuchando?¡— Fue lo que se preguntó una chica muy nerviosa.

—Y con ese último combo, créeme que ese abusivo llorará y te pedirá perdón de rodillas— La voz que salía de los audífonos no era de nadie más que de Gang Orca. Mineta estaba escuchando un audio titulado "No seas un cobarde niño, GOLPÉALO"

—aún me pregunto cómo Gang Orca publicó esto y no tuvo problemas....— susurró mientras apagaba el audio de "entrenamiento"

—como sea, no debo perder el tiempo, ¡tengo que volver y darle una paliza a Kaminari!— dijo al recordar cómo éste se burló de sus técnicas en los videojuegos

Frente a él estaba una tienda, pero no cualquier tienda, era una que vendía artículos para entrenamiento verdadero. Este antes de entrar volteó a ambos lados

—nadie debe saber que el gran Mineta debe recurrir a esto....— y sin más entró, recorrió el interior dirigiéndose a las pesas, tomó unas dos no tan pesadas y se puso a practicar un poco

—Uhm... esto podría ayudar— tal vez no tenía una gran cantidad de músculos pero tampoco era tan débil

Estaba a punto de preguntarle al encargado cuál era el precio de ese par hasta que vió algo que le heló la sangre

—Gracias por acompañarme Izubro, eres muy amable— Dijo cierto pelirrojo de cabello de puntas

—No hay de qué Kirishima, yo también quería unas pesas nuevas— Contestó el peliverde

El pequeño chico se apegó en un estante para ocultarse, su corazón no dejaba de palpitar muy rápido, eso había estado muy cerca

—¡Maldita sea que hacen aquí!— Gritó internamente, sus piernas estaban empezando a temblar mientras seguía escondido

Pero no, se dio una bofetada, debía tranquilizarse. Era un futuro héroe y lograría tener el respeto de todos aquellos que se burlaron de él
¡De eso no había duda!

Se puso la capucha de su polera para tratar de pasar un poco desapercibido y caminó hacia el mostrador, afortunadamente esos dos estaban muy concentrados en sí mismos.

—Y entonces Kacchan se cayó al río—

—Espera... ¿Dices que Bakubro te odia solo por eso?—

—Es complicado—

Sin importarle mucho lo que conversaban, el pequeño Mineta ya había pagado por sus pesas, y las había puesto en una bolsa de papel ocultando su contenido para los demás.

El chico de cabello morado caminó fuera de la tienda, ¿lo había logrado?

—¡Desde luego, soy el gran Mineta!—

Gritó ganándose las miradas curiosas de las personas de alrededor, decidió darse prisa e irse de allí cuanto antes.

[....]

Su camino de regreso a la academia no fue fuera de lo normal, aunque claro, esta vez estaba al pendiente por si alguno de sus compañeros venía de lejos para esconderse y esperar que pasara.