WHAT WE WERE BEFORE, iida tenya

3: 献身

dedicación

—mamá, ¿por qué papá ya no está en casa?

yuki paró de picar puerro y miró a su hija.

—porque. . .

ni ella misma sabía por qué tenya dedicaba tan poco tiempo a su familia

—porque tu papá está ocupado en su trabajo, hana. lo sabes, ¿no? que debe dedicarse mucho a ser un héroe.

hana asintió, suspiró, y volvió la vista a la televisión, donde pasaban un especial de una caricatura. yuki apretó los labios y suspiró lentamente. siguió troceando vegetales y su teléfono empezó a vibrar: un número desconocido llamaba. el corazón se le aceleró.

¿podría ser un hospital? vivía esa angustia casi todos los días; la de no saber si su marido llegaría a casa, o estaría en un hospital, o algo peor.

—¿sí? —contestó con voz temblorosa.

—buenas tardes, ¿es usted iida yuki?

era una voz de hombre, educada. yuki tragó saliva.

—lo soy —se apartó de la cocina y entró a la sala.

—la llamamos desde el hospital byōin. le informamos que su esposo iida tenya está internado aquí. no está en riesgo vital —se apresuró a aclarar, y yuki soltó una mezcla de un suspiro y un pequeño sollozo—, pero tiene unas heridas graves. sería bueno que. . .

—voy para allá —dijo yuki secándose unas lágrimas para luego cortar la llamada e ir por hana a la cocina—. cielo, tenemos que irnos.

yuki conocía el hospital byōin. tenya había estado internado un par de veces y ella había tenido a hana allí. no estaba muy lejos.

—¿adonde? ¿por qué? —preguntó la pequeña de pelo corto y azul.

—tu padre está en el hospital. no pasó nada grave, pero iremos —era una mentira, pero no quería que su hija se preocupara de más.

hana asintió y se apresuró a ir a la entrada. se calzó las zapatillas y se puso de puntillas para alcanzar su abrigo mientras su madre hacía lo mismo.

yuki condujo en silencio hasta el hospital. hana, con una pierna encima de la otra, le daba golpecitos a los motores de sus piernas.

cuando llegaron, entraron apresuradamente de la mano y yuki se dirigió al mostrador a preguntar por tenya.

le dieron el número de la habitación y se encaminaron hacia allí. antes de entrar, hana se detuvo.

—¿qué sucede, cielo? —preguntó yuki acuclillándose frente a su hija. esta sollozó y yuki la estrechó en sus brazos.

—¿por qué papá tiene que lastimarse tanto? —preguntó entre lágrimas—. los otros papás de mis amigos no se lastiman tanto. no me gusta.

yuki inspiró hondo y acarició el corto cabello de la infante.

no sabía que responder ante eso. la dedicación de tenya ante su trabajo era mayor que la que tenía ante su familia, y eso la preocupaba.