1. Borrachos Tropezando

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“yeah, the paper and pen were my two best Friends ‘cause the sad songs understood me”

 Ella.

Navegar por la ciudad de Boston era una de esas cosas predestinadas que uno llamaría lucha.

Extranjeros, turistas, nativos y cualquiera con una remota razón para estar en la ciudad estaban  aquí en este momento. El no haber visitado por muchos años fácilmente me hizo olvidar que tan congestionada era la ciudad. Los grandes edificios que me rodeaban eran una gran diferencia de donde vivía antes, a 5 horas tomando un avión en Nueva York.

Me resigne a llamar a un taxi, siendo casi una profesional en el acto, chifle a través de mis dientes y agite mis manos. El chofer del taxi me dio una de esas miradas de “¿es en serio?” cuando le dije que me llevara al campus Norte de Harvard. Le respondí con un leve asentimiento de cabeza, silenciosamente pidiéndole que me llevara ahí.

Seguramente los nervios ya estaban comenzando a entrar en mi sistema.

Fui capaz de observar a la población mientras estaba sentada en el asiento de atrás del taxi. Mis ojos vagaban sobre las familias, las parejas y una que otra persona ocasional que sentía el deber de mostrar el último traje de las pasarelas, todo esto podía ser encontrado en las calles de Boston.

El chofer dio unos cuantos giros más, muchas paradas y en algunos momentos daba gruñidos de frustración debido al tráfico (tenía el presentimiento de que algunas veces era hacia su profesión), y antes de que me diera cuenta ya estábamos manejando dentro de la zona de pavimento en el campus. Después de pagarle una cantidad exagerada de dinero al chofer y salirme del taxi, camine hacia las oficinas administrativas para ir por el papeleo de mi dormitorio. El primer pensamiento cuando llegue al área de los departamentos, fue reevaluar mi decisión. En algún lugar dentro de mí sentí que de verdad estaba yendo por ese ridículo y al parecer estereotípico complejo de universitario. Así como también compartir dormitorio con una persona sin rostro aún.

Caminando en la acera, observe mí alrededor, absorbiendo la belleza de jardines que rodean los numerosos edificios de Harvard. Aun así con la distracción, no podía parar de recordarme mentalmente en que caliente está el clima en agosto en Boston.

Cuando entre por la puerta a la oficina administrativa, la oleada de aire acondicionado me golpeo y respire agradecida. “Nombre, cariño?” me pregunto la señora recepcionista cuando camine hacia su escritorio.

“Ella Mason” le respondí.

Ella se tomó un tiempo extremadamente largo buscando mis papeles y yo solo me ponía más impaciente con el hecho de que hay muchas personas asistiendo a la universidad, por consecuente eso significa mucho papeleo.

Estaba admirando la obra de arte en la oficina cuando ella finalmente respiro, “Aquí tienes, si tienes alguna duda no dudes en preguntar. O podrías preguntarle a cualquiera en el campus… Estoy segura que no les importaría ayudarte, ya que eres nueva, cariño.” Asentí en todos los momentos exactos mientras ella me iba dando los papees, le agradecí, y camine directamente otra vez hacia el aire caliente en el exterior.

Observando alrededor de nuevo, estaba genuinamente embelesada por la belleza del campus. Me imagine que Harvard tiene expectativas que cumplir, pero los amplios jardines con el césped recortado perfectamente y los tulipanes recién plantados en cada esquina no era lo que estaba esperando. Pensé en cada momento en el pasado en el que mi mama me enseñaba fotos del campus online. Las imágenes no le hacían justicia, y me encontré pensando a mí misma en cómo me hubiera gustado que mis padres me visitaran.

El pequeño dolor en mi pecho adquirido con el ardor familiar en mis ojos al pensar en ellos era cada vez más fácil de soportar, más fácil de lidiar con el después de tanto tiempo.

Haven - H.S (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora