This world can hurt you. It cuts you deep and leaves a scar

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"Las cosas que nos rodean suelen ser percibidas de diferente manera por todas las personas que nos rodean. ¿Por que aquello se mueve? O ¿por que aquel otro no lo hace? Todo se va a basar en una perspectiva diferente. Inclusive uno puede tener hasta una ideología entera sobre las cosas. Como el amor.

Basándome en mi experiencia como un estudiante, te puedo asegurar que las cosas jamás se verán o se apreciarán como uno quiere, lo bueno será lo malo y lo malo lo malo. Porque todo lo que uno piensa a mi edad no se debería tomar en cuenta porque es demasiado supersticioso o no cabe en lo religioso o social.

Pero no te voy a contar mi historia, que más allá de ser aburrida, es también miserable y triste. Te voy a contar otra, tal vez con problemas similares pero que, más allá de ser basada en personas y escenarios ficticios, son una manera de expresarme y de liberarme."

¿Que carajo? —Hendery cerró con fuerza su casillero. Haciendo un estruendoso ruido que no pudo haber sido más ignorado por las intensas voces y risas que se extendían por todo el pasillo principal del colegio. Guardó aquella nota en su pantalón, para olvidarle solo unos segundos después.

—Oye —una mano tomó su muñeca.

—¿Que? —se dio vuelta en el pasillo que daba a su salón, ignorando aquel agarre.

—¿Que se supone que haremos para el trabajo de mañana? Johnny y Yuta no me han mandado sus partes.

—No se, tú eres la jefa del equipo, tú deberías saber que hacer.

—Eres un idiota.

—Dime algo que no sepa —tomó asiento en su respectiva banca.

—Esto es serio —la chica se recargó en su mesa, delante de él, con aquella mirada penetrante que la caracterizaba—. Necesito ideas.

—Mierda, Irene. No se. Solo... —pausó un instante— solo digamos que no nos dieron su parte a nosotros y a Yeri, y nos quitamos los problemas.

—¿Ves? ¿Que tan difícil era darme ideas? —se alejó.

—¡Porque eres una puta castrosa!

Irene respondió aquel comentario solo mostrándole su dedo de en medio de su mano derecha a Hendery mientras la campana sonaba. El chino solo rodó los ojos y se acomodó bien en su banca, miró el reloj que estaba en frente del salón, arriba del pizarrón donde todos lo podrían ver y contó hasta tres.

—1... 2...

—¡Disculpe ma-

El chico que llegaba siempre tarde, conocido por todes como Xiaojun calló al ver que el maestro aún no se encontraba impartiendo se su aburrido conocimiento a su salón. Entró con la vergüenza carcomiéndole y se sentó al lado de Hendery.

—¿Y ese milagro?

—Cállate, gilipollas —le contestó un tanto fastidiado y su acento castellano que solo usaba porque había visto Elite y pensó que le quedaría bien.

—¿Y ese milagro? —repitió.

Xiaojun se giró a verlo claramente enojado.

—Cállate... que te meto una hostia que... —se levantó de golpe de su silla con su puño en alto.

—Tranquilo, bonito —Hendery se levantó con más calma y con delicadeza tomó su puño y lo hizo sentarse—. No empieces una escena.

𝐬𝐡𝐢𝐧𝐞 𝐠𝐥𝐚𝐬𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora