Antaño [España x Canadá]

6.

Era un niño ilusionado con aquel hombre de porte, era el hijo invisible de un reino vasto, era solo un espectador y creyó siempre serlo.

Pero no fue así.

—Acadia, ¿por qué me ofrecéis ayuda?

—Todos lo necesitan en algún momento, y creo que puedo ser su soporte ahora.

—Tu padre no estará de acuerdo —España sonrió divertido—. De eso estoy seguro.

—Mi padre ya no me dice lo que puedo o no hacer... Porque ya no soy Acadia... Soy Canadá.

—Sigo sin entenderte, chaval.

—No hay nada que entender —sonrió amable—. Solo quiero ayudar.

Fue su primer acercamiento a aquella luz cegadora que envolvió su alma dese hace tanto. El primer intento que fue perfecto porque no solo era su deseo de ayudar a quien suspiraba en secreto, era el ánimo de su gente por mostrar apoyo a un ajeno.

—Gracias, Acadia.

—Por favor, ya no me vea como Acadia. Ya no soy Acadia.

—A mis ojos serás ese niño adorable —río bajito.

—¡Pero ya no soy ese niño!

Estaba tan desesperado por algo de atención, por algo de reconocimiento, de ser visto a la par que España, que Canadá perdió todo el control y demostró aquello que escondía con celo.

—Vais a decirme la verdad... Canadá. ¿Por qué me ayudas?

—Porque quiero hacerlo.

—Cambiaré la pregunta... ¿Qué me ocultáis?

—Ya no puedo más.

—Solo dímelo.

—¡He suspirando por usted durante años! ... Pero a sus ojos sigo siendo ese niño.

—Acadia... —boqueó perplejo.

—Soy Canadá... y la verdad es que estoy enamorado de usted.

—¿Estás jugando?

—He luchado por ser su igual y que me vea como un... un... pretendiente o algo... —estaba tan perdido—, pero usted no lo entiende y me estoy desesperando.

—Wow...

—Por favor, no solo diga "wow"

—Es que... No sé qué decir... —se rascó la nuca de forma nerviosa—. Porque es la primera vez que se me declaran y no soy yo el que lo hace.

—Fue un desastre —enrojeció por la vergüenza.

—Pues me siento halagado.

—Solo olvide... lo que dije.

—No podría si ponéis esa linda expresión donde tus mejillas enrojecen.