Yoongi solo le llegaba a JeongGuk, a la altura de sus ojos. Bueno. Eso le daría una excelente vista de la corona en su cabeza mientras caminaban lado a lado, a lo largo de la columnata cubierta. El calor del salvaje era palpable, su aroma, atractivo como las especias del desierto.
Jeon tiró de su azul y desteñida túnica, cubriendo su torso. La elasticidad de su cabello azabache, evito la capa de polvo que recubria los musculosos brazos del hombre.
El guerrero hablo primero. -¿Por que debo inclinarme ante un príncipe y no ante ti?
-Los príncipes son elegidos por los Dioses, - respondió Yoongi. - soy un gobernador. Fui elegido por un mortal.
Los príncipes nacían por y para el poder. Dado que los Dioses decidían su nacimiento, se deducía que los creaban príncipes para que lo fueran. Los mandatarios, por su parte, eran nombrados por la reigna suprema. La reigna era una mujer de carne y hueso.
-Entonces eres menos que un príncipe.- concluyó JeongGuk.
-No. - dijo Yoongi.
El poder de un mandatario era exactamente el mismo que el de un príncipe, aunque el mandatario supuso que un elegido por los supremos decía parecerle mejor al feroz, que un elegido por el hombre.
-Los Dioses han puesto a algunos auténticos imbéciles en el poder.- continuó Jeon con una ligera mueca en la comisura de su boca. - Esa es la razón por la que la reigna los reemplaza por gobernadores.
-¿Es a ti a quien debo darle gracias por mi libertad?
-No. - dijo Min. - Fui quien dicto tu libertad. No me lo agradezcas. No lo hice por ti. Lo hice porque era lo correcto.
"¿Oyes eso?" Pensó Yoongi para si mismo "no estoy loco por ti, bestia del desierto". Pero no sé atrevió a mostrarle sus ojos a Jeon.
El gobernador continuó.- Y de todos modos, fui yo el que te confirmo en primer lugar a la arena.
-Cambiaste de opinión.- dijo JeongGuk. Eso sonó como su lo acusara de ser un veleta.
-Condenarte fue lo correcto en ese momento,- dijo Yoongi. - liberarte era lo correcto en el siguiente. Todas las cosas a su tiempo.
Y decidió, que había terminado de contestar a las preguntas sobre ese tema.- Te liberé, pero aún así luchas en la arena. ¿Porque?
-Soy bueno en eso.- respondió JeongGuk.
Yoongi imagino oír un tácito "a diferencia de ti", al final de esa declaración.
No era como si tuviera que demostrarle algo al salvaje, sin embargó, se oyó a si mismo diciendo: - No me confundas con ningún intelectual amanerado.
-No te he confundido con nada. - dijo el feroz.
Irá brinco en su interior. Las mejillas de Yoongi se sentían rojas. De había dejado a si mismo vulnerable. Los sentimientos que tenía por aquí el hombre eran obviamente no correspodidos, y eso dolía.
-Escuchame, salvaje, era sanguinario desde antes que mi voz cambiará. Aunque supongo que tú empezaste a matar desde la cuna.
- Después de eso- dijo Jeon.- únicamente porque era bueno habiéndolo no significa que me guste. No soy un belicoso.
El mandatario tuvo que soltar una rusa seca. -Bromeas.
-Mi pueblo es cazador. Nací como un cazador, no como un belicoso.
-¿Estás diciendo que no disfrutas en la arena?
-Tu disfrutas de los juegos.- el guerrero volvió las palabras en su contra. -Te he visto allí.
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oh dear warrior ; kookgi +18
Random"𝐿𝑎 𝑛𝑜𝑣𝑒𝑙𝑎 𝑛𝑜 𝑚𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑡𝑒𝑛𝑒𝑐𝑒" Min Yoongi gobierna una rica provincia del poderoso imperio Tarraco, pero en sus sueños, el joven mandatario no se ve como el señor de la cama. Siendo señor de todo, en las profundidades de la noche...