❝𝓨𝓾𝓹, 𝓽𝓱𝓪𝓽 𝔀𝓪𝓼 𝓹𝓮𝓻𝓯𝓮𝓬𝓽❞

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Esto es una continuación del día 1 de mi AtsuHina Week pero no es necesario ir a leer para disfrutar este OS.

Desde el día en que Atsumu sacó a Hinata Shouyo del confinamiento toda su vida dio un vuelco de ciento ochenta grados

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Desde el día en que Atsumu sacó a Hinata Shouyo del confinamiento toda su vida dio un vuelco de ciento ochenta grados.

Si bien fue criado en libertad, el contacto corporal nunca había sido un factor común en su vida. Sí había besado, sí había experimentado con su sexualidad, pero nunca había deseado a alguien con quien compartir esto.

Hasta ahora.

Contrario a lo que cualquiera imaginase, el joven recién liberado deseaba constantemente contacto humano.

Corrección, no de cualquier humano. Al parecer estaba hambriento del contacto de Atsumu.

¿Y quién era él para negarse?

Shouyo le siguió como el mar a la luna y nunca se apartó de él. Obviamente no conocía lo que era el espacio vital y por lo tanto no dudaba en rozar sus dedos por su barbilla, meter sus manos bajo la ropa y rozar el vello de su abdomen e incluso no dudó ni un segundo al momento de tomar su mano y con cuidado lamer sus dedos como si fuesen una paleta.

No, Atsumu no se negaba, pero siendo sinceros era un verdadero martirio.

Sentirlo sobre él, sentirlo frotarse contra su cuerpo al son de suaves suspiros placenteros, observar esos ojos fascinados y hambrientos por más.

Todo era una maldita tortura tanto para su cuerpo como para su conciencia.

Atsumu no se negaba al toque de Shouyo ni lo haría nunca, no obstante sí se negaba a ser él el que lo tocase.

No se atrevería a mancillar su inocencia, no podría vivir con eso, no soportaría que el brillo en esos enormes ojos café se perdiera.

Y ahí estaba su dilema.

Claro que intentó explicarle a Shouyo más de una vez el efecto que tenía sobre él, explicarle como a un niño que esa clase de peticiones solo se le hacían a una persona a quien debía querer mucho mucho mucho.

—Yo le quiero mucho, Atsumu-san.

Shouyo había parpadeado con desconcierto ante la explicación del mayor e incluso se permitió girar inocentemente su cabeza.

El bastardo era terriblemente adorable y su mejor cualidad era generar paros cardíacos en Atsumu con sus ojitos enormes y esos labios enrojecidos que solo sabían dirigirse formalmente hacia los demás.

Luego pasó al plan B: Información.

Buscó entre los viejos libros digitales descargados en el servidor compartido, cualquier libro prohibido actualmente podía encontrarse ahí.

Seleccionó un par al azar que se veían bastante informativos, dejó a su nuevo protegido frente a la pantalla y luego huyó con el rabo entre las patas hasta esconderse tras la sombra de Osamu; regresaría cuando fuese momento de ocultarse antes de las redadas nocturnas y esperaba por su bien que Shouyo hubiese entendido la muy obvia indirecta o que como mínimo hubiese aprendido algo.

【AtsuHina NSFW Week ²⁰²⁰】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora