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A Doyoung le agradaba mucho su vida, le agradaba Taeyong, su mejor amigo, porque lo ha acompañado en todos sus bajos y altos. Le agradaba su familia que siempre ha sido tan comprensible. Su trabajo en la editorial, con ese horario tan práctico, y compañeros amigables, y porque le daba un buen sueldo.

Debido a ello, se podía permitir salir con sus amigos, y no menos importante, se podía permitir vivir en un buen lugar, un modesto apartamento a solo cinco minutos de su trabajo. Su edificio era relativamente nuevo y tenía buena seguridad, también privacidad pues solo iban dos apartamentos por piso, y sobretodo, le agradaba mucho su vecino.

Hace no mucho que aquel muchacho castaño se había mudado a su edificio, Doyoung recuerda que solo un día vió entrar y salir a muchos trabajadores de mudanza, pasar con cajas y muebles a la puerta frente a la suya cruzando el pasillo en común.

Claramente la curiosidad existía en él, Taeyong le llamaría chismoso pero, con la excusa de tirar su basura, bajó a la primera planta, donde se encontraba la señora Choi, esa señora que vivía en el primer piso y recibía a todo mundo con los brazos abiertos, y que por ende conocía a todos en el lugar.

Después de tirar sus escasas bolsas de basura, pasó casualmente por la salita que la señora Choi había hecho en el lobby, ahi estaba ella, leyendo de un periódico.

—Buenas tardes señora Choi, ¿cómo se encuentra hoy? —Preguntó cómo quién pregunta del clima.

—¡Doyoung, querido! un gusto verte hoy, estoy muy bien, gracias por preguntar —Respondió en esa voz cariñosa que a Doyoung le recordaba a su abuelita.

—¿Y su esposo? No lo veo por aquí —Se sentó en la sillita de palma vacía junto a la señora.

—Él tuvo que ir a la fábrica, ya sabes cómo es él de quisquilloso, si no lo hace personalmente, no le gustan los resultados, pero no hablemos de mi viejito, y mejor dime —Se inclinó hacia Doyoung, como si fuera a revelarle un secreto importantísimo —¿Ya conociste a tu nuevo vecino?

—Me temo que aún no, ¿lo conoce?

—¡Oh! El chico nuevo se llama Johnny, ¡Un amor de persona! ¡Y tan guapo! Hace unos momentos me acompañó con un té y platiqué con él, no creo que nos cause problemas Doyoung, me comentó que es nuevo aquí el Corea, viene de... uhm, ¿cómo dijo?... bueno, una ciudad de Estados Unidos —Habló tan energética como siempre, era entretenido escucharla siempre.

—Wow, ¿es extranjero? —Supuso que sería una persona promedio como todos en el edificio.

—Así es, pero ¡Es tan guapo que no importa! ¡Oh! —Exclamó con fingida derrota— Una lástima que yo ya esté casada, y vieja —Doyoung no pudo evitar reír ante eso.

—No diga eso, seguro usted le pareció encantadora, como a mi y a todos aquí

—Oh Doyoung, eres un amor... Espera, ¡tú podrías conquistar a Johnny, estoy segura que harían bonita pareja! —Dijo mientras aplaudía suavemente, Doyoung no pudo evitar sonrojarse a tales palabras —De hecho, me tomé el atrevimiento de recomendarte para que le muestres algunos lugares de la ciudad a Johnny, ¿no tienes inconveniente, cierto? —Lo miró esperanzada de una respuesta positiva.

—Oh... yo- claro, no creo que haya problema con ello, necesitará un guía aquí —Si bien ni siquiera conocía al chico y podría resultar una persona desagradable, no se le negaba ayuda a quien lo necesitara.

—¿Lo ves? Eres el hombre ideal, ve por él muchacho —Levantó un puño en señal de apoyo, Doyoung solo pudo reír nervioso.

—Pero ni siquiera lo conozco señora Choi

el chico del apartamento 512. JohndoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora