Preludio

2.1K 200 225
                                    

"Cuando las estrellas colindaban y establecían galaxias por el universo entero se creó un mundo. 

Un pedazo de Tierra tan hermoso que la Luna, el Sol y las estrellas no dudaron en caer rendidos a sus pies, tan bobos y enamorados ellos danzaban alrededor de esa tierra. Surgió el día y la noche, se creaban mareas gracias a los fuertes vientos, pero a la Tierra le faltaba algo. Entonces ella hizo crecer pequeños brotes alrededor de su cuerpo, estos eran distintos entre si, las especies comenzaron a abrir los ojos y este fue el comienzo de la vida misma. 

Pero había un problema. 

La Tierra había terminado por enamorarse. Su amado Sol quien desde el principio la añoraba y la triste Luna que lloraba cada vez que los veía de un extremo a la espera de que llegue la noche y observar con tanto cariño y parsimonia aquella tierra tan cercana pero lejana a la vez. Y entre este amor nació un hijo. Era tan especial y poderoso que fue considerado un Dios. Era dios tan brillante como el sol y tan completo como la tierra. Era una obra maestra hecha a base de un romance universal. 

Definitivamente sus descendientes serían los humanos más fuertes del planeta. 

La Luna estaba celosa. 

Ella amaba de igual manera que el Sol a la Tierra pero jamás se le daría un hijo, porque la Tierra no la amaba y se apagaba cuando la noche comenzaba. Así que en un arrebato de celos la Luna decidió robarse a su hijo el Dios. 

Estaba tan cegada por los celos que no dudó en dividir al hijo de su amada en distintas partes para que dejase de ser tan especial. 

Dios estaba dividido en tres partes.

Una logró escapar, esta parte se refugió bajo los brazos de su madre la Tierra y ella le regaló a la parte de su hijo su don elemental. Desde ahora en adelante los hijos de esta parte nacerían con el poder conferido de la naturaleza y la tierra misma. Humanos capaces de crear fuego con sus manos, como también congelar bastos mares con tan solo mover un pie. Eran los llamados elementales quienes nacían de las entrañas de esa parte, protegidos por el poder de la madre Tierra. 

Una segunda parte también logró escapar de las garras de la Luna pero no corrió con la misma suerte que la primera. Inocente parte que fue a refugiarse con su padre el Sol pero este no le dio nada mas que la espalda. Ahora sola sin tener a donde ir esta parte quedó vagando por la tierra en busca de cobijo con la única compasión de la estrellas, quienes le iban esparciendo polvo de estelar a la pequeña y desolada parte consiguiendo así dones particulares. Los descendientes de esta parte serían especiales y únicos, cada uno difería del otro, no había igual cuando llegaba la hora de crear a un hijo y este despertaba su poder. Desde humanos con el don de leer la mente ajena hasta otros con la capacidad de romper una montaña entera, eran los hijos de la compasión de las estrellas. 

La última y la más desdichada parte no consiguió escapar de su perpetrador. Era la Luna tan cruel como para mantener prisionera a esta parte bajo su fría noche, y sin pesar la maldijo. Era su castigo el tener descendientes ligados a una bestia. Eran los humanos quienes ahora podrían cambiar de forma, eran ellos quienes adquirieron el don de convertirse en una bestia animal. Parecía ser un buen poder pero este tenía una condición, y era entonces cuando los humanos perdían el control de sí mismos bajo la luna roja. Cada noche de ese tipo, estas bestias malditas desataban todo lado animal existente, trayendo así desdicha a sus seres más amados. 

Pues esa era la manera en como la Luna veía el amor ahora. 

Los humanos comenzaron a vivir con su poder regalado, junto a los más viejos quienes no eran especiales en absoluto, el mundo empezó a girar y la vida a evolucionar."

Almas Gemelas - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora