Prólogo

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Lucy se despertó realmente agotada, con lagañas en los ojos.

A ella no le sentaba nada bien lo de despertarse todos los días a las seis y media de la mañana para ir al instituto.

Pero hoy era una día especial, ya que su gran amiga Dana se había quedado a dormir, y eso la hacía levantarse y tirarse encima de su amiga de una manera muy parecida a la fraternal.

-¡Despierta dormilona!, que son las seis y media y no hay tiempo para el típico " Mamá, cinco minutos más" -dijo Lucy, cogiendo la ropa de cama de Dana y tirando de ella para que esta se levantase.

-¡Dios! Que sueño... tía, me estresas... si no te quisiese - dijo Dana, sacando los pies de la cama para meterlos en sus zapatillas de piel - no sé que haría contigo.

-Bah, si en el fondo me quieres - dijo Lucy, guiñandole un ojo, mientras se alejaba de la cama, se quitaba el pijama, cogía su ropa (que estaba preparada desde la noche anterior) y se la ponía rápidamente.

Portaba unos pantalones vaqueros y una camiseta negra con una palabra de Dean de "Sobrenatural". En la camiseta ponía -Pay-, junto a un dibujo de una tartita como la de la serie.

Cómo hacía mucho frío se puso una chaqueta de cuero ajustada.

-Sí, muy, muy, muy en el fondo... pero al fin y al cabo, te quiero jajaja - Dana sonrió e intentó hacerle cosquillas a Lucy, aunque ella contra-atacó con una almohada que fortuitamente tenía a mano.

-Veeeenga, vístete,  que el autobús no espera a nadie y menos a una intrusa - le espetó Lucy, tirándole su ropa a la cara para que se vistiese.

Dana era una chica medianamente alta, rubia, con el pelo no muy largo ni corto, pero abundante. Llevaba unas gafas negras que le hacían una cara inteligente y misteriosa; es decir, cómo era ella en realidad.

-Voy, voy... eres cómo mi madre, a partir de ahora te voy a llamar "Jefa" - dijo Dana, mientras se ponía unas mallas y una camiseta, junto con una chaqueta de chándal.

-Pues yo llamo a la mía "Sargento".

Dana miró perpleja a Lucy.

>es cómo si hubiese pasado un ángel < pensó Lucy.

Dana después de observar la cara de Lucy , soltó una fuerte y contagiosa risa. Tan contagiosa que Lucy se rió hasta que le dolió la barriga.

-Bueeeno, ¿que tal si desayunamos y nos vamos? El autobús no tardará en llegar.

-Bah, venga, vamos.

Pasó una media hora aproximadamente hasta que las dos chicas empezaron a recorrer el camino hasta la parada de autobús.

-Oye tía,  ¿en tu parada hay algún chico guapo moreno? -dijo Dana en medio de la oscuridad de la noche, puesto que a esa hora aún estaba a oscuras.

-No, ¿porqué?

-Pues o porque la graduación de mis gafas a aumentado considerablemente en segundos o ahí hay un chico realmente agradable para la vista.

-¿Agradable para la vista?

-Sí, ¿no sabes que significa eso?

-Sí lo se, pero nunca te había oido decirlo.

-Bueno, las cosas cambian ¿no?, vayaaa...

-Son Aline y Maddie Jackson

-Intentarán tirárselo...

-Pues cómo siempre ¿no?

Las dos amigas se miraron y rieron hasta no poder más.

Ángeles & DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora