Reencuentro

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Bueno un gusto en conocerlas, espero que sea de su agrado.


-¿Te quieres operar?-pregunta Ino, confundida.

- ¡Callate que te van a escuchar!- Exclama Sakura mientras le tapa la boca- Es algo que he estado pensado desde que termino la guerra, ¿sabes? Ya tengo ventiun años y mis senos no me llenan ni la mano- dijo con un prominenente sonrojó es sus mejillas- Y ¡sabes que mis manos son pequeñas!-Esta vez dijo casí gritando haciendo que la gente que estaba pasando por la floristería de Ino voltearan a mirar.

-Bueno, bueno pero calmate si eso te hace feliz no tengo ningún problema en que te ayude a operar-Dijo Ino con una gotita en su cien- Pero Sakura ¡tienes un cuerpo de infarto! Osea ¡por favor! Mira esas nalgas tan grandes y firmes que tienes-Dijo mientras cogía su trasero con ambas manos amasandolo- Y ni hablar de esa cinturita de avispa, de esas piernas largas y ese abdomen plano con dos lineas que van directo a tu flor- Dijo recorriendo su dedo indice por cada una de las zonas especificadas para finalmente terminar en el cierre de su pantalón.

-¡Ino! Deja de jugar con fuego que te puedes quemar- Dijo mientras le guiñaba el ojo y sonreía de lado, provocando un fuerte sonrojo a Ino-entonces si no hay más que hablar te espero mañana en la sala de operaciones, nos estará acompañado Tsunade y Shizune-dijo cuando caminaba hacia la salida de la floristería

-Espera ¿Qué? ¡Mañana!- dijo Ino cuando Sakura ya no se encontraba en la floristería.

Sakura se encontraba caminando por la Aldea en una tarde soleada mientras miraba su reloj el cual marcaban las dos de la tarde, pensaba que tenía tiempo de sobra pues fue más fácil convencer a Ino de lo que esperaba, así que se dirija a la torre del hokage para pedir licencia por un mes que duraba la recuperación; había pensado mucho en esa operación no las quería tan grandes como Tsunade pero tan normales como las de Ino, ella quería que se notara así que las decidió que serían más grandes que las de Hinata.

Mientras que tenía eso pensamientos se choco con un anuncio en medio de la calle que publicitaba una nueva tienda de sex-shop, curiosa Sakura de dirijo hacia la tienda, pero rápidamente se dio cuanta que tenía que cambiar su identidad ya que ella ahora era muy conocida por el mundo ninja, así que se cambió el color del cabello y el color de su piel para a un color marrón y la contextura de su cuerpo a uno más robusto. Cuando entro a la tienda su mirada se detuvo en los estantes que estaban empotrados en ambas paredes donde habían cualquier tipo de juguetes, ecenscias y fetiches sexuales.

-Ejemm- tosio disimuladamente la persona que estaba atendiendo el local cuando los ojos de Sakura se enfocaron en ella, se encontró con una mujer de mayor edad canosa y con gafas- señorita ¿En qué la puedo ayudar?- dijo mientras la miraba fijamente.

- buenas señora ¿Qué me puede recomendar?- dijo Sakura con una seguridad falsa, realmente estaba nerviosa era la primera vez que pisaba esa clase de tiendas- pues señorita le recomendaría un Kit de principiante, a menos que usted sea... experimentada- dijo esto último con una sonrisa de lado y dedicandole una mirada que recorría todo su cuerpo, a lo que Sakura no puedo contener un pequeño jadeo.

-¿Qu-Que precio tiene ese kit?- dijo muy nerviosa, pero cuando iba a preguntar que contenía sintió un chakra que se acercaba a la tienda- Sabe que lo compro, empaquemelo rápido- dijo aguantandose las ganas de salir corriendo de la pena, la señora obediente le empacó el kit y más artículos raros en la bolsa - ¿Cuanto es?-pregunto con impaciencia.

-son 4000 mil ryõs- dijo la señora, a lo que Sakura abrió los ojos por el alto precio pero al ver que el chakra estaba tan cerca no le importó y pagó corriendo rápidamente fuera de la tienda para dirigirse hacia la torre del hokage.

Después del desvío que Sakura tuvo finalmente se dirijo a la torre donde se encontraba Kakashi, mientras subía las escaleras podía apreciar que habían más personas en su oficina, emocionada pues aquellas voces se le hacían muy familiares, corrió para llegar más rápido a la oficina, cuando llegó a la puerta se dirija a tocar y pedir permiso para entrar, pero antes de que pudiera hacerlo la puerta se abrió mostrando a el antiguo equipo siete.

Correctamente InmoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora