VI.

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Decir que estaba sorprendido era poco, del tramo de camino que hizo hasta su oficina pudo notar que no pesaba nada, no es que el fuera demasiado fuerte pero Ronald no pesaba nada. Debió suponerlo, era delgado pero lo que lo había hecho dudar fue verlo comer a montones cuando recién llego, pero no es como si le hubiera puesto demasiada atención.

Simplemente estaba a la espera de que Snape llegará con la poción que le había encargado. Había mandado a un estudiante de Slytherin a buscarlo por que hasta el sabía que Snape tenía un don en pociones.

Mientras tanto, le había encargado a un elfo un poco de hielo para los golpes en el rostro y venas para las costillas del pelirrojo, no tenía idea de porque, pero sabia que lo hacían los muggles, y sinceramente en esos momentos no se le ocurría nada más.

Aproximadamente como una hora, Snape había llegado con la poción, simplemente se la entregó y después de que Tom le agradeciera, se dio la vuelta y se fue  se fue, claro, viendo al pelirrojo en el sofá con clara duda.

Tom sienta al pelirrojo y este abre los ojos, pues estaba un poco adormilado.

— Tragate esto.— dice con fuerza.

Ron niega, y Tom no sabía porque el pelirrojo se negaba, estaba haciendo algo bueno por él pero Ron no parecía que aceptara algo que le diera, ni ahora ni nunca. Lo que era extraño ya que no tenía razones para desconfiar de un maestro, y hasta donde Tom recuerde, jamas habia visto a Ron.

— N-no. Me quieres envenenar.

— Tragate esto.— vuelve a decir, con su tono de voz aún más duro.

A Ron se le veía el temor, había luchado en la batalla contra Mortífagos, antes de desaparecer, claro, pero había recibido hechizos y él los había devuelto, y el culpable de aquella guerra estaba frente a él.

Ron se suena la nariz, y está suena con mocos, estaba a punto de llorar. Por Merlin, todas las vidas que se perdieron.

Toma el frasco en dónde estaba la poción, temblando levemente, con desconfianza lo mira y de un trago se termina todo.

Quiere vomitarlo, pero el mayor le pone la mano rápidamente en su boca para evitarlo.

A medida que pasaba el tiempo, Ron sentía cada vez menos dolor en sus costillas. Tenía que admitir que Lucius si sabia como golpear al estilo muggle, le había dado justo en donde claramente se sentía mas dolor , jamas lo hubiera previsto.

— Para los golpes de tu cara necesitarás una crema, Madame Pomfrey tiene en la enfermería.

— N-no quiero re-regresar. Y gra-gracias por ayudarme.— Ron tenía la intención de levantarse e irse, pero se sentía demasiado débil como para hacerlo.

Tom no contestó a su agradecimiento y suspira.

Ron miraba incómodo hacía todos lados, no sabía qué decir y no tenía fuerzas para irse.

— Ehm, y-yo...

— Puedes quedarte aquí, supongo que te sientes muy débil.— el pelirrojo asiente tímidamente.— te daré una manta.

Tom hace un hechizo y así poder darle la manta a Ron.

— Muchas gracias, pro-profesor.— agradece Ron, de nuevo y completamente sonrojado.

— No hay de que.

Tom va a su propia habitación y cierra la puerta, sintiendo su corazón latir tan fuertemente.

Para la hora del desayuno, cuando Tom salió de su habitación, el sofá estaba vacío y la manta estaba doblada en la esquina del mismo sofá.

Sale de su oficina y se dirige al Gran Comedor, esperando en lo más profundo de su ser, que Ron se apareciera por ahí.

Llega y se sienta en la mesa de maestros, en completo silencio, buscando disimulantemente por la mesa de Gryffindor cierta cabellera rojiza.

Lo vio, y no le gusto lo que veía.

La pálida piel de aquel pelirrojo hacía resaltar los golpes que había recibido, el gran ojo morado que tenía en su ojos derecho y su labio partido, más aparte unos pequeños rasguños.

Juraba matar a quien se atrevió a ponerle la mano encima.

Estaba encogido en su asiento, con la cabeza gacha, y miraba de vez en cuando a su alrededor con incomodidad.

Suspira, comiendo parte de su desayuno, ¿Qué rayos pasaba con él?

Literalmente, Ron era un niño para él, un mocoso. Era raro y para nada extravagante y sin embargo, le había llamado su atención.




( . . . )





A pesar de la poción, Ron aún se sentía adolorido, James y Remus habían insistido en que fuera a la enfermería pero simplemente se negaba a pasar un segundo más allí.

— No entiendo porque no vas.— habla Sirius.

Ron se pone repentinamente más nervioso ante la mirada de Sirius.

— M-me rompí la pierna derecha hace un año, fue por un perro.— de repente se siente cohibido.— No es algo que me gusta recordar.

— Ouh, lo siento, Ron.— dice.— ¿Es un trauma?

El pelirrojo asiente.— Sí, supongo que sí, no suelo hablar con nadie de esto, aparte de mis padres..... ustedes son los únicos que lo saben.

— ¿No tienes más amigos?.— pregunta Peter, quien recibe una patada y una mala mirada por parte de James.

— E-eh no.— admite, y en parte era cierto.

En su tiempo, simplemente era conocido por ser el mejor amigo de Harry Potter y ser un Weasley. Era el Weasley menos notado, todos tenian una posicion excepto el, estaba Bill por ser el mayor, Charlie el domador de dragones, Percy el listo, los gemelos y sus bromas, maldición, hasta Ginny al ser la primera hija mujer.

— Bueno, ahora  que somos amigos, cuentas con nosotros, y después de todo, si pierdes la memoria, podemos recordarte que te rompiste la pierna.— trata de bromear Sirius, Ron sonríe levemente pero rápidamente se atraganta con su comida.

— Ten-tengo que ir al baño.— Ron sale lo más rápido que puede del Gran Comedor, sosteniéndose el estómago. 

Mierda, mierda. Eso que dijo Sirius simplemente le había puesto los pelos de punta.

Llega hasta el baño de chicas del segundo piso, ignorando a Myrtle en el proceso, y se recarga en el lavabo mientras se ve en el espejo, viendo su frente descubierta tal como en su tercer año.

No tenía sentido, ¡Que mierda había hecho con el giratiempo!

La cosa aquí es que, Sirius había dicho que si hipotéticamente algo le pasaba a alguien, utilizarían la pierna rota de Ron para darse a entender.

Y justamente, en su tercer año, Sirius Black escapó de Azkaban, y mientras trataba de "proteger" a Harry, Sirius en su forma de animago le había mordido su pierna para arrastrarlo a la casa de los gritos, cuando había otras formas de quitarle a su rata de las manos. Recuerda haberse extrañado por la mirada de Sirius, el perro lo había dejado en una esquina completamente asustado sosteniendo fuertemente a la rata, quién se trataba de soltar entre sus manos.

Sirius lo había visto como vio a Remus unos momentos después, y cuando transformaron a Peter en un humano, este hablaba como si lo conociera de toda la vida, y en las pocas veces que convivió con Remus como maestro fuera de clase, este extrañamente acertaba en todos su gustos. 

Cuando había vivido con su familia por un tiempo en la Mansión Black, sentía como si Remus y Sirius hablaban a sus espaldas. Había hablado con ellos casualmente y habían adivinado cada uno de sus gustos.

Ron podía no ser la persona más inteligente del mundo, pero incluso el sabia que.... con tan solo estar en el pasado, ya estaba arruinándolo todo.

Si que estaba en un problema.












F por el Ron, creo que este ha sido mi capitulo favorito. Tom llamando a Ron Ronald en vez de, por supuesto, Granger y Ron descubriendo algo así como un efecto mariposa.

CROSS TIME | Tomron.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora