Hemlock grove un pueblo con aires de ciudad, escalofriante y muy oscuro, aún que la luz del sol alumbrara al pueblo la vida en este lugar se sentía sombría.
Hacía ya dos semanas que había llegado a hemlock grove y hoy sería mi primer día de clases por lo que me cambie y baje a desayunar, después de la muerte inesperada e inexplicable de mis padres me trasladaron a forks con mi tía y su familia, meses después la familia empezó a actuar raro conmigo y a decir que yo traía una maldición, mi tía y sus hijos eran muy creyentes de cosas sobrenaturales, maldiciones y otras cosas por lo que después de hablarlo decidieron que sería bueno que viviera en Hemlock grove, Pensilvania junto a mi abuela, la cual después de la muerte de mi abuelo y el desprendimiento de sus hijas se quedó viviendo sola en una enorme casa de estilo Victoriano, lugar en donde me encontraba ahora viviendo.
Baje las escaleras de la enorme casa y me encamine hacia la cocina, deje mi mochila junto a mi celular en la mesa de la cocina para luego agarrar lo primero que encontré en el refri.
-Buenos días cariño ¿cómo dormiste?- pregunto mi abuela besando mi cabeza, mi abuela era una mujer vieja pero de aspecto joven para su edad, siempre se vestía con clase y tenía un olor a lavanda muy representativo de ella.
-Bien abuela, si te soy honesta me encuentro bastante nerviosa por entrar a clases- me acerque a ella y bese su cabeza totalmente blanca, es una mujer realmente hermosa.
-Te llevaré a la escuela así que vamos jovencita- mi abuela palmeó mi espalda y salió de la cocina conmigo tras de ella.
El camino a la escuela fue un poco largo y silencioso pero sin incomodidades, mi abuela me permitía poner música en la camioneta Ford color gris que por supuesto era último modelo, mis abuelas siempre fueron personas extravagantes y con mucho dinero por lo que un simple auto no era la gran cosa para ellos.
-Ten cuidado cariño y no hagas cosas buenas que parezcan malas, te quiero- hablo mi abuela despidiéndose de mi.
-También te quiero abuela- baje del auto ganándome miradas morbosas de alumnos que se encontraban en el estacionamiento.
Camine de manera segura hacia las escaleras y subí de la manera más sofisticada que pude las escaleras, me quite los lentes de sol para colocarlos en mi cabello, entre a la escuela recibiendo miradas de muchos estudiantes, algunos me veían con morbo y otros con cierta arrogancia pero ninguno se atrevía a lanzarme la palabra, antes de llegar al cual era mi destino me topé con un bulto de gente rodeando a una chica que se encontraba llorando, dos chicos uno de cabello rubio y otro de cabello castaño se encontraban molestando a la chica de manera cruel.
-¿A quien te comiste primero he?- el rubio ataco a la chica mientras ella lloraba.
-Por su puesto a la que estaba más buena, yo hubiera echo lo mismo- hablo en modo gracioso el castaño.
Me acerque y me adentré entre el tumulto de alumnos los cuales solo se reían de los comentarios estupidos que soltaban aquellos chicos.
-Dejen de molestarla par de idiotas- me adentré en el grupo para acercarme a la chica y quedar hasta su altura aun que ella quedó más arriba que yo.
-Tranquila, te voy ayudar- le susurre suavemente.
-No te metas hermosa, no querrás tener una mala impresión juntándote con esa cosa- el mismo chico rubio volvió a hablar.
-váyanse al infierno idiotas- hable enojada y abrazando a la chica, la chica sin más correspondió a mi abrazo tomando mi mano con la suya, colocando su cabeza en mi hombro.
-¿Quien será tu próxima victima?- pregunto el castaño ignorándome y señalando a la pobre chica.
-para mira ahi- el rubio señaló a otro chico castaño de estatura alta y bastante intimidante, el joven se acercó al grupo y se agachó a la par de la victima.
-oye tranquilo, estaba llorando y quisimos ayudarla, eso es todo Roman- el chico moreno volvió a hablar.
-Eres un imbecil mentiroso, ustedes la hicieron llorar, con sus estupidas preguntas y burlas hacia ella- le hable con enojo hacia ellos.
-No le creas, es nueva- el alto de nombre Román hablo por primera vez.
-No la vuelvan a molestar... besa al chico- Roman hablo y miro al rubio directamente a los ojos, como si tuviera poderes.
-¿Que?- pregunto el castaño confundido.
-Bésalo, anda- volvió a hablar Roman, esta vez el chico obedeció y beso al castaño como si la orden de Román fuera la gran cosas, todos los que estaban ahí se empezaron a reír de los chicos y Román hablo ahuyentándolos. - y tu, aléjate de mi hermana, no la toques- hablo el de modo defensivo, parando a la chica con el y dejándome con la palabra en la boca.
-idiota-solté para mi persona, entre a mis clases y las tome todas, unas eran más aburridas que otras, en algunas el chico Román se encontraba y me miraba como si fuera una presa, en otras simplemente podía apreciar la sensación de no ser acosada por un extraño.
Salí de mi clase y empecé a bajar las escaleras con cuidado ya que así me habían enseñado, las escaleras las bajaba con paciencia y cuidado para evitar tropezar, antes de poder seguir avanzando una voz me detuvo a secas.
-Hey, te llevo a casa- Román, el enorme chico frente a mi me estaba ofreciendo algo que solo le ofreces a un conocido.
-No gracias, prefiero no acercarme a ti- hable con desagrado.
-Insisto en llevarte, tómalo como un agradecimiento- Román tomó mi muñeca impidiéndome avanzar.
-Gracias, pero no en interesa tu agradecimiento Román- alce mi vista para poder mirarlo a los ojos.
-¿Cómo es que sabes mi nombre?- pregunto curioso aflojando su agarre pero sin soltarme.
-No soy estupida y escucho a la perfección- lo mire de nuevo. -ahora si no es mucha molestia suéltame y déjame avanzar- me solté de su agarre y baje lo que me quedaba de escaleras.
Espere un rato ya que con mi abuela habíamos quedado en que ella me vendría a buscar y así fue, llego en el momento justo ya que Román se iba a cercar a mi nuevamente, me subí a la camioneta y avanzó sin más.