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Yeosang estaba sentado en el sofá, con las piernas cruzadas.

Acariciando sus brazos con delicadeza.

Paseando suavemente sus manos sobre las marcas rojas que adornaban su piel.

Una vez más, Jongho marcaba y reclamaba el cuerpo de Yeosang.

Siempre marcaba a Yeosang de manera violenta.

Dejaba la palma de su mano marcada en la cintura de Yeosang, una marca que podría tardar días en desaparecer.

Mordidas, chupones y quizá moretones por toda la piel de Yeosang.

Yeosang se sentía horrible por llevar todas esas marcas.

Pero para Jongho, ver esas marcas en el cuerpo de Yeosang, era tan hermoso.

Cada marca indicaba que tenía dueño, que Yeosang le pertenece a alguien.

Le pertenece a Choi Jongho.

Yeosang suspiró con algo de decepción.

Su cuerpo le hacía sentir manchado y humillado.

El quería ver su cuerpo sano, su piel blanca, sin ningún tipo de marca.

Cosa que sería imposible cumplir, ya que al monstruo le gustaba ver a Yeosang completamente marcado.

Yeosang con algo de tristeza abrazó su cuerpo, acariciando sus brazos buscando consuelo en si mismo.

-.¿Qué te pasa, muñequita? -pregunto la voz masculina detrás de el.-

Yeosang se estremeció, sus ojos se abrieron rapidamente con temor.

No, por favor, no.

-.¿Te sientes mal?- preguntó la voz masculina nuevamente, quien evidentemente es el monstruo.-

Jongho abrazo a Yeosang por detrás y besó su cuello.

Yeosang con algo de miedo asintió.

-.¿Y quieres qué te haga sentir bien?- preguntó juguetón Jongho.-

No... ¡por dios, no!

Yeosang empezó a negar aterrorizado.

Jongho sonrió.

Volvió a dejar un beso en su cuello.

Luego observó el collar de chupones que tenía Yeosang.

-.Tus marcas se están Yendo... Hay que renovarlas- dijo divertido acariciando el hombro de Yeosang.

Los ojos de Yeosang se cristalizaron.

No debes de temer muñequita.

Y aunque Jongho estuviera de el otro lado del sofa, y que Yeosang le estuviese dando la espalda.

Alzó a Yeosang y lo acomodó en sus brazos.

Cómo si de una princesa se tratará.

Y a paso lento, comenzó a caminar.

Subiendo las escaleras con paciencia.

La tristeza y el miedo inundaban a Yeosang.

Se sentía débil por dejar que estas cosas sucedieran.

Finalmente llegaron a la habitación.

Jongho entró junto a Yeosang, y cerró la puerta detrás de él.

Y una vez cerrada la puerta, el sufrimiento de Yeosang comienza.

Ou, muñequita linda, vamos a jugar.

la muñequita de jongho♡jongsang♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora