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Entre al coche de mamá, adentro estaba lleno de cajas con nuestras cosas por que nos estabamos mudando a una nueva casa, esta quedaba en Tokio un poco lejos en donde estaba se encontraba la antigua, en esa casa que tanto habíamos sufrido.
En la parte de atrás del auto yo estaba acostada con mis pies arriba de las cajas, de manera poco decente, tenia mi telefono en mano miraba con atención todo lo que aparecia en frente.
Escuche que la puerta del coche se abrió y un viendo satisfactorio recorrio por mis piernas, haciéndome respirar hondo, pero de la nada sentí un dolor en una de mi piernas mientras se escucha un ruido típico de cuando te dan una cachetada.
De un sobresaltó me senté encontrándome con la mirada furiosa de mi mamá, amenazandome de una forma brutal.
- Himiko, escúchame - Se inclinó un poco hacía el interior del auto - Tu eres una señorita y debes actuar como tal, así como lo hacía antes.
fruncí el ceño mientras soltaba un grito, ya que mi mamá me había pellizcaba la pierna, por la sorpresa termine soltando mi telefono que tenia en la mano, cayendo al piso del auto haciendome soltar un suspiro.
- ¡Mamá! ¡¿No podrías ser mas cuidadosa?! - Me senté rapidamente en el asiento mientras levantaba freneticamente mi telefono - Y mamá - La mire - Simplemente ya no puedo ser como ante, solo me trae malas experiencias y malos recuerdos.
- Hija.. Por favor, todo ya paso ¿Si? Esa señora ya no volverá a molestar ¡No permitire que atormente a mi hijita! ya todo en mundo sabe que fue un accidente, la prensa ya no va a molestarnos excepto que sea por tus exitos - Ella sonrio mientras cerraba la puerta de atras del auto y se iba hacia el asiento del conductor -
Ella todavía cree que yo puedo llegar a hacer la de antes, la chica sociable, la chica amigable, la que nunca le importo la ideología de la otra personas, la que nunca juzgó a nadie y sobre todo la que amaba el Volleyball.
Yo aspiraba llegar alto con el deporte que tanto amaba, pero una sola jugada mal hecha llevaría mi vida, mis sueños y esperanzas por la borda. Todo absolutamente todo cambio.
Y nunca mas pude volver a relacionarme decentemente con otras personas, por que esas palabras me atormenta cada vez que estoy con alguien.
❝Las chicas como tú, solo trae desgracia a personas como mi hija❞
Cerré los ojos con fuerza mientras trataba de no romperme en llanto.
❝No quería, te juro que no fue mi intensión, por favor Kaguya, perdóname por favor despierta..❞
❝Despierta de tu sueño, te lo ruego..❞
Sentí como mi mamá arrancaba el auto y empezabamos a avanzar hacia nuestro nuevo comienzo.. Solo espero que todo vaya bien.
Que todo sea tranquilo..
Después de una larga hora, habiamos llegado al lugar en donde se encontraba nuestra casa, no podía evitar sonreír mientras miraba nuestra nueva casa.
Cuando mamá me dijo que estaba pagando una casa de dos pisos, pensé que iba a hacer una casa ridiculamente grande pero no fue así, apesar que la tiene dos pisos era una casa mediana muy ideal para nosotras..
- ¿Que tal? Himiko ¿No te parece perfecta? - Mamá me hablaba mientras se bajaba del auto y me hacia señas para que yo haga lo mismo -
- Si.. es muy linda mamá, como siempre tienes muy buen gusto - Salí del auto y me puse al lado de mi mamá, mientras sonreía hacia la direccion de la casa -
Pero en un momento ambas nos sobresaltamos al escuchar una voz simpática que nos hablaba desde atrás de nosotras, ambas nos dimos vuelta tanto que casi me caigo hacia una costado.
- Hola ¿Que tal? - Una señora de pelo corto y negro estaba ahora delante de nosotras -
Ella nos estabas sonriendo y tenia una bolsa de compras llena de verduras en su mano derecha.
- ¿Ustedes son las nuevas vecinas? ¿Verdad? - La señora dio un paso hacia adelante y le ofrecio la mano a mi mamá en forma de saludo - Yo soy su vecina así que estoy para ayudarles en lo que pueda.
- Mucho gusto - Mi mamá le acepto amablemente su saludo - Ella es mi hija, Himiko.
Mamá me dio una pequeña palmada en la parte inferior de mi espalda. Me incline en forma de saludos, ya me esta sudando las manos de lo nerviosa que estaba.
- Un gusto Himiko, puedo ver que eres una chica muy educada y timida - Incline mas la cabeza de la vergüenza cuando escuche que lo decía con una caracajada -
- No, realmente no lo es - Hablo mi mamá, mientras puso sus manos en mis hombros - Puede que sea un poco timida, pero solo es al principio.
- Ya veo - La vecina me sonrío mientras cerraba los ojos - Las invitos a un almuerzo ¿Que les parece?
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